Review | Huawei Mate 40 Pro: El mejor vehículo para una ruta desconocida

Un diseño inmejorable y una cámara que cubre todas las necesidades se enredan frente a un tibio reemplazo de los servicios de Google.


Mi relación con los teléfonos de Huawei es, a estas alturas, la de un amor platónico, un crush por el cual sufres y cuando sientes que lo has superado, sube una nueva foto a su perfil que te hace comenzar de nuevo en este círculo vicioso.

Esa nueva foto de perfil es el Huawei Mate 40 Pro, el último tope de línea de la compañía que fue presentado a finales de 2020 y que ya fue lanzado en Chile.

Los que conocemos la marca sabemos que la línea Mate es siempre lo mejor que Huawei puede ofrecer en cuanto a diseño, prestaciones y velocidad a nivel de industria. Son teléfonos que siempre empujan un poco más allá el límite de lo que un teléfono que no es de Apple puede llegar a hacer. Y el modelo de este año no es la excepción.

Por supuesto, todo comienza al ver la materialidad del equipo: una pantalla OLED de 6,76 pulgadas prácticamente sin bordes, dos superficies de vidrio unidas por un marco de aluminio y un acabado trasero metálico tornasol que te deja con la disyuntiva de no saber si colocamos una carcasa para protegerlo o bien lo usamos “al desnudo” para admirar su belleza y suavidad en la mano.

Con respecto al año pasado no tiene muchos cambios, salvo el regreso de los botones de volumen que, para ser sinceros, nunca tuvieron que haber desaparecido, y un panel redondeado al costado pero no de forma excesiva, sino que lo suficiente como para sentirlo cómodo y además no errar a la hora de tipear. Y su cámara en forma de anillo destaca en un mercado lleno de celulares con protuberancias en su parte trasera y además evita la asimetría que suelen dejar estos módulos vistos en los iPhones o Galaxys del mundo. Y la cámara frontal presentada en formato de cápsula sigue siendo quizás no ideal, pero se ve diferente y además, este año si tiene un propósito que veremos en el apartado de imagen.

Sumamos a todo esto prestaciones como una pantalla de 90 Hz de refresco que muestran animaciones mucho más fluidas y dan la impresión de que todo es más instantáneo, una batería de 4.400 mAh con una carga rápida de 66 W que tampoco tuve que usar demasiado porque dura todo el día y el procesador Kirin 9000 que en velocidad no tiene nada que envidiarle a su rival de Qualcomm y que además incorpora 5G -que si bien aun no está listo en Chile, si habla de que es un teléfono preparado para el futuro- el Mate 40 Pro es una bestia de equipo, y una bestia de muy buen aspecto.

Pero todos sabemos que un buen diseño es solo la mitad de la experiencia. La otra parte que es la que tenemos que experimentar todos los días es el software y nuevamente la falta de servicios de Google siguen siendo el gran elefante en la habitación.

Desde el Mate 30 Pro hasta la fecha ha pasado ya más de un año y la verdad es que un teléfono Android sin Google es una experiencia mucho menos traumática, pero aun no está a la altura de lo que uno podría exigirle a un teléfono premium.

A diferencia del 2020, App Gallery, la tienda de aplicaciones de Huawei es un espacio mucho más competente para encontrar todo lo que necesitas, o bien, un reemplazo en caso de que no exista la app. Si buscas algo como WhatsApp o Instagram que no están en App Gallery, te dará acceso al link de descarga oficial de la aplicación “por fuera” y podrás funcionar sin problemas. Otras veces, como con YouTube, te sugerirá acceder a la versión web del sitio y guardarla en tu pantalla de inicio como un acceso directo y sí, no es la aplicación pero al menos es mejor que nada.

Pero aun cuando tengo un teléfono funcional, algo me dice que tener que dar estas vueltas no es el camino correcto. Seamos claros, la tienda de App Gallery tiene hoy por hoy, solucionados todos los usos de una persona corriente, pero sin variedad. O sea, puedes pedir un auto, pero tiene que ser DiDi. Puedes usar redes sociales, pero tiene que ser Tik Tok. Puedes tener banco, pero suerte con que esté el tuyo. Y olvídate de servicios de streaming como Netflix. Esos siguen de lleno sin funcionar. Y a veces hay servicios que operan interconectados con Google y ahí crashean. Por ejemplo, no puedes compartir ubicación en WhatsApp ni tampoco hacer que tus amigos lo hagan.

Y sí, repito, la aplicación entrega ahora muchas otras opciones para poder acceder a servicios fuera de la tienda a través de las “Quick Apps”, pero uno sabe que a la larga la experiencia aunque funcione no es la misma. O no es la que debería tener un equipo de esta gama.

Un poco para saldar esa división es que Huawei está preparando sus propios servicios para independizarse definitivamente de Google. Bajo la marca Petal se prometió un buscador y un servicio de mapas, pero de ellos solo uno está disponible: el buscador. Petal Search es funcional pero no tiene ni la personalización ni el grado de profundidad que uno puede pedirle a Google aunque si hay que reconocer que el servicio de noticias está localizado y aparecen sitios chilenos y noticias del día. Pero hasta ahora es solo un buscador de keywords y no opera como un servicio para resolver respuestas que es lo que incorpora cada teléfono con Google.

