A estas alturas no es misterio reconocer la relación indisoluble que existe entre Nintendo y su deseo constante de vendernos nostalgia empaquetada a precio de estreno. Para sus defensores, un agradecimiento constante por mantener vigentes títulos históricos de la empresa, pero para otros, un aprovechamiento sobre todo considerando que el resto de la industria es mucho más transparente, ofreciendo grandes packs o bien, remakes completos de videojuegos pasados.

Pero la verdad es que si Nintendo se ha ganado una mala fama a la hora de vender su nostalgia es porque muchas veces lo hace con el menor esfuerzo posible. Recordemos por ejemplo lo que ocurrió con Mario 3D All-Stars, la compilación que la compañía vendió a 60 dólares y que incluía a Super Mario 64, Super Mario Sunshine y Super Mario Galaxy pero sin ningún tipo de mejora. Básicamente lo que se conoce como “una colección de ROMs”, ofreciendo ningún tipo de control nuevo, mejoras de rendimiento ni tampoco la resolución.

Otras veces si le han atinado. The Legend of Zelda: The Wind Waker HD, lanzado para la Wii U, por ejemplo, no solo mejoró un juego que ya era bonito, sino que además agregó cambios en jugabilidad, mejor desempeño y compatibilidad con el Gamepad.

Pero así es Nintendo: siempre un paso adelante y dos atrás: por cada remake como el Link’s Awakening, hay servicios como el Nintendo Switch Online que rescata juegos, pero tras una conexión online.

Y usando esta escala, Metroid Prime Remastered es mucho más que un paso: es un salto completo en calidad y respeto a la obra original como nunca había visto en una obra de Nintendo.

Metroid Prime Remastered es un experimento impresionante ya que solo se encarga de refrescar los únicos dos elementos que podrían sentirse fuera de lugar durante el 2023: las gráficas y los controles.

Metroid Prime en su versión original es un juego particularmente inmersivo y que en su tiempo recuerdo que precisamente me cautivó por su estética. El paso de Metroid al 3D no solo trasladó a la perfección su sistema de exploración, pero también el hecho de estar en un planeta con biomas diversos que definen no solo el tipo de enemigos y obstáculos que podemos encontrar, sino que como el ambiente interactúa contigo de forma visual.

La forma en la que gotas de lluvia, vapor condensado, la sangre de algunos insectos o el reflejo de la cara de la protagonista cuando aparece una luz muy brillante sorprendieron al pequeño Axel del 2002 y lo detallado que se veían los ambientes lucían bien en los CRT de esos años, pero como ya sabemos, los juegos poligonales suelen envejecer peor que los que son en 2 dimensiones.

Así que lo primero que destaca del juego es su actualización gráfica, la cual no es solo un simple escalado HD de esos que nunca se ven bien. Acá hay un cambio de texturas, de iluminación en ciertas partes y todo ahora en widescreen, corriendo a 60 cuadros por segundo. El cambio gráfico es increíble, pero sin cambiar ningún ápice de la dirección de arte y de diseño de niveles del juego original. La mejor forma que tengo de describir el trabajo hecho en esta remasterización es que Metroid Prime luce tal cual como lo recuerdo, como si las gráficas se encargaran de llenar los vacíos que en ese entonces mi mente rellenara en tiempos previos al HD.

Así es como logra el mismo efecto inmersivo que enamora a primera vista, solo que adaptado a la calidad de los televisores y portátiles que ya tenemos. Las gráficas no solo se ven mejores, sino que lo hacen sin dejar de capturar la esencia del original, algo que siempre suele perderse con los remasters que solo aumentan la resolución original y terminan viéndose totalmente artificiales.

Y ese es el mayor mérito de este remaster, precisamente volver a resaltar los elementos que en su tiempo lo hicieron gigante y entendiendo que para que las nuevas generaciones lo descubran, hay que ceder en la pureza del mismo, que no basta pretender que un juego hecho con limitaciones de hardware de una época pueda trasladarse a hoy sin perder fidelidad.

Quizás sí se puede hablar de un cambio más de programación, es que Metroid Prime Remastered cuenta con la posibilidad de ser usado con tres esquemas de control diferentes: Puedes jugarlo con un control de Gamecube utilizando un adaptador, puedes jugarlo como la versión de la Wii con un puntero y puedes también disfrutarlo como un shooter moderno con los dos sticks, que es como lo hice yo. Y de nuevo, todo funciona a la perfección.

Pero dejando de lado las gráficas y los controles, lo que mejor demuestra Metroid Prime Remastered es que la estructura de su juego está tan vigente y funciona tan bien como hace décadas. De hecho, me atrevería a decir que en esta nueva revisada, si cuando joven me deslumbré por el ambiente, la música y la jugabilidad, ahora más de grande y con todo el género del Metroivania explotado a más no poder por desarrolladores indies y la propia Nintendo, es que Metroid Prime sigue funcionando como uno de los grandes juegos de exploración 3D de todos los tiempos y me atrevería a decir que es el que mejor lo hace dentro de su escala 3D acotada.

Ese constante tire y empuje entre novedades como el Mapa 3D, pero no tener la posibilidad de colocar pines en el mapa, algo que existe hoy por montones, por ejemplo, te obliga a recurrir a tu memoria, a patrones y a otros elementos, como los nombres de los salones para saber a dónde devolverte. Con un mundo que crece hacia los lados pero también hacia arriba y hacia abajo, Metroid Prime Remastered sigue siendo un desafío perfectamente ajustado para desafiarte con las posibilidades de juego que puede traer. Un juego que no tiene luces brillante que indican tu camino y con el que, sin embargo, es muy difícil sentirse perdido si es que no le pones atención.

Metroid Prime Remastered sigue siendo una experiencia que se disfruta mejor en ratos largo, y con la memoria más fresca posible para no desconectarte de la narrativa visual que va contando Samus a través de su viaje por este planeta colonizado.

No quiero seguir hablando sobre la reseña de un juego que no necesita defensa. Cientos de reseñas se han escrito durante todo este tiempo y con razón. Yo no se si este juego es una disculpa por el retraso constante que ha tenido Metroid Prime 4, o algo que efectivamente viene cocinándose desde hace tiempo, pero sea cual sea el motivo de su existencia, yo no puedo estar más que agradecido de que al menos por esta vez, Nintendo no solo quiso lucrar con su pasado, sino que lo elevó a un pedestal con el cual podemos volver a apreciar una obra que como todas las mejores, tiene una influencia que cruza el umbral del tiempo.