Review | Hell Architech, manejando tu propio infierno para crear un demente parque de terrores

En este simulador de gestión y supervivencia, nuestra tarea es utilizar pecadores para crear el mejor rincón del averno.


La propuesta de Hell Architect es muy similar a la de un montón de otros videojuegos. Manejando el rol de un administrador, nuestro deber es crear y manejar diversas construcciones para crear a nuestro centro de entretenimiento. Pero a diferencia de otras alternativas que nos convocan a crear una ciudad, un hospital o un parque de diversiones, por nombrar solo a algunos ejemplos, aquí nos invitan a literalmente ser un arquitecto del infierno.

De ahí que Hell Architech, un videojuego desarrollado por Woodland Games, sea un título con un sentido del humor bastante oscuro que nos convoca a manejar y construir nuestro propio rinconcito demoníaco. Todo comienza con un par de almas condenadas, lo que da pie a una tarea que básicamente nos convoca a desarrollar esta zona infernal a punta de pala y picota.

Es decir, como literalmente este es un inframundo, todo el entorno es un lugar subterráneo que está libre para explotar. No solo sacamos tierra para hacernos espacio a través de sus catacumbas, sino que también hay que explotar algunos minerales que serán clave para la construcción y funcionamiento de lo que necesitamos erigir. Y en este caso, nada bueno resulta en esos pecadores condenados a hacer lo que les ordenemos.

En ese tejemaneje, no solo están los lugares para que nuestros pecadores puedan hacer sus necesidades básicas, incluyendo la posibilidad de hacerlos dormir en una caja de cartón o en una cama con vidrios, sino que también en los lugares en donde pueden alimentarse de mugre o someterse a las atracciones de tortura que nos entregarán la posibilidad de acumular “sufrimiento”.

Cada pecador tiene diversos niveles, por lo que se pueden especializar para algunas tareas. También cuentan con necesidades básicas (comer, dormir, beber, ir al baño). La clave es mediar ambos elementos para que rindan y no se vuelvan dementes, lo que implica que sean trasladados a un limbo en el que ya no los podremos utilizar a menos que los volvamos a convocar gastando algo del sufrimiento que logramos torturándolos en las máquinas que ellos mismos van construyendo.

Como estamos construyendo un infierno, mucho del avance está relacionado con obtener el preciado tormento que nos permitirá crear mejores máquinas de tortura, mejores instalaciones y, en última instancia, tener nuestro lugar del infierno que sea el mejor de todos.

Al mismo tiempo, como todo simulador de este tipo, la curva de avance inicial no es muy rápida, ya que literalmente hay que comenzar desde los cimientos de nuestra zona de dolor. Al comienzo es ordenamos excavar tierras y sacar minerales, pero poco a poco avanzan en su tarea para generar construcciones más elaboradas.

Pero lo que hace que la experiencia de Hell Architect tenga algo de atractivo tiene relación con lo demente de su concepto, lo burdo que son algunas de las instalaciones (ya que obviamente podemos torturar almas creando una zona de un dentista) y que sus conceptos para evolucionar las creaciones sean bastante simples de comprender. Y en el camino, inclusive podemos sacrificar pecadores para que nos den algo de esencia, que es otro de los elementos que debemos acumular cada cierto tiempo para avanzar.

Por el contrario, el gran pero de Hell Architect radica en su simpleza. Una vez que le agarras la mano al juego, y creas el gong para traer de regreso a todas esas alamas que sacrificas, el juego se vuelve bastante monótono en la ruta de conseguir cada uno de los implementos que podemos construir.

Es decir, si al comienzo podemos crear una doncella de hierro para someter a los pecadores, la dinámica general no cambia mucho más allá de que puedas obtener mejores y más dolorosos adminiculos.

Aún así, comenzar de cero y crear a esta colonia del pecado y el dolor se convierte en una experiencia que al menos engancha por su concepto. Más allá de su simpleza, igual logra generar una subversión humorística que funciona en relación a lo que habitualmente se genera en este tipo de videojuegos de construcción.

Hell Architect está disponible en PC a través de Steam.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.