Durante este año en Marvel Studios iniciaron la siguiente fase de su plan de dominio absoluto de la conversación pop, concretando el lanzamiento de un puñado de series que complementan a la saga de su universo de superhéroes tras el éxito casi sin precedente de Avengers: Endgame.
La primera serie, WandaVision, fue muy resistida por un sector de la audiencia, pero, a pesar de terminar de una forma previsible, innegablemente entregaba algo distinto en su homenaje televisivo. La segunda serie, Falcon and the Winter Soldier, desaprovechó las oportunidades dejadas por todo el legado del Capitán América y terminó entregando un resultado que no justificó la ruta escogida para su historia. En tanto, Loki destacó por lo encantador de su propuesta y personajes, pero tardó un poco de tiempo en encontrar un lugar en el que sentirse cómoda. Finalmente, la serie animada de What IF? rara vez logró alcanzar su potencial e inclusive desaprovechó premisas interesantes (como los Marvel zombies)..
Hawkeye, la serie centrada en Clint Barton, el último vengador original en tener su propia producción, tiene gran parte de las fortalezas de las otras series, partiendo por su impecable factura técnica, y ninguna de sus debilidades narrativas. Bueno, al menos según lo que se puede juzgar a partir de los dos primeros episodios presentados a la prensa y que debutarán este miércoles 24 de noviembre en la plataforma Disney+.
Inicialmente, Hawkeye destaca por su entorno. Comienza como una serie que nos introduce a un nuevo personaje, la Kate Bishop interpretada por Hailee Steinfeld, quien queda completamente cautivada con las destrezas de Ojo de Halcón. Aquello se concreta ya que presenció directamente los actos heroicos que concretó Clint durante la batalla de Nueva York de la primera película de Los Vengadores.
El posterior salto de tiempo es aprovechado cabalmente para presentarnos a una Kate que se vale de sus propias armas para merecer todo el foco que obtiene en su debut. Haile Steinfeld es sumamente carismática, es completamente encantadora y se roba gran parte de las escenas en las que hace acto de presencia.
Por otro lado, el entorno de la serie es muy atractivo. No solo porque se desarrolla un par de días antes de Navidad, y eso le otorga una visualidad y temáticas llamativas, sino que también porque Clint Barton debe terminar un viaje familiar de forma anticipada, enviar a sus hijos de regreso a casa y comenzar a investigar qué diablos está pasando en el mundo criminal luego de que aparece alguien que está usando el traje de Ronin.
Esa situación marca a otro de los principales atractivos iniciales de la serie: Como ese traje fue utilizado por Clint para eliminar mafiosos alrededor del mundo, durante los cinco años en que vivió sin esperanza alguna tras la pérdida de su familia, también carga un peso moral que entrega lados del personaje que no fueron explorados cabalmente por las películas.
Al mismo tiempo, ese detalle, que recupera un cuestionado elemento de la trama de Avengers: Endgame, funciona en beneficio de una serie que tampoco esconde el hecho de que Clint se siente como un pez fuera del agua. Por un lado, acompaña a sus hijos para ver un musical de Broadway sobre Los Vengadores, lo que inevitablemente le recuerda la pérdida de su amiga Natasha, y por otro lado también está alejado de toda la acción tras la aparente disolución del equipo de héroes que ya no cuenta ni con su Capitán ni con su Hombre de Hierro.
Los dos primeros episodios impulsan al talento de Kate Bishop, la llevan a cruzarse en el camino de Clint Barton y ambos comienzan a confrontarse con un grupo de criminales que está volviendo a reestructurarse entre las sombras ante el vacío de poder que quedó por las acciones que emprendió Hawkeye en su rol de Ronin.
Todo eso se lleva a cabo en un entorno callejero bastante atractivo que no se siente ahogado, como sí sucedía en las series de Netflix marcadas por las peleas en los pasillos, y que además está marcado por una insipiente conspiración que tiene relación con la familia de Kate, las consecuencias de las acciones de Clint y el deber que este último siente.
El tono de la serie, la forma en que se desenvuelve la historia, la chispa entre sus dos protagonistas, las insipientes secuencias de acción, la forma en que comienza a jugar el reloj debido a que Clint tendrá que volver a su hogar antes de la noche de Navidad. Hawkeye no es la mejor serie, pero sí es la mejor en lo que le toca hacer: expandir al universo Marvel, escudriñar un rincón callejero que rara vez tiene el foco y hacer algo realmente con Clint más allá de aprovechar las caritas de hastío de Jeremy Renner.
Esa amalgama de elementos permite que la serie funcione no solo mejor que el resto de las series Marvel, sino que finalmente aproveche a un personaje como Ojo de Halcón, instalado hasta ahora como el Vengador original menos importante, pero que siempre tuvo el potencial para tener un tipo de foco que todo el resto simplemente no puede tener. Es de esperar que todo avance bien en los restantes cuatro episodios, los cuáles serán estrenados semanalmente hasta justo antes de la próxima Navidad.
Hawkeye debutará en Disney+ con sus dos primeros episodios este miércoles 24 de noviembre.