Hace ya algunos años que el mercado de los teléfonos celulares llegó a un punto donde queda cada vez menos espacio para innovar. Los usuarios nos hemos acostumbrado a una forma de interactuar con nuestros móviles que hace 10 años, antes del iPhone, no existía. Y los fabricantes tampoco tienen tanto espacio para hacerlo. Cuando el desempeño del año depende de que a un gran lanzamiento le vaya bien o no, las razones para pensar fuera del espejo negro y crear algo que realmente funciones son cada vez más estrechas.

Es en esta nueva disposición de mercado que LG, a comienzos de este año, presentó su LG G6, quizás el que hasta ahora ha sido su mayor esfuerzo en presentar algo más que un celular, sino que un manifiesto sobre cómo podemos, de a poco repensar las convenciones del teléfono móvil. El año pasado, lo intentaron con el G5 y un sistema modular que en el papel sonaba del futuro, pero en la práctica, no le importó a los usuarios. Es por eso que este año partieron de cero.

Hoy tenemos convenciones y elecciones de diseño que no buscan crear nuevas necesidades, sino que adaptarse a la forma en que hemos usado nuestros dispositivos durante este tiempo. El LG G6 toma los elementos que más nos vuelven adictos a nuestros teléfonos y los mejora más allá de la especificación técnica.

Tomemos la pantalla, por ejemplo. La pantalla del celular es quizás la función más relevante que tiene hoy por hoy un teléfono. Es allí donde no solo nos comunicamos, sino que consumimos películas, juegos, revisamos nuestras fotos o incluso, usamos como un espejo digital. La gente quiere pantallas más grandes pero también teléfonos más delgados, que puedan operarse con una mano.

Así es como LG opta por transformar la cara del teléfono y convertirlo en una pantalla gigante. Sin botones, sin obstrucciones y con la menor cantidad de bordes posibles. De hecho, la pantalla usa prácticamente el 80% de toda la superficie frontal del celular. Esto le permite lograr la promesa de un gran panel pero que además pueda usarse con una sola mano. Pero LG quiso dar un paso más y para su FullVision, el nombre comercial de esta tecnología, optó por hacer algo que ningún otro smartphone había hecho: llegar con una pantalla de un aspecto de 18:9 en vez de los 16:9 que es la relación de aspecto que está prácticamente en todos lados.

Con una relación de aspecto mayor se pueden llegar a las 5,7 pulgadas de pantalla sin hacer más ancho el teléfono. Pero más allá de eso, me cuesta encontrar una verdadera ventaja a este sistema de visión, mientras el mercado de las aplicaciones y el contenido siga siendo pensado para el resto de los teléfonos celulares, que están en 16:9.

En aplicaciones de lectura, sí, se puede apreciar mejor. Caben más tweets por pasada, más mensajes de WhatsApp o más correos electrónicos, pues el contenido simplemente se adapta a una mayor cantidad de líneas y listo. Pero las películas, juegos y otro contenido audiovisual, es otra historia, ya que si lo que se muestra no es nativo con ese tamaño, se va a ver estirado, o más bien, cortado. Eso sí, para los juegos le pillé una ventaja: al no usar toda la pantalla, uno puede tomar el celular cómodamente desde los bordes negros que quedan y así se evitan los toques sin querer que suelen ocurrir en un juego de celular.

Otra de las ventajas de esta pantalla alargada es que su tamaño permite que quepan exactamente dos cuadrados en pantalla, lo que permite que el soporte multitarea sea más cómodo que nunca. Dos aplicaciones pueden abrirse a la vez y a cada una le corresponderá un cuadrado completo que funciona de manera independiente.

Pero que la función exista no quiere decir que sea revolucionaria, la verdad yo ya estoy acostumbrado a usar un teléfono como un dispositivo que muestra una app a la vez y no tengo problemas cambiando entre una y otra. Desde el punto de vista del consumo que propone un smartphone, la multitarea nunca superará a la multitarea de un computador de escritorio, porque así es como se consume en un celular, de a uno a la vez.

¿Entonces a quién le puede servir está división de pantalla? Si eres de los que usan Instagram como una competencia de likes, te cuento que el G6 puede ser el teléfono que estabas esperando. Una de las funciones que posee este teléfono se llama Square Cam y es quizás la manera más creativa que tiene el G6 para usar esta súper pantalla. Al igual que en el multitasking, la pantalla se divide en dos cuadrados, el de arriba con el que se muestra la cámara frontal o trasera, y el de abajo se va modificando para ofrecer diferentes funciones.

La más básica es "Instantánea", al cual permite, simplemente, tomarse una foto arriba, con el preview de esta misma apareciendo abajo de manera automática. Para quienes son fanáticos y fanáticas del "ya, una foto más", esta opción les ahorrará un montón de tiempo para quizás seguir tomando selfies.

