Review | Sonic 2, una secuela que al menos supera a la primera parte
La nueva película de la popular mascota de Sega recoge todo lo que se hizo en la primera película y generalmente lo mejora.
La vara en el ámbito de las adaptaciones de videojuegos en el cine ha estado siempre bastante baja, por no decir que ha estado en un nivel subterráneo de calidad.
Desde que se estrenó aquella primera película de Super Mario a comienzos de los noventas, en donde el personaje más famoso de las consolas fue parte de un fracaso colosal, se reforzó - lanzamiento tras lanzamiento - la idea de que este tipo de producciones son casi siempre sinónimo de bodrios que no valen la pena. Más aún, ni siquiera el éxito económico, como sucedió con la saga de Resident Evil comandada por el Paul Anderson malo, permitía que estas películas se salvasen de las críticas negativas abrumadoras.
Sonic, la primera adaptación del clásico personaje de Sega, y que llegó a los cines justo antes del colapso provocado por la pandemia, corrió a toda velocidad para no caer en la misma bolsa de Double Dragon, Mortal Kombat: Aniquilación, Need For Speed, Tekken y tantas otras. De hecho, fue recibida en general de forma positiva, básicamente porque no estaba en la misma línea de aquellas basuras basadas en juegos que han llegado previamente a la pantalla grande.
Recuperando varias características de los videojuegos del erizo azul, pero sin convertirse en una adaptación al calco que intentase replicar la visualización del gameplay o las propias historias, la primera producción de Sonic no era una gran película, ni mucho menos un entretenimiento familiar del más alto nivel, pero aún así salvaba la plata de la entrada. Inclusive se podía decir a su favor que se instaló como una adaptación que proponía algo nuevo al transportar al personaje a nuestro planeta, concretando una decisión que permitió darle más personalidad al héroe azul. Más importante aún, aquella película de 2020 también logró conectar con una nueva audiencia infantil, lo que sin duda es algo clave para que el pobre Sonic no siga siendo un mero recuerdo de aquellas viejas glorias noventeras.
Sonic 2, la secuela que llegó esta semana a los cines chilenos, recoge todo lo que se hizo en la primera película y generalmente lo mejora. De partida, una de las grandes críticas hacia la primera película tenía relación con los personajes humanos que se robaban protagonismo. En esta nueva película, sus roles fueron reducidos al mínimo, lo que de por si influye en que sus actores se sientan aún más en piloto automático, ya que el equipo creativo al menos entendió que la clave estaba en Sonic y que el único humano que debía salir más minutos que el resto era el desequilibrado Doctor Robotnik interpretado por Jim Carrey.
En ese sentido, la nueva historia comienza precisamente en torno al villano, quien en la primera entrega quedó atrapado en un planeta de hongos, sin la posibilidad de concretar un escape. Viviendo día a día en medio de los champiñones, un experimento le permite captar la atención de Knuckles, un guerrero espacial que está en busca del erizo azul debido a una antigua disputa entre los equidnas y la orden de búhos a la que pertenecía Garralarga. Y ante esa situación, Robotnik se aprovecha para regresar a la Tierra, utilizar al poderoso Knuckles en contra de Sonic e iniciar una persecución alrededor del mundo mientras todos buscan una gema que tiene la capacidad de convertir a los pensamientos en realidad.
La gracia de Sonic 2 en ese esquema está en potenciar al máximo a los personajes de animación digital que surgen desde los videojuegos de Sega. Eso no solo permite que el erizo azul tenga aún más protagonismo, sino que también se hagan de un espacio los nuevos personajes, el pequeño Tails y el fortachón Knuckles. Al mismo tiempo, y aunque no está muy bien desarrollado, la historia recoge temáticas para todo público sobre la independencia, la soledad, la amistad y la importancia de la familia, lo que cruza a los cuatro personajes principales rumbo al explosivo desenlace.
A esa historia ayuda bastante que Robotnik esté más loco y sobreactuado, cortesía de un Jim Carrey que a pesar de no hacer uso de la fortaleza de su expresividad gestual, al menos sí se siente cómodo. A diferencia de lo que sucedió con varias de sus películas anteriores, como fue el caso de la lamentable secuela de Una Pareja de Idiotas. Y eso de por si es un plus importante.
En definitiva, quizás lo importante de recalcar es que, a pesar de que Sonic 2 no sea la mejor adaptación posible de un videojuego, y hay muchos de sus componentes que no cuajan en su narrativa, de todas formas tiene varias cosas a su favor. Es divertida, tiene secuencias de acción para toda la familia que funcionan y, en el camino de validarse como secuela, mejora varios de los aspectos que estuvieron en la primera película. Inclusive se puede decir que también sustenta las bases para creer que es posible que existan más mejoras a medida que el universo cinematográfico del erizo azul sigue expandiéndose. Y en el escenario de las adaptaciones de videojuegos, todo lo anterior es pura ganancia. Repito, la vara realmente estaba bien baja, pero Sonic 2 la sortea sin mayores dificultades.
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