Review | Just Dance 2020: Baila baila sin pensar
La eterna serie de música y baile cumple una década y lo hace celebrando recordando la evolución de la franquicia y los nuevos ritmos de moda.
Hace exactamente 10 años, Just Dance aparecía en la Wii como uno de esos juegos que solo podían nacer en la exitosa y extraña consola de Nintendo. Era un juego de baile que no usaba alfombras ni cámaras, sino que el sensor de movimiento del Wii Remote para saber si los movimientos de la coreografía se hacían a tiempo.
Técnicamente era un desastre: los movimientos no se registraban muy bien y siendo hábil, se podía jugar hasta sentado. Pero el público casual de la Wii hizo de Just Dance uno de sus juegos favoritos. Y considerando que el principal costo de Ubisoft en la producción de este título fue la licencia de las canciones -ya que las coreografías eran básicamente videos que corrían detrás de unos símbolos que indicaban movimientos- Just Dance rápidamente pasó de ser una idea loca a una franquicia anual.
Hasta la cuarta edición, Just Dance llevaba un número como apellido, pero en la quinta -Just Dance 2014- ya cambiaron al año. Y es que la desarrolladora francesa ya sabía que tenía en sus manos una franquicia eterna, una que nuevamente impuso al pop sobre el rock, dejando a Guitar Hero y Rock Band como anécdotas dentro de la industria.
Y es que la fórmula de cualquier Just Dance es de esas que mientras menos se toque, más funciona. Un juego programado por algoritmo, por los mismos que hacen los éxitos musicales que hoy se nos quedan pegados al instante. Y hoy ya ni siquiera se necesita una consola ni un control para jugar: desde un navegador de internet y usando un smartphone como control, todos ya pueden formar parte de esta fiesta.
Una fiesta que también se hace conciente de cuánto ha durado y cuánto ha cambiado con el tiempo, con la salida de Just Dance 2020, la décima entrega de la saga que si bien no trae nada nuevo en cuanto a su jugabilidad, si viene con un contenido a la altura de la celebración de una década en nuestras consolas.
El juego viene con tres modos principales: Kids, Just Dance y All Stars. El primero es una versión depurada solo para niños, con 9 canciones infantiles, incluyendo el ya mítico Baby Shark, con coreografías bien sencillas y bailadas por niños o simpáticos corpóreos. Totalmente prescindible si no tiene niños muy, pero muy pequeños.
All Stars, en cambio, es un modo completamente especial, hecho para esta edición del juego, que es una celebración de la franquicia a lo largo de sus 10 años. Es lo más parecido a un modo de historia que alguna vez verás en un juego de este tipo, ya que en él deberás pasar por 10 canciones, una tras otra, para llegar al final de tu viaje. Un viaje que tiene como único propósito mostrarte la evolución de la saga.
El modo All Stars es un viaje nostálgico no solo en los gustos del pop a través de la última década, sino también en como la saga se ha vuelto más compleja con el paso del tiempo. A pesar de que la selección tiene como 3 canciones de Katy Perry, y quizás no tiene las mejores de cada saga (pensando quizás en los derechos que había que pagar), sí hacen un buen repaso de la manera en que la serie se ha transformado, partiendo por las coreografías, que en los primeros años consistían básicamente en mover los brazos y hacer rutinas muy repetitivas, hasta las complejas con movimientos en grupo y saltos extraños (te estoy mirando a tí, K-Pop).
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Tras pasar por All Stars no solo te darás cuenta de lo mucho que ha avanzado la serie también de manera gráfica, no solo por los coloridos personajes que bailan, sino también por esos fondos psicodélicos que están a un centímetro de la epilepsia y que generarían diabetes visual si es que eso existiera.
Pero Just Dance también es presente y eso se nota mucho en su modo principal, el cual como siempre, trae cuarente nuevas canciones, que cada año son una mejor representación de los hits que efectivamente se bailaron. Me gustó mucho ver en el setlist tanto a Con Calma como a Con Altura, los dos hits latinos del año que pasó, además de otros infaltables como Old Tow Road, Taki Taki y bad guy. Este año también hay 3 canciones de k-pop en la base, y como siempre, canciones más graciosas como Skibidi y Always Look at the Bright Side of Life.
Es catálogo es bien actual, con solo un par de cariñitos para los más viejos, como Everybody de Backstreet Boys, pero no más que eso, así que ojo con ello: si no has estado escuchando radio, yendo a discos o escuchando los top hits de Spotify, vas a estar un poco fuera del catálogo, salvo que contrates Just Dance Unlimited, el servicio extra que ofrece más de 500 canciones extras, de todos los juegos anteriores, a un costo de 25 dólares por un año, como un season pass, aunque con versiones para un día o un fin de semana, que sirven si quieres armar una fiesta.
Just Dance 2020 no trae nada nuevo y por eso sigue funcionando para su público cautivo. Pero esta edición en particular es de las que vale la pena comprar ya que el tributo a la serie, aunque tímido y corto, es un recordatorio de como un gimmick puede convertirse en un fenómeno pop.
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