Desde el momento en que fue anunciado Mortal Kombat 11, una de las cosas que más llamó la atención, fue su llegada a la Nintendo Switch. Siendo aún bastante extraño que títulos triple A lleguen a todas las plataformas de forma simultánea, la pregunta de como luciría sin duda atrapaba a muchos seguidores de la saga.
Antes de continuar hay que mencionar que esta reseña se centra en como funciona el juego en la consola de Nintendo, y si quieres leer el análisis completo lo puedes hacer en el siguiente enlace.
Desde el momento en que ingresamos al menú de Mortal Kombat 11, podemos imaginar lo que se viene, si utilizamos el modo portátil veremos unos recuadros bastante pixelados y que de inmediato genera un manto de duda sobre el juego, esto mejora bastante al utilizarlo conectado al televisor, aunque de todas formas queda bastante más atrás en el aspecto visual que las versiones de PS4 y Xbox One.
Al pasar a la selección de personaje las imágenes mejoran bastante en cuanto a su diseño, y no es hasta iniciar el combate que nos llevamos la sorpresa. El juego parece tener una serio problema con los brillos y gráficos de los cabellos y barbas. Es así como en ocasiones un pelo que debería ser negro, lo vemos prácticamente blanco, dejando la pregunta de ¿Qué diablos pasó acá?
El problema no sólo se produce al jugar en modo portátil, al jugar conectado al dock, ocurre lo mismo, aunque los gráficos lucen un poco mejor no se soluciona del todo el problema y deja la sensación de que se pudo hacer algo mejor, sobretodo teniendo en cuenta que por otros títulos han demostrado que la Switch si puede entregar una experiencia visual bastante buena.
Pero si los gráficos dejan que desear, en el extremo contrario se encuentra la jugabilidad. Desde el momento en que inicias el combate, hasta que finaliza, no existe caídas de frames perceptibles, manteniéndose a 60 cuadros por segundo tanto en modo portátil como conectado al televisor, dando una fluidez al combate que sin duda se aprecia y disfruta.
Mantener el juego en unos estables 60 FPS, sin duda requiere concesiones, y los gráficos fueron los afectados en esta ocasión. Tras un rato jugando, uno se acostumbra a estos y considerando que la jugabilidad es un disfrute sin duda se perdona.
En una línea diferente, las cinemáticas del juego en el modo historia lucen bastante bien y se disfruta de buena forma ya sea en modo portátil como conectado al televisor.
Si hay algo que no luce para nada bien en esta versión, pero que no tiene tanta importancia, es la Krypta, con unos gráficos bastante malos, también es uno de los pocos momentos donde ocurre una caída de frames -al intentar abrir los diferentes cofres- lo cual es bastante molesto, pero considerando que este lugar no influye mucho, pierde relevancia.
Finalmente, aunque las imágenes quizás puedan perturbar un poco, Mortal Kombat 11, es un buen título en Nintendo Switch, quizás faltó un poco de optimización pero en cuanto a su jugabilidad no tiene nada que envidiarle a la versión de las otras consolas.