Una de las declaraciones de principios más relevantes que trae el nuevo Huawei P20 no se encuentra ni en su pantalla, ni en su cámara ni menos en su procesador. Está, de hecho, en la parte trasera del equipo y en una parte que por lo general nunca nos damos el tiempo de mirar: el logo.

Quizás muchos no lo vayan a notar, pero el nombre de Huawei está dispuesto de manera vertical, en vez de horizontal. ¿Y por qué? Para que cuando tomes una foto, la persona que esté frente al teléfono pueda leerlo, de la misma forma que ocurre con las cámaras fotográficas.

Este pequeño detalle dice mucho de las pretensiones que la compañía china tiene con su dispositivo, el equipo que hace su arribo a Chile durante el mes de mayo en tres versiones: P20 Lite, P20 Pro y P20 a secas. Y precisamente es este último el que hemos estado probando durante ya varias semanas.

La experiencia, en su conjunto, parece ser la versión refinada de lo que ya vimos hace algunos meses con el Huawei Mate 10 Proun equipo grande, robusto y que lideró la revolución del Inteligencia Artificial a través de la incorporación del procesador Kirin 970. Y parte de todo eso se mantiene en este equipo: el procesador es el mismo, la cámara doble trasera tiene la misma configuración en cuanto a Megapixeles e incluso vienen con el mismo almacenamiento.

Como el P20 es algo más pequeño, hay pequeñas diferencias como la batería, de 3.400 mAh en lugar de los 4.000 de Mate 10 Pro -pero de todas formas un rendimiento superior al ofrecido por el Galaxy S9- y que posee 4 GB de RAM en lugar de 6, lo cual de todas formas no se nota más que cuando uno juega ciertos títulos más bien demandantes. Pero es sorprendente ver como se ha metido tanto rendimiento de un teléfono en un formato mucho más compacto.

Hay dos cosas, eso sí, que considero como retrocesos en cuanto al diseño: el primero es el botón de Home, que sirve además de lector de huellas en la parte frontal del equipo. Cuando toda la industria tiene hacia las pantallas limpias y sin botones -algo que Huawei ya hizo con otros equipos- el lector en la parte frontal puede parecer más cómodo, pero también hace que se pierda la limpieza de los modelos con pantallas sin bordes. ¿Funciona? Por supuesto. Pero es cosa de gustos.

Lo que también es cosa de gustos es la inclusión de la muesca o chasquilla en la parte superior del equipo, una innovación puesta por el iPhone X y que extrañamente a todos les gusta. A mi en lo personal no, ya que se interpone en varias aplicaciones que colocan sus botones o barras de navegación en ese espacio, pero por suerte, se puede ocultar usando software. Gracias por pensar en los que no le encontramos tanta utilidad.

Pero estos pequeños detalles se vuelven aun más pequeños una vez comenzamos a usar el teléfono y sobre todo su cámara, que es realmente el gran centro de atención del teléfono, y además, una gran demostración de que cuando se toman fotos, no importan tanto los megapixeles y los números grandes sino que la tecnología detrás de la cámara.

Esto, porque la cámara doble trasera del equipo es, en números, la misma que la del Mate 10 Pro. Sin embargo, sus resultados son mejores en el P20, debido a una serie de mejores tecnológicas, como el tamaño del sensor de luz, así como de los pixeles, los que capturan más luz, y por ende, colores mucho más reales.

Pero junto con eso, toda la cámara está asistida por el procesador Kirin 970, con inteligencia artificial, que realmente hace que el modo automático sea más automático que nunca. El teléfono ahora es capaz de reconocer hasta 500 tipos de escenarios en 19 categorías distintas, esto va desde fotos de comida hasta playas, puestas de sol, mascotas, acercamientos, retratos, cascadas y más. Lo que hace la cámara del P20 es reconocer lo que se está fotografiando y con eso, hacer los ajustes para que se resalte cada tipo de foto.

Veamos un ejemplo: Acá está una foto tomada en un almuerzo con la cámara en modo tradicional.

Y acá, segundos después, con el automático y además, reconociendo que se trata de comida:

Las diferencias son sutiles, pero sirven para que la segunda imagen se vea más apetitosa que la primera. Y bastó solo con hacer un gesto en la pantalla, nada más, para que se mejore. ¿Se siente como hacer trampa? No, más bien, como tener un ayudante tecnológico, una suerte de duende dentro del equipo que hace que tus imágenes se vean mejor.

Acá, otra foto en donde se nota como mejora la realidad gracias al impecable ojo del teléfono.

En la prueba de los amiibos, hay una gran diferencia con respecto a lo que vimos con el Huawei Mate 10 Pro. En aquella ocasión, la foto se veía muy saturada y colorida, mientras que acá la nueva versión de la cámara captura los colores de manera mucho natural y real. Si hasta se ve como el pobre sombrero de Mario ha ido perdiendo su pintura con el paso del tiempo. Habrá que hacer algo.

La toma nocturna, en tanto, no parece sorprender demasiado, si es que la usas en modo automático.

Sin embargo, si vas al menú especial de Toma Nocturna, el teléfono se vuelve en una bestia de la luminosidad. La foto demora un poco más en tomarse, pero así es como se ve el mismo escenario, pero ahora con el modo especial.

La segunda es, evidentemente una prueba que muestra hasta donde puede llegar, ya que en el caso particular de esta imagen, creo que es más genuina la foto de arriba, pues la oscuridad se ve tal como es. El modo de Toma Nocturna gana más cuando quieres tomar fotos en poca luz, pero más elementos, como en esta calle. El único problema acá fue que los autos comenzaron a moverse cuando no quería, pero si se fijan el nivel de detalle y sobre todo los colores que aparecen en una foto nocturna son algo muy especial. Punto para arriba.

Y Lorena Miki, la experta en selfies, nos muestra como se ve la cámara frontal del equipo. Otro gran triunfo, si me preguntan a mi.

Creo que quedó bastante claro que la cámara es sobresaliente y que el trabajo de Huawei en coingeniería con Leica sigue siendo de los mejores que podemos encontrar en un teléfono, aun cuando este no sea el tope de línea de la nueva saga P20. A lo que quiero llegar con esto es que, si estás pensando entre elegir el P20 y el P20 Pro, la cámara del P20 es lo suficientemente innovadora y buena como para no extrañala. Las ventajas de su hermano mayor son otras, como su pantalla o su mayor batería, pero si te basta con las fotos, entonces no hay que elegir tanto.

Las otras especificaciones funcionan muy bien. Como les dije, la batería de 3.400 mAh es suficiente como para durar todo el día, y si se te olvida cargarlo, la carga rápida está verdaderamente veloz esta vez, siempre que uses el cargador que viene con el equipo. El software con el que viene, EMUI 8.1, es cada vez más liviano y en ese sentido toma todas las ventajas de Android 8.1, pero sin gran peso. Lo que si, trae gran cantidad de apps y juegos preinstalados que fácilmente pueden removerse.

Los audífonos, nuevamente, son sólo por USB-C, algo que debo decir que ya ha dejado de molestarme con la costumbre (aunque ojalá nunca los pierdas).

El Huawei P20 puede que sea opacado por la novedad del modelo Pro, con sus tres cámaras, su gran tamaño y batería exhorbitante, pero siendo justos, con su uso, el equipo se siente suficientemente poderoso como para seguir honrando el trabajo de la compañía china. Tan solo me hubiese gustado un diseño más innovador y atrevido, que muestre por fuera toda la innovación y ganas puestas para que, por dentro, estemos frente a un nuevo triunfo de Huawei.