Review | Gran Turismo 7, el regreso de un clásico hecho por y para los amantes de los autos

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La clásica franquicia vuelve a la carga con un nuevo título que saca partido a la nueva generación, pero no viene a reinventar de ninguna forma a su rueda.


Más allá de su condición de simulador de carreras, uno de los grandes ganchos de Gran Turismo 7 radica en su afán por llevar a que los jugadores coleccionen tantos automóviles como sea posible. Lo anterior se estructura en base a los múltiples desafíos que tenemos por delante, pero también a la propia estructura de un videojuego que nos premia con vehículos hasta cuando logramos obtener una licencia de conducir. Y ojalá fuese así en la vida real.

De ese modo, la propuesta del estudio Polyphony Digital establece así una mapa en el que podemos acceder a las diferentes secciones en las que podemos desenvolvernos a través de su mapa mundial. Obviamente está el garage, en donde podemos elegir nuestro vehículo, personalizar algunos ajustes o acceder a nuestra colección, y una tienda de autos usados que nos requerirá hacer uso de la moneda virtual que acumulemos con cada carrera. Si avanzamos en la competencia, inevitablemente podremos ir al edificio de licencias o la gran central de marcas, en donde nos venden autos nuevos muy costosos que requerirán de mucho dinero virtual.

Además está la sección de exhibición, para hacer gala de nuestras imágenes y acceder a lo que comparten otros jugadores, pero los elementos centrales están en el café de Gran Turismo, que nos convoca a diferentes desafíos/menús para coleccionar vehículos de un estilo particular, como por ejemplo los compactos japoneses o los deportivos europeos.

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Esa última sección es la que da puntapié inicial a nuestros primeros acercamientos hacia el desafío de los circuitos mundiales, que involucra a carreras alrededor de todo el orbe y que en primera instancia están centradas en vehículos callejeros, pero que a la larga se abre paso para involucrar a los automóviles de carreras.

Ahí es también en donde sale a relucir otro aspecto de este videojuego, ya que existen múltiples galerías con información detallada de cada vehículo, pero el dueño del café nos entrega un recorrido informativo por la historia tuerca de cada desafío. Si les interesan los vehículos, y no tienes conocimientos amplios al respecto, es el tipo de extra que está hecho para entregar una conexión mayor con los cientos de autos que están disponibles en este videojuego.

Desde el café es desde donde nos convocan a participar en carreras en América, Europa o Japón, teniendo la tarea de salir desde el último lugar, iniciar una persecución a toda velocidad para lograr quedar entre los tres primeros lugares. Si cumplimos algunas tareas, como salir en el primer lugar o tener una carrera limpia, accedemos a las benditas bonificaciones que nos permitirán sumar más dinero a nuestras arcas.

Y es que claro, todo en Gran Turismo depende de esa moneda virtual, por lo que a nadie le debería sorprender el componente de microtransacciones que incluye este videojuego. Como los créditos pueden ser adquiridos a través de la Playstation Store, por solo 20 dólares podemos obtener 2 millones de créditos, lo que básicamente permite comprar muchos vehículos usados o un solo bólido de carreras.

Aunque el videojuego no requiere de que gastemos dinero adicional, y perfectamente podemos tener ese tipo de experiencia, igual existe el componente de FOMO (fear of missing out) en donde algunos vehículos están disponibles para ser comprados de forma limitada o existen requerimientos muy altos para acceder a autos, por lo que igual estarás tentado para abrir la opción de la tienda de Playstation.

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Más allá de toda esa base, y que además existe un componente de rallys musicales para salir de ese esquema coleccionista, la experiencia de Gran Turismo destaca por los componentes de simulación, lo atractivo que es acercarse al videojuego - inclusive si no tienes la habilidad o los conocimientos para tener una conducción completamente manual - y el diseño de las propias pistas que incluyen nombres que todo fan del automovilismo puede reconocer con su sola mención.

Todo aquello lleva a remarcar que, a pesar de que en 2022 este videojuego apela a la nostalgia por esta franquicia, trayendo consigo modos y pistas reconocibles de entregas anteriores, y que su propio mundo se siente extremadamente delimitado, especialmente al considerar lo que han hecho otras sagas que entregan una libertad de conducción de mundo abierto para explorar casi sin fronteras, Gran Turismo 7 hace bien a todo lo que le compete.

Sí, se siente demasiado clásico en su acercamiento, su selección musical parece solo apuntar a boomers y cuenta con una escalada de experiencias que tiende demasiado al coleccionismo vehícular, pero la maniobrabilidad de los controles es simplemente impecable.

Sumado a los gráficos de nueva generación, que sacan partido a las condiciones climáticas y los cambios en el paso del tiempo durante las carreras más extensas, y los controles hápticos de la PS5, la performance de Gran Turismo es tan buena como lo podría esperar cualquiera que haya jugado un videojuego anterior de esta franquicia. Más aún, al capturar las fotografías quedan en evidencia los detalles no solo de los vehículos, sino que también de los efectos como los que están presentes en las carreras bajo lluvia. Realmente no hay reclamo alguno con ese aspecto.

Ahora, si los simuladores de carreras no son lo tuyo, y nunca has enganchado con ese nicho, Gran Turismo 7 no hace nada innovador como para sortear los prejuicios que siempre pululan en torno a este tipo de videojuegos. Aún así, es innegable que GT7 entrega todo lo que se esperaría, salvo buena música. Realmente ese apartado es la gran deuda que deja.

Gran Turismo 7 se encuentra disponible en Playstation 4 y 5.

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