Desde las primeras pruebas antes de su lanzamiento, la propuesta de Mortal Kombat 1 ya tiraba pinta. A pesar de ser un nuevo reinicio, generado solo poco después del anterior, con la subsecuente presentación de una historia que vuelve a fojas cero para reinventar a la mitología de la franquicia, su propuesta de juego se sentía desde sus test de prueba como una reinvención llamativa para remecer el statu-quo de los últimos juegos.

Es decir, aunque elementos como los ataques fatales con rayos X siguen teniendo un foco de espectacularidad no menor durante las peleas entre mortales, la inclusión de strikers (conocidos oficialmente como “kameo fighters”) entregan un nuevo sabor, ya sea al intervenir en el momento preciso de una batalla o iniciar una secuencia de combos que permita masacrar a los rivales. Es decir, esa nueva dinámica de pelea ya representa un viento fresco que potencia a lo que de por si es una presentación espectacular.

Por otro lado, aunque este es un juego de peleas, y no pocos creen que la historia debiese estar en un segundo plano, en la saga de Mortal Kombat esta siempre ha sido un factor tan importante como lo es la propia forma en que se desenvuelven las batallas sangrientas.

Y en esta, siendo una extensión de lo que ocurrió en el juego anterior, la premisa y todo lo que se comienza a catalizar es súper atractivo, dando cuenta de cómo Liu Kang reinició a la historia para dar nueva forma a todos los reinos. Y aunque hay cosas que simplemente no cambian, como el hecho de que siga existiendo un arcoíris de ninjas, hay los suficientes cambios en el entorno para establecer que este no un mero refrito del juego original.

La clave en la historia es que a pesar de existir cierto balance, en una creación imperfecta que es propia de alguien que alguna vez fue un simple mortal, la humanidad y todo el resto de razas que conforman a este universo están condenadas a resolver sus problemas de la única forma que es posible: a puños, cortando cabezas y haciendo explotar las vísceras. Y obviamente ahí es dónde entran a jugar las sorpresas que ponen patas para arriba al nuevo torneo que el Dios Liu Kang planea para su nueva utopía. De ahí que el modo de campaña sigue siendo uno de los principales atractivos para experimentar y realmente no desentona.

En esa línea, Mortal Kombat 1 presenta visualmente a la franquicia mejor que nunca. Los diseños de personajes y escenarios representan un notorio avance a partir de lo que comenzó a instaurarse con el reinicio de Mortal Kombat 9 en 2011 y, por extensión, la posterior renovación visual que el estudio NetherRealm solventó a partir de los juegos de Injustice,

Obviamente hay cosas que siguen viéndose toscas en la fórmula, especialmente en los aspectos aéreos de combate, pero en general la dinámica de las peleas se sienten pulidas en la comparación con el título anterior.

En ese sentido, si sumamos las combinaciones de ataques, el paso entre los golpes de tu personaje principal y su alianza con el kameo fighter, los combos que pueden conectarse y los ajustes realizados para dar una buena variedad en el ámbito de los fatalities terminan estableciendo que la fluidez de las peleas, el punto más importante en un videojuego como este, esté muy bien ajustada. Los combates son rápidos, frenéticos, sangrientos y todo lo que uno espera de un Mortal Kombat.

Agregando el entorno, en donde escenarios como la sala del trono de la reina Sindel son espectaculares, terminamos teniendo acceso a un mundo llamativo y que invita a perderse en un combate tras otro. Y lo mejor de todo es que la curva de aprendizaje es bastante apropiada, ya que las nuevas mecánicas no se sienten demasiado enmadejadas como para complicar en exceso nuestro acercamiento al control de cada personaje.

Y obviamente en todo ese escenario siguen existiendo elementos familiares para lo que han sido los últimos tres videojuegos de la saga, tanto para bien como para mal, por lo que el reinicio propio de la historia no se traslada al gameplay más allá de las nuevas mecánicas ya mencionadas. Pero en general todo está mucho más pulido y se puede notar la evolución existente desde MK9. Y eso de por si es un plus que no es menor.

Más allá de las peleas en si, también hay que agregar que Mortal Kombat 1 incluye varios modos de juego novedosos que buscan complementar la experiencia para todos aquellos que no quiere pasar todo su tiempo en los entornos de enfrentamiento en línea.

Hay un modo llamado “Invasiones” que, en el estilo de un juego de mesa, permite desbloquear objetos y ataques para los personajes, lo que se suma a un sistema en donde cada personaje tiene decenas de “niveles” para desbloquear extras. Lo anterior permite que haya mucho contenido disponible más allá de las propias peleas. Y en todo ese escenario, la promesa de NetherRealm es mantener este nuevo modo fresco con actividades, áreas y nuevas cosas para desbloquear cada cierto tiempo.

A la larga solo queda remarcar que este nuevo Mortal Kombat no es una mera repetición de la exitosa fórmula del juego anterior y realmente busca ajustar las mecánicas con nuevas opciones que van más allá del cambio propio de un reinicio de historia. Obviamente hay menos opciones para cada personaje, pues ya no están disponibles las “variaciones”, pero los Kameo Fighters suplen ese apartado y su dinámica convierte a las peleas en algo más llamativo.

Si a eso sumamos el diseño visual, su dirección narrativa y la presentación que en general existe en un título de Mortal Kombat, pues más de un fatality saca sonrisas por lo absurdo de su propuesta sangrienta, quedamos con una propuesta que sí es un avance llamativo para todo lo que ha hecho esta franquicia durante la última década.

Mortal Kombat 1 ya está disponible. La versión probada fue la de Playstation 5, por lo que no abordamos lo que ocurrió con la vilipendiada versión de Nintendo Switch.