Las otras opciones de la Square Cam son algo más creativas. Con "Combinación" puedes tomar una foto donde aparezca la cámara frontal y la trasera a la vez, con "Superponer", poner una foto antigua de Guía y así poder mantener el mismo encuadre para siempre, y en Collage, bueno, como lo dice su nombre, una composición de hasta cuatro fotos o videos cortos que son super fáciles de hacer.

Ahora, ninguno de estos modos serviría si la cámara del G6 fuera deficiente, pero la verdad es que no es el caso. La cámara trasera está formada por dos lentes, los que se combinan para generar un efecto de gran angular que funciona muy bien. Acá abajo, por ejemplo, está una foto tomada con el encuadre tradicional de la cámara y otro con el gran angular, que simula 170 grados de apertura. Para tomas de objetos grandes, paisajes o lejanos, la cámara del G6 es de las mejores del mercado. Para acercamientos, en cambio, no logra efectos tan elaborados como los de sus rivales, y eso se extraña.

La cámara frontal no tiene el color ni la definición de la trasera, pero cuenta con el mismo sistema de gran angular que su hermana mayor, por lo que, sobre todo si sabemos que podemos tomar una foto de 18:9, ahora si que todos los amigos caben en la selfie. Pero considerando la calidad de las fotos de la cámara frontal en comparación con los de la trasera, se extraña mucho más cariño en función pero sobre todo en calidad de imagen en nuestras queridas selfies.

Ahora bien, toda este cambio en la mentalidad del diseño, que coloca a la pantalla en el centro de todo, tiene su precio, y en el caso del G6, está en el botón de encendido y el lector de huellas. La compañía decidió combinar ambos en un solo botón redondo que ahora se ubica en la parte posterior del celular, lo cual es muy cómodo para tener un lector de huellas, pero muy incómodo para tener el botón que no solo enciende tu teléfono, sino que lo bloquea y lo desbloquea.

Estoy seguro que de haber querido, LG también hubiese puesto los botones de volumen en la parte de atrás del celular como ya lo hizo antes, pero no. No todo tiene que ser escondido, y la verdad es que un botón dedicado para encender y apagar el equipo al costado habría sido el ideal. Como siempre, estos son problemas que se solucionan con la costumbre.

La batería, de 3300 mAh, hace la tarea correcta de mantener vivo este equipo aun con su gran pantalla. Al 50% del brillo y un uso algo más que el promedio, sale de la casa lleno y llega con un 15% de batería sin tener que cargarlo en la oficina. Cuando ya empiezas a hacer uso de juegos, el rendimiento disminuye y recomiendo la clásica batería externa o el enchufe. Por suerte, al tener conexión USB Tipo C, la carga rápida viene asegurada por defecto. También puede ser sumergido al agua y resistir ataques de polvo y arena para que no se dañe.

Antes de llegar a las conclusiones, quiero hacer especial mención al sistema operativo que viene incluido con este equipo. La versión de Android llamada LG UI 4.0 es quizás la más limpia y agradable a la vista que haya sido creada por la compañía y simula bastante bien la experiencia "stock" de Android, salvo por pequeños detalles.

El "bloatware", los programas que vienen por defecto incluidos por LG no son tantos y algunos sirven bastante, como el LG Switch, una app hecha para traspasar de manera fácil todos los datos, ya sea fotos, aplicaciones y contactos de un teléfono, sea de la marca que sea, a tu nuevo G6. Otra opción interesante es la de la pantalla "Always On", lo que significa que aunque no se esté haciendo nada, la pantalla siempre estará mostrando algo, ya sea la hora, la batería o las notificaciones que te esperan. Así uno puede saber si tiene un correo o un mensaje de WhatsApp sin tener que "despertar" al teléfono. Y el impacto en batería de este modo es realmente nulo.

Como lo dije al comenzar, el G6 es un teléfono creado a la medida de la evolución de los mismos usuarios frente a sus teléfonos, y el diseño sin botones frontales será el nuevo estándar de lo que sacará el resto de las empresas este año. Es, en ese sentido, el mejor teléfono que la compañía coreana ha lanzado en su historia y parece ser la llegada a una identidad que hace rato habían perdido. Sin embargo, hay que decirlo, el equipo llega en un pésimo momento a Chile.

Hace un mes atrás, junto con su estreno mundial, el LG G6 habría sido disruptivo en el mercado. Hoy, sale a la par de varios modelos similares y sin una diferencia sustantiva en el precio, algo que si ocurrió afuera. Porque a pesar de recomendar este teléfono a ojos cerrados, entiendo que alguien prefiera otro porque, además, se ve "más bonito", sobre todo para el pretencioso pùblico chileno.

Y es que a veces no importa tanto quien llega con la innovación, sino quien lo hace con más estilo, y es allí donde el G6 tiene que seguir aprendiendo.