Sonic Frontiers es un juego que genera sentimientos encontrados y es que la más reciente entrega del erizo azul de Sega es una combinación de elementos que resulta por lo menos extraña y que en ocasiones puede resultar atractiva y en otras un completo sin sentido. Es que nos encontramos con un juego que implementa por primera vez un mundo abierto para Sonic pero sin dejar en el pasado los niveles cerrados, incluso cuenta con algunos de estos simulando una etapa 2D provocando una extraña combinación de elementos y que pareciera que desde Sega quisieron incluir todos los tipos de jugabilidad que tiene Sonic al momento de desarrollar el juego para no generar discrepancias entre los fans.
Pero comencemos con la historia... Sonic y sus compañeros se transporta hasta una misteriosa isla para investigar un tema relacionados con las Chaos Emerald, al llegar es que se ven separados quedando Sonic sólo en una isla aparentemente desierta. A medida que vamos avanzando es que nos enteramos que nuestros amigos se encuentran atrapados y debemos comenzar una aventura para reunir las diferentes esmeraldas para acabar con los titanes que defienden cada una de estas bases a la vez que luchamos por rescatar a cada uno de nuestros compañeros. El juego de esta forma presenta una historia que en sus comienzos da cuenta de más misterios que certezas y donde no se molestan en explicar con muchos detalles lo que está ocurriendo.
A través de diálogos con los personajes atrapados como Amy, Knuckles o Tails y con un misterioso personaje es que nos vamos enterando poco a poco de lo que ocurre en una trama que no logra cautivar del todo y que aunque en momentos resulta interesante, la mayor parte del tiempo es sólo una excusa para realizar las diferentes tipos de actividades que hay para hacer.
Como ya mencionamos el juego presenta un mundo abierto, aunque no es tan abierto y es que partes de la isla que estemos explorando estarán cerradas hasta que avancemos en la historia, lo que se junta con el hecho de que el juego está dividido en cuatro islas, por lo que explorarás cada una de estas de forma independiente, pudiendo avanzar a la siguiente una vez que hayas completado con los objetivos necesarios y derrotado al Titán que la defiende.
Aquí es cuando llegamos al punto más extraño de Sonic Frontiers y es que su sistema de progresión es una combinación de elementos que llega a resultar incluso algo confuso.
En un comienzo tenemos el mundo abierto en donde podremos obtener unos engranajes al derrotar a los diferentes enemigos que se encuentran esparcidos por la isla, estos engranajes nos permitirán desbloquear los niveles cerrados a través de una serie de tronos que hay por el mapa y que nos permitirán jugar etapas basadas en clásicos de Sonic como Green Hill o Chemical Plant. De estos niveles cerrados es que podremos obtener un llaves -el número depende de los objetivos que logremos- y con estas llaves es que podremos desbloquear las Chaos Emerald para enfrentar al Titán de la isla. Pero esto no es todo, ya que al explorar el mundo y hacer sus diferentes parkour o circuitos obtendremos unos emblemas que nos permitirán ir liberando poco a poco a nuestros compañeros y en algunos casos también obtener alguna esmeralda.
Con todo esto es que nos encontramos con un sistema de progreso que cuenta con diferentes partes que no terminan de conectar del todo bien, pero que en jugabilidad entregan opciones para que todos queden conformes dando por resultado una extraña combinación.
En la jugabilidad dado los diferentes elementos que tiene el juego es que tenemos una amplia variedad. En el mundo abierto aunque tenemos varias mecánicas ya conocidas de los juegos de Sonic en 3D, como el hecho de poder atacar con un dash teledirigido a los enemigos, el juego implementa una nueva habilidad que nos permite dejar una estela y encerrar con ella a nuestros enemigos para elevarlos por los aires y de esta forma poder atacarlos con mayor libertad. Esta mecánica también se utiliza al momento de resolver acertijos y aunque es una de las novedades del juego pasa completamente a un segundo plano al momento de jugar. Con esto es que también podemos atacar a los oponentes con combos y patadas, entre otras habilidades las cuales vamos desbloqueando a través de un árbol de habilidades, el cual hay que mencionar no es muy extenso.
Estos diferentes elementos que conforman el combate resultan visualmente bastante atractivos, y varios de los enfrentamientos que tengamos requieren que usemos diferentes tipos de mecánicas, sacándole provecho al sistema de juego implementado. Eso si, al momento de dañar a los enemigos el juego será principalmente machacar el botón de ataque en reiteradas ocasiones para hacer el combo más grande posible. De igual forma nos encontramos con encontramos con diferentes puzles a lo largo de las islas, para lo cual también se deben utilizar las diferentes mecánicas, y aunque no resultan especialmente complejos ayudan a aumentar las actividades para hacer por este mundo.
Ya en las etapas cerradas, la mayoría nos sitúa en escenarios tridimensionales, donde nos encontramos con la jugabilidad clásica heredada de los juegos de Sonic Adventure, con etapas que podemos recorrer al máximo de velocidad mientras utilizamos dash para acabar con enemigos, evitar a otros y llegar al final en el menor tiempo posible. Junto con estos niveles también nos encontramos con etapas en 2D. Estas etapas cuentan con diferentes tipos de objetivos como recolectar unos anillos con una estrella roja, finalizar con determinado número de anillos, finalizar en determinado tiempo y llegar a la meta, determinando de esta forma el número de llaves que obtengamos.
Estos diferentes niveles cerrados y en especial aquellos en 2D resultan bastante atractivos y dan ganas de volver a visitarlos para completar los diferentes desafíos que presentan.
Con todo esto es que nos encontramos con una jugabilidad muy diversa en Sonic Frontiers, ya que puedes deslizarte por determinados circuitos para obtener algún objeto, tener que alcanzar la cima de un lugar como parte de un desafío, enfrentar enemigos o realizar algún puzle, todo lo cual tiene su foco en que podamos explorar al máximo los diferentes lugares que presenta este mundo, el cual hay que mencionar no parece de un juego de Sonic -a excepción de cuando entramos a los niveles cerrados-.
Gráficamente Sonic Frontiers luce bastante bien, sobre todo al mirar a los diferentes personajes, sin embargo en la isla no será raro el ir corriendo a máxima velocidad y que los objetos vayan apareciendo en la lejanía. Quizás el momento en que más se destaca es en sus niveles cerrados los cuales a pesar de que son bastante lineales cuentan con unos fondos que hacen que se sientan masivos.
En conclusión...
Sonic Frontiers es un juego que genera sentimientos encontrados, que en momentos divierte y cautiva, y en otras se siente un tanto carente de sentido. De todas formas la combinación de diferentes aspectos hacen que el juego varíe bastante en su jugabilidad de un momento a otro, pero la forma en que esto fue aplicado necesitando recolectar determinados objetos no termina de convencer. Es así como es un juego al que vale la pena darle una oportunidad aunque sin hacerse las mayores espectativas.