Cuando el año pasado revisamos la versión anterior del Galaxy Watch, destacamos que el reloj inteligente de Samsung es uno de los dispositivos con los que podíamos irnos a la segura.
Estaba su su pulcro diseño elegante, sus aspectos de conectividad, su variedad de funciones y las mejoras que año a año se concretan para mantenerlo al tope de línea.
Todo lo anterior se mantiene en la nueva versión, el Galaxy Watch4, un poderoso y llamativo reloj inteligente que cumple con las dos B - bueno y bonito - y la inevitable C (caro), aunque lo último no se vuelve tema cuando el equipo no se queda corto en sus funcionalidades. Este no es ese caso.
Lo anterior también se justifica porque una vez más este es uno de los relojes que destacan por su diseño, pero ahora también pone sobre la mesa un nuevo software al dejar atrás a TizenOS y comenzar a utilizar WearOS, el sistema operativo de Google para dispositivos corporales. Obviamente eso agrega la ventaja de sumar la familia de productos de Alphabet sin problemas.
Y más allá de que el reloj incluye dos modelos, incluyendo uno “clásico” con características extra en sus materiales, y obviamente viene en varios colores, el cambio de sistema le sienta muy bien a este dispositivo. De hecho, la primera impresión inevitablemente es que su propuesta se siente mucho más amigable que lo visto en versiones anteriores.
Por eso quizás lo más relevante de destacar es que tanto los usuarios nuevos como aquellos que ya han tenido un smartwatch, no hay problema para acostumbrarse rápidamente a los menus, los ajustes y la funcionalidad con las aplicaciones.
Y, obviamente, si tienen un teléfono Samsung de última generación, obviamente todo funciona aún mejor debido a la compatibilidad en el ecosistema que hasta permite coordinar las skins.
A grandes rasgos, el reloj cuenta con todo lo que esperan de uno de estos dispositivos. Sí, da la hora, el clima, cuenta sus horas de sueño, mide su estrés y hasta se conecta con aplicaciones para manejar cosas como Spotify.
Pero también cuenta con un sensor que mide la frecuencia cardíaca, mide un electrocardiograma, la presión arterial y hasta realiza un análisis de impedancia bioeléctrica (BIA) para conocer los componentes de tu cuerpo en términos de porcentaje de grasa, índices de masa, músculo, huesos y hasta porcentaje de agua, entre otros. Claro que todo esto último tiene algunos requerimientos, incluyendo la edad o que la persona no esté embarazada o tengo un marcapasos.
El último elemento del sensor es la característica más llamativa, y lo que Samsung hace notar dentro de su propuesta, sirviendo como complemento para ajustar los planes de dieta y de entrenamiento verificados por su doctor. Por eso también incluye una serie de rutinas y seguimientos de actividad que son una característica infaltable de este tipo de wearable.
Quizás el único punto en discusión tiene relación con la batería. A pesar de que Samsung estima que esta puede durar casi dos día, mis pruebas activando todos los sensores, incluido el bluetooth para conectarse a la aplicación de manejo, me llevaron a cargar cada 27 horas. No es precisamente lo ideal, pero tampoco es un contra tan grande.
Pero con todo lo anterior en cuenta, esta nueva versión del reloj, aunque no representa un cambio tan sustantivo respecto a la versión anterior, si es un pequeño paso adelante. Y aunque no sea algo radical, sus modificaciones se sienten en el uso del día a día, especialmente con el cambio en el software. Y eso es lo que más queda, ya que la construcción, presentación y funcionamiento es tan de primera línea como la familia de equipos de la compañía surcoreana.
El Galaxy Watch4 fue lanzado durante el último trimestre de este año en Chile y actualmente tiene un costo de $239.990 pesos chilenos en su versión normal. La edición “clásica” tiene un valor de $399.990-