No hay muchas cosas que decir sobre Mario Kart 8 Deluxe porque ya casi todo está dicho. El último juego de Nintendo lanzado para la Nintendo Switch es, como lo indica su nombre, una versión de lujo y aumentada del mismo juego que apareció para la ya difunta Wii U en el año 2014. Una técnica ya común en las empresas que, para rellenar el catálogo de sus nuevos equipos acuden a las "versiones definitivas" de juegos pasados y exitosos. Sí, es un refrito, pero uno de esos que valen la pena, sobre todo porque las bajas ventas de la sucesora de la Wii dejaron al mejor Mario Kart jamás creado con muchas menos de las ventas que merecía.

En el paquete se incluyen las 32 pistas que aparecieron en el disco original, más todo el DLC, incluyendo 16 pistas y nuevos personajes de otras franquicias como Link, los aldeanos y la querida Canela. Y habiendo hecho sólo eso, Nintendo ya tendría un gran juego para seguir aumentando las ventas de su consola, esta reseña llegaría hasta acá y estaríamos todos jugando en vez de leyendo. Pero la compañía decidió pulir algunas de las asperezas que los fanáticos demandaron,

El agregado más notorio es el regreso del modo de batalla, presente desde el primer juego de la serie y que en Mario Kart 8 también fue implementado, pero de una manera tan floja y mal ejecutada, que era como si no estuviera allí. Ahora se reformuló por completo y desde Nintendo crearon ocho nuevos escenarios -cinco originales y tres basados en entregas anteriores- para disfrutar de las clásicas peleas de globos.

Junto a los 8 escenarios, vienen cinco modos de juego diferentes: Batalla de Globos -el clásico-, Patrulla Piraña -donde un equipo de policías persigue a otros-, Bob-ombardeo -una batalla de globos pero solo con bombas-, Batalla de monedas -el que junta más monedas ganas- y Asalto al sol -una suerte de King of the Hill pero en movimiento-.

Yo soy de los que opina que Mario Kart es para correr carreras y que el modo de batallas es un agregado, pero aun así me gusta que esté presente y varios de los modos, como Asalto al sol, son bastante entretenidos como para terminar la jornada.

Las carreras en sí, a pesar de no tener ninguna pista nueva, si cambiaron en varios aspectos que modifican la experiencia del juego. El primero de ellos es la inclusión de dos espacios para items, lo cual convierte a las carreras en algo mucho más caótico que de costumbre, sobre todo cuando juegas multiplayer. Al haber más ítems rotando, la cantidad de objetos en pantalla también crece y la posibilidad de que salga una concha azul ahora es cada vez mayor. En mi peor escenario, me tocó ver tres de ellas en una sola carrera, dos de las cuales sabotearon mi primera ubicación.

El otro cambio de gameplay es la inclusión de un tercer miniturbo, el cual se logra con un derrape aún mayor. Dependiendo del color de las chispas que salgan tras el vehículo será un miniturbo, un superminiturbo o un ultraminiturbo, una nueva herramienta para seguir rompiendo récords y marcas, pero que para quienes juegan de manera casual, en realidad ni siquiera les importará.

Y les importará menos sabiendo que en su afán de crear modos para que hasta el perro pueda terminar un juego de Nintendo, es que la compañía añadió dos asistentes de manejo que puedes activar o desactivar a placer antes o durante cada carrera. El primero, es un asistente que impide que el auto se salga de la pista y el segundo, uno que acelera de manera automática.

Es cierto, no estaba bromeando cuando digo que hasta el perro puede jugar, es cosa de asignarle un personaje y dejar el control tirado. Sin que nadie toque nada el jugador llegará a la meta. No se garantiza un primer lugar, pero si pelear la medianía de la tabla.

Lo malo de estas opciones es que vienen activadas por defecto, cuando debería ser al revés, el que quiera asistencia, que la coloque, pero bueno, es cosa de presionar un par de botones y ya está.

Hablando de controles, la Switch soporta una gran cantidad de modos de juego y cada uno tiene lo suyo. Creo que los modos de juego que usan controles más grandes, como el control Pro, o los dos Joycon unidos por el grip son la forma correcta de disfrutar este título, sobre todo para el modo online. Pero si se va a jugar en una fiesta, con un grupo de amigos, el Joycon de lado funciona perfectamente, sobre todo si habilitas el control por movimiento, y así no juegas con los dedos apretados.

Lo que sorprende de mejor manera es ver como el juego corre en modo portátil: las gráficas se ven brillantes y nítidas y con todo corriendo a 60 cuadros por segundo, la experiencia de jugar MK8 Deluxe en el camino es superior. Y que el multijugador portátil funcione tan fácilmente como colocando la Switch en una mesa y sacando los controles del costado, hace que disfrutar del mejor Mario Kart de la serie sea más fácil que nunca. Pero más allá de lo increíble que es tener un juego de esa calidad en una mochila.

Pero más allá de eso, y los que ya tienen la Wii U y están esperando una excusa para quedarse con una Switch, esta versión de Mario Kart 8 no es suficiente. Gráficamente son muy similares y no se explica por qué en una consola superior en poder a la Wii U, el modo de cuatro jugadores siga corriendo a 30 cuadros por segundo. No es algo que afecte demasiado a la experiencia, pero es quizás la única mejora que habría vuelto a Mario Kart 8 Deluxe un indispensable.

Pero para nuevos dueños de la consola, o para quienes tuvieron que vender la antigua y se quedaron sin juego, Mario Kart 8 Deluxe es la mejor versión que hay del mejor Mario Kart que se ha creado. Un juego imperdible para la Nintendo Switch que se jugará por mucho tiempo pero que esperamos, sea el fin de tanto remake para comenzar a ver lo que ofrece una consola nueva y no hecha de refritos.