Review | El LG G8X ThinQ solventa su apuesta en una experiencia gamer

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No tiene sentido que lo usen como un smartphone tradicional, ya que su gancho es hacer uso de sus dos pantallas, las que entregan una buena alternativa multitasking.


En un escenario en el que cada vez son más recurrentes los equipos plegables, y las compañías tecnológicas ponen sobre la mesa costosas alternativas para subirse a la ola de esta tendencia, en LG presentaron durante los últimos meses una apuesta diferente y un poco más accesible. O al menos es una que no supera la barrera del millón de pesos chilenos.

Es el LG G8X ThinQ, un dispositivo que cuenta con una segunda pantalla desmontable, y que tiene capacidades de modo multitasking, por lo que que también busca hacerse de un espacio en lo que concierne al mercado gamer móvil. Y ambas características son las que nos convocan.

Es decir, debido a su aparatoso diseño, en el que la segunda pantalla se monta cortesía de una carcasa, el G8X no es precisamente una opción práctica para andar por la calle cuando la utilizamos con su modo de dos pantallas. De hecho, aunque su estructura es sólida, evitando que se genere el temor de que tenemos en las manos un equipo que es en exceso delicado, igual sus bordes son bastante anchos una vez que tenemos instalada la carcasa. Eso le quita puntos de portabilidad al terminal, ya que es muy grueso como para llegar y andar con este smartphone en el bolsillo.

Su pantalla OLED FullVision de 6.4 pulgadas, por otro lado, tiene un rendimiento alto, pero no tanto como el de otros flagships. Pero obviamente el gran gancho está la posibilidad de tener dos pantallas en un mismo equipo y es ahí en donde este G8X busca destacar.

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Aquella característica le permite realizar diversas actividades al mismo tiempo, sin la necesidad de alternar entre aplicaciones, por lo que a la izquierda puedes estar corriendo Pokémon GO y a la derecha tu red social favorita. Es un dos por uno que funciona a grandes rasgos bastante bien, inclusive si quieres tener un video de Youtube o Netflix en un lado y otra aplicación en el costado adicional.

Al mismo tiempo, con un ángulo de giro de 360°, existe una versatilidad de uso bastante amplia, ya sea para utilizar las pantallas paralelas o en un modo más laptop para condiciones de juego o reproducción de videos.

Si cierras la segunda pantalla, surge un pequeño espacio de notificaciones en el frente y, en cualquier momento, también puedes desmontarlas para tener acceso al equipo como un smartphone tradicional. Pero si solo lo usarán así, realmente no tiene sentido que accedan a un equipo como este.

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Precisamente por eso destaca tanto la opción de utilizar ambas pantallas en una experiencia con videojuegos. Más aún, un display puede convertirse en un gamepad digital, con diversos modos dependiendo del juego o tus propias preferencias.

  • Estilo consola: Un mando tradicional con dos pads
  • Estilo carreras: Con un manubrio
  • Estilo arcade: el clásico de un joystiq más las botoneras

También está uno básico o la posibilidad de generar uno completamente personalizado, pero lo más llamativo es que los controles, sea cual sea tu opción, mejoran considerablemente la experiencia de juego móvil.

Por ejemplo, uno de los títulos que fue Fortnite y debo remarcar que su manejo mejoró considerablemente en este nuevo acercamiento. Nunca enganché cuando lo probé con un smartphone tradicional, especialmente por sus controles, pero ese aquí no fue un tema. Y ya sea con shooters, juegos de carrera o simples apuestas más arcade, todo mejora en lo que concierne a los controles.

Utilizar los joystiqs al unísono, para controlar los movimientos del personaje y la cámara, se volvieron una experiencia sin complicaciones. Lo mismo sucedió con el tema de los botones.

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De ahí que esta sea su mejor característica, ya que al utilizar videojuegos compatibles con el gamepad digital, se vuelve muy notoria la forma en que atrás quedan los clásicos problemas que tienen los juegos en un entorno móvil. No solo eso, también es ahí entiendes que es el mejor uso que puedes darle al G8X ThinQ, junto a las posibilidades multitasking de sus dos pantallas.

Expuesto eso, obviamente el equipo también tiene condiciones que están por sobre la media para un smartphone, por lo que es un gama alta con todas sus letras, pero si solo lo quieren utilizar como un equipo tradicional, inclusive en lo que respecta a sus cámaras (que incluye una frontal de 32 megapixeles), la verdad es que no tiene sentido y este no sea el equipo para ustedes.

Y, finalmente, considerando a lo que están apostando los equipos plegables, este equipo tampoco funciona como una tablet glorificada, ya que no tiene sentido fundir sus dos pantallas en una sola debido al gran espacio que hay entre ambas.

El G8X ThinQ salió a la venta hace un par de meses a un precio de $799.990 pesos chilenos, pero, en un abrir y cerrar de ojos, ya se puede encontrar a $599.990 en Movistar.

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