Los que peor lo van a pasar, eso sí, son los gamers ya que ahí si que uno tiene que conformarse con la oferta de juegos que entrega la tienda, ya que muchos usan Google Play para validar al usuario en los servidores o bien, pagar las microtransacciones. Lo cual es una pena porque el rendimiento del equipo a como para tener grandes juegos corriendo a gran calidad está allí.

Dicho todo lo anterior, debo decir que durante las dos semanas que estuve usando el teléfono como mi teléfono principal, fueron pocos los momentos en los que no pude hacer lo que quise. El traspaso de contactos y aplicaciones en la configuración inicial a través de Phone Clone es muy sencillo y las apps propietarias como la de correo son veloces y eficientes.

Pero aun teniendo que usar la app web de YouTube -que dicho sea de paso, en pantalla completa y gracias a la pantalla de este celular ni siquiera se nota- y teniendo que volver a usar la tarjeta de coordenadas de mi banco, hay una razón muy poderosa que me hizo mantener tanto tiempo y muy feliz el equipo en mi bolsillo. Por supuesto que hablamos de la cámara.

La relación de coingeniería con Leica que tiene Huawei cada año saca mejores frutos. Y si bien es cierto que año a año no hay demasiadas mejoras en una calidad de imagen que hace varias generaciones de teléfonos ya es sobresaliente, el apartado de imagen de este teléfono sigue siendo de los más robustos y flexibles que se pueden encontrar.

La principal mejora que trae este año el Mate 40 Pro es la consistencia que hay entre sus diferentes lentes. Tanto los tres lentes traseros (principal, ultra wide y telefoto) como las dos cámaras selfie del frente (principal y gran angular) poseen gran calidad y resultados que en la pantalla del equipo se ven muy parecidos. Hace unos años, cuando Huawei recién implementó el telefoto y el gran angular, se notaban cambios drásticos en colores, detalles y calidad en cada uno de los tipos de fotos. Ahora la brecha se ha reducido, pero claro, al tener diferentes tamaños y distancias focales, es evidente que los resultados varíen un poco.

Acá podemos verlo al notar las diferencias en los diferentes niveles de zoom que ofrece, desde el Gran Angular hasta el 50x, que es totalmente digital. Cabe destacar que este año el zoom digital es notablemente más difícil de usar que antes por la cantidad de movimiento que tiene, y la verdad, para lo poco que tiene de uso real, no me va a molestar en lo absoluto.

Pero en general, siento que las cámaras Huawei han evolucionado hacia la dirección correcta. Los colores son menos saturados y los desenfoques menos artificiales que antes, y la marca ha decidido cambiar color por realismo y creo que es una gran jugada. El modo nocturno también sigue siendo impresionante.

Acá les dejo la prueba de color de los amiibos:

La prueba del modo nocturno

Y una galería con diferentes fotos tomadas con sus diferentes lentes.

Pero donde más han mejorado es en el apartado de video, precisamente donde más tienen espacio para hacerlo. Esto gracias a una ayuda de hardware y otra de software. Lo primero es que el Mate 40 Pro utiliza el lente Ultra Wide Cine para hacer sus tomas principales, lo cual efectivamente sirve para tener un efecto más cinematográfico al grabar, pero también para que la cámara no tenga ese efecto de “recorte” que siempre se ve al momento de cambiar a video. Y en software, destacan los sistemas de estabilización de imagen y el de seguimiento automático de objetos. Personalmente, creo que la estabilización está increíblemente bien implementada, funciona de maravillas aun cuando por supuesto, no puedas usar el zoom en ese modo.

Pero a la larga, tanto la calidad de sonido como de la cámara logran resultados más que satisfactorios, sobre todo cuando disfrutamos de los videos en pantallas móviles, donde la pérdida de detalle sobre todo en las partes más pequeñas, no se nota tanto.

En cuanto a la cámara frontal, la cápsula esta vez posee dos lentes: uno tradicional y otro gran angular que no solo sirve para tomar selfies más amplias, sino que incluso es capaz de hacer modo retrato con un leve desenfoque, algo que no había visto en ese formato.

En conclusión, la experiencia con el Mate 40 Pro sigue siendo un riesgo, pero uno que dependiendo de lo que busques puede valer la pena. La factura y la experiencia de Huawei para crear teléfonos que se ven bien y funcionan aun mejor quizás sirvió para que a la larga, no me molestara tanto el tener que ir al navegador web para respaldar mis imágenes.

Pero tampoco hay que dejar de reconocer que esos pasos extras están ahí, y no siempre son constantes. Y a veces hay que darse más de una vuelta, como en la computación de los 90. En ese sentido, solo puedo recomendar la experiencia del Mate 40 Pro a quienes saben con qué se van a encontrar: con un teléfono sólido, una cámara estelar, un diseño muy atractivo pero que te va a costar más hacer las cosas que antes el teléfono hacía por ti porque si bien el camino que está haciendo Huawei es largo, aun falta asfaltarlo para que caminarlo sea lo más suave posible.

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