Ante cada entrega anual de una franquicia de videojuegos, las preguntas que surgen son generalmente dos: ¿hay algo nuevo que valga la pena? y, por sobre todas las cosas cuando uno ya tiene la entrega inmediatamente anterior, ¿vale la pena actualizarse? La primera interrogante, en lo que concierne a FIFA 20, tiene relación con el principal gancho de esta nueva entrega: su modo Volta.
Considerando que su modo carrera, ya sea como técnico o como jugador, está muy abandonado hace rato, especialmente porque en años anteriores EA Sports puso el foco en el modo historia de Alex Hunter, este nuevo fútbol Volta marca la distinción con su apuesta de juego reducido de corte callejero en donde equipos de entre tres y cinco jugadores tienen que enfrentarse para definir quién es el mejor a pelotazo limpio.
De partida, lo primero que hay que recalcar que este es un modo completo, con una historia a seguir y un par de desafíos online, entregando una experiencia a la que le juega a favor no ser un mero revival de lo que antaño fue la saga de FIFA Street. En este caso, el nuevo modo es muy dinámico y entrega una gran variedad de posibilidades para enfrentarse, ya sea en lo que compete a las reglas con o sin arquero, o los tipos de cancha, ya sea que tengan límites demarcados al estilo futsal o simplemente rememoren la experiencia de jugar en la calle en donde los rebotes con las paredes son válidos.
El modo Volta entrega una experiencia que intenta apostar por el vértigo, especialmente cuando no hay un arquero resguardando la portería, para centrarse en los pases rápidos, las maniobras para esquivar rivales en el momento preciso y concretar las anotaciones de la forma más directa. Al mismo tiempo, el modo en cuestión entrega la opción de crear un jugador, mejorarlo en sus habilidades y tapizarlo con toda la ropa Adidas que sea posible para personalizar su look.
La historia en si que acompaña al segmento Volta de FIFA 20 también tiene los elementos recurrentes de toda épica deportiva, ya que el equipo comienza completamente desmembrado y es nuestra tarea ganar partidos y reclutar jugadores alrededor del mundo, mientras intentamos llegar a la gran final: un torneo en la ciudad de Buenos Aires. En el camino aparecen estrellas callejeras como Jayzinho, ejercicios de entrenamientos y una serie de desafíos en donde fallar no es la opción, aunque siempre estará a la mano la posibilidad de repetir ante el fracaso. Pero todo se siente mucho más ágil, y corto, que el modo de "La travesía".
A grandes rasgos, uno de los aspectos más llamativos de Volta es su factor de inclusión, ya que no solo podemos elegir de avatar a una mujer, sino que los equipos son mixtos, lo que sigue la filosofía oficial de la entidad dirigida por Gianni Infantino que busca dejar en claro que el fútbol es de todos y para todos. En ese sentido, uno de los aspectos negativos del modo radica en los diseños de todos los jugadores, ya que habitualmente nos encontraremos con clones y más de una vez veremos a rivales que tienen de jugadores a miembros de nuestra propia escuadra.
Pero más allá de ese factor, la experiencia de avanzar en el juego, crear tu propio equipo y personalizar a tu jugador es algo que le entrega su propia personalidad a este modo, especialmente considerando que los encuentros no son un carnaval de piruetas o tiros irreales más propias del Cirque du Soleil como sucedía con los juegos de FIFA Street.
Y es que en Volta, aunque uno siempre puede echarse a todos los compañeros encima, está creado para fijarse en la posición del resto de compañeros. Es decir, y más allá de que los aspectos de inteligencia artificial todavía sean inconsistentes cuando decidimos controlar solo a nuestro jugador, puro trabajo en equipo.
Además, si se apegan mucho a su jugador, también tendrán la posibilidad de traspasarlo a un modo de carrera, para situarlo como un jugador o un DT para extender su aventura más allá de las fronteras de Volta. Y en lo que respecto a eso, el resto es un terreno ya conocido, en donde el equipo de EA Sports intentó hacer mejoras, como sucede con defensas que toman el relevo crucial de actualización tras lo que se hizo en la edición anterior en lo que concierne a los ataques, pero que igual están en desmedro hacia las posiciones de delantero.
Al mismo tiempo, también dan marcha atrás a algunos elementos, como bien sucede con los penales - que ahora son mucho más simples - o un sistema de tiros libres que parece más sacado del golf al fijar un objetivo y luego aplicar un efecto deseado.
Considerando que la edición del año pasado ya era la experiencia definitiva para la actual encarnación de la franquicia, las mejoras de FIFA 20 parecen funcionar más como una mera acción que ajusta lo que ya estaba completamente aceitado. Es decir, para sentir un verdadero cambio en estas entregas anuales, se requiere dejar atrás una base que ya arrastra desde FIFA 17, al hacer uso del motor Frostbyte 3, pues partido a partido uno va notando cómo las mismas trancas del pasado se mantienen, como colisiones ridículas o jugadas que parecen más de arcade que de la simulación que buscan todos estos títulos.
Aún así, y más allá de que hayan perdido alguna licencia por aquí y por allá, FIFA 20 sigue sacando ventaja a la hora de replicar lo que sucede temporada a temporada, con camisetas, estadios, cánticos y un trabajo de relatores que sigue completamente óptimo. Hay algunos extra en modos de amistosos, incluidos algunos más alocados que el de tipo batalla real que implementaron el año pasado, y en lo que concierne a FUT, sigue siendo el eslabón vital de EA que yo evito a toda costa, ya que el componente de las microtransacciones siempre será para mi el mayor repelente para una experiencia de fútbol virtual.
En definitiva, aún con los problemas del modo carrera que se arrastran desde que EA Sports decidió poner el foco en otros modos, y volviendo a la pregunta inicial sobre si vale la pena la actualización, el gran gancho de FIFA 20 es el modo Volta y por eso el énfasis inicial a la hora del análisis.
Para algunos eso bastará y sobrará, pero también es necesario recalcar que es imperdonable que un juego que se llame FIFA no actualice con mayor prontitud las diversas transferencias que se concretan a mediados de año (que es lo que me pasó al revisar el estado de Alexis Sánchez) o tenga tan abandonado a modos tan históricos como aquellos que permiten tomar las riendas de un equipo como DT o las de crear a tu propio jugador.
No tengan duda, FIFA 20 no representa una actualización profunda, por lo que solo podría recomendarlo a ojos cerrados a alguien que no juega algo de esta franquicia desde hace dos o tres años. Pero si tienen FIFA 19, tienen que tener claro que no hay nada sustancial que eleve aún más la vara y la decisión de actualización dependerá de si les enganche lo del Volta. Aún con lo anterior, es necesario dejar en claro que este videojuego sigue siendo una sólida entrega de una franquicia que hace rato tiene muy clara la fórmula del éxito. La pregunta que queda, entonces, es otra: ¿Basta con eso? Y claramente hay un segmento gamer que siempre dirá que no hay que quedarse en los laureles.
https://www.youtube.com/watch?v=vgQNOIhRsV4
FIFA 20 ya está disponible en PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch. La prueba de esta reseña fue en PS4.