Cuando me tocó revisar el Galaxy Z Fold 2 a fines de 2020, desde la primera impresión me quedó claro que se trataba de un equipo con una propuesta muy atractiva para la tendencia de los smartphones plegables. Al mismo tiempo, era innegable que se trataba de un dispositivo enfocado, cortesía de su alto valor, a un selecto grupo de usuarios que quisieran tener lo último de lo último en la innovación.
Lo anterior una vez más se mantiene en la nueva versión del equipo, el Galaxy Z Fold 3 5G, pero desde Samsung han volcado todos sus esfuerzos no solo para mejorar todo aquello que se podía mejorar, sino que también para agregar aún más características que convirtiesen a este dispositivo en el más avanzado de la oferta plegable de la compañía y en un innovador en todo el mercado.
Para lograr aquello, inevitablemente la conversación tiene que surgir desde el trabajo con las pantallas de este smartphone. Por un lado, cuenta con una pantalla exterior Dynamic Amoled de 6.2 pulgadas y una pantalla desplegada interna de locura con su Infinity Flex de 7.6 pulgadas. Ambas obviamente no se desmarcan de la norma para los teléfonos que actualmente son tope de línea, ya que cuentan con una tasa de refresco de 120Hz que entregan una experiencia fluida, brillante y de colores potentes. Es un gusto ver contenido en ambas pantallas.
El punto de inflexión en esta ocasión tiene que ver con el hecho de que su pantalla interna no tiene ningún tipo interferencia. Se despliega de punta a cabo cortesía del hecho de que Samsung ahora implementó por primera vez una cámara para selfies debajo del display. Además, con la experiencia de los dos modelos anteriores, desde el primer momento queda claro que este nuevo Galaxy Z Fold mejora el trabajo para lograr su magia plegable.
Ambos elementos - la pantalla en todo su esplendor y el mecanismo de bisagra que entrega su principal carta de batalla - representan una mejora que solo se refuerza ante un hecho no menor. de solo tomar a este dispositivo queda claro que en la marca surcoreana decidieron hacerlo más robusto en términos de protección.
Es decir, el gran temor con los plegables ha estado marcado por esa área. Ahí están los desastrosos primeros acercamientos que se dieron con el primer Fold. Pero ahora el equipo no solo tiene una nueva película protectora que pasa desapercibida, sino que cuenta con resistencia al agua IPX8 y una implementación de la tecnología Gorilla Glass Victus para dejar en claro que esta propuesta es realmente resistente. Obviamente da cosa ponerlo a prueba en términos de golpes, por que igual sigue siendo un equipo extremadamente costoso y tuvimos acceso a una unidad de prueba, pero realmente se siente más firme que nunca.
Otra mejora significativa respecto al modelo anterior (que es con lo único que a la larga podemos comparar) tiene relación con las cámaras de este equipo. Aunque obviamente podrían tener mejores resultados teniendo en cuenta el panorama competitivo actual que cada vez entrega mejores sensores, el rendimiento del Z Fold 3 no queda al debe en la comparación con otros equipos de primera línea. Esta claro que no llega a la calidad de módulos como los del Galaxy S, pero los resultados son de todas formas más cercanos a la excelencia que a una deuda.
Claro, la cámara frontal bajo la pantalla interna es solo un chiche de 4 megapixeles, que en realidad no convoca mucho a su uso, pero igual cuenta con otro frontal exterior de 10 megapixeles y un sensor principal de 12 megapixeles de excelentes resultados.
A eso sumen un teleobjetivo, un ultra gran angular y la robusta maquinaría del software fotográfico de Samsung. Tomas únicas, retratos, comida, modo noche, está realmente todo lo que esperan y con resultados por sobre la media.
Pero en donde más notan las mejoras es en donde más importa: la productividad y el multitasking. Ante la eliminación de la línea Note, ahora el Fold es la apuesta que no solo busca sacar partido a las aplicaciones de trabajo, reforzadas por el uso del S-Pen, sino que también por las posibilidades de dividir la pantalla y utilizar tantas aplicaciones como sea necesario.
Demás está decir que el equipo no suda para nada, ya que su configuración incluye un potente procesador Snapdragon 888 y 12GB de RAM que son más que suficientes para llevar a cabo cualquier tarea, videojuegos incluidos
También ayuda que la navegación sea muy intuitiva, por lo que es bastante fácil agregar aplicaciones desde la barra Edge para dividir la pantalla y visualizarlas al mismo tiempo. Es ahí en donde este dispositivo reluce en un área en donde un equipo convencional simplemente se queda corto de espacio.
Además, desde Samsung prometen que existen más aplicaciones optimizadas (Pasando por Spotify, Youtube o Netflix por nombrar a algunas), y la posibilidad de anclar algunas para que no se pierdan al pasar desde la pantalla externa a la interna y viceversa. Más aún, a pesar de que plataformas como Instagram vuelven a agregar barras laterales en la presentación desplegada, visualmente esto no se transforma en algo que luzca poco atractivo.
Igual hay aspectos que están convocados a futuras mejores. Al estar plegado, el grosor del smartphone sigue siendo demasiado prominente. Por otro lado, y quizás más importante, la batería queda al debe. Esta es de solo 4400mAh, por lo que la autonomía no está a la par con el estándar actual de la mayor parte de los equipos que entregan una carga de un día.
Por el contrario, como es tanta la energía que ocupa este dispositivo, con tanta pantalla y aplicación cargada al mismo tiempo, que en cuestión de 1 hora la barra de energía baja considerablemente. Si le dan todo la potencia de uso, y le dan todo el brillo, no esperen ni de cerca un día de uso intensivo.
Pero en última instancia, lo que queda es el mejor smartphone plegable realizado a la fecha no solo por Samsung, sino de lo que hasta ha salido al mercado. Este equipo deja atrás a las dudas iniciales que marcaron a la oferta de Samsung, para concretar una apuesta que se siente innovadora, funciona aún mejor y está construidA mejor que nunca.
Sí, el precio seguirá siendo su principal barrera, pero ya está claro que Samsung quiere entrar una experiencia no replicable y hoy por hoy eso es lo que al fin lograron justificar con esta versión. La definitiva del Fold. Bueno, hasta que llegue el próximo modelo.
En su revelación para Estados Unidos se informó que el equipo tendrá tres colores: Phantom green, black y white. Su precio es de $1799,99 dólares, pero aún no se ha revelado ni su valor ni su fecha de llegada a Chile.