Review | Soul Calibur VI sigue escribiendo una gran leyenda

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El nuevo capítulo de la historia de espadas y almas vuelve a sus raíces y ofrece un paquete completo que ofrece diversión para novatos y expertos.


Complacer a los fanáticos del mundo de los videojuegos no es algo sencillo. Cuando una fórmula se repite demasiado piden variedad, pero si la innovación llega a costa de eliminar la tradición, eso también pesa.

Eso es lo que pasó hace ya 6 años con Soul Calibur V, probablemente la entrada más polémica en la historia de la serie de espadachines desarrollada por Bandai Namco.

La compañía decidió dar un paso gigante en su historia y presentar un elenco totalmente nuevo de personajes que se situaban 17 años después de los hechos de su último juego. Allí conocimos a Leixia, la hija de Xianghua, a Natsu, la discípula de Taki y a Patroklos y Pyrrha, los hijos de Sophitia. Y esa es solo una parte de todos los personajes nuevos que aparecieron en el juego, la principal renovación del elenco en su historia.

Pero a nadie le gustó el cambio, a pesar de que los personajes se comportaban muy similares a sus padres. Eran prácticamente clones. Pero eso no es lo que quería el público.

Así que seis años más tarde tenemos Soul Calibur 6, un juego que deja de lado los deseos de innovar y le da a los fanáticos todo lo que pedían: Volvieron todos los personajes clásicos, el sistema de pelea se simplificó aun más y por supuesto, el creador de personajes está más alocado que nunca.

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El roster de personajes es totalmente nostálgico. De los 20 personajes iniciales, solo 3 son nuevos a la serie: Gr0h, Aswel y Geralt de Rivia, este último siendo el personaje invitado del juego, costumbre que también vemos retomada desde Soul Calibur 2. Ninguno de los personajes introducidos en 4 o 5 sobrevivieron al corte, lo que a todas luces se interpreta como una manera de reencantar a los fanáticos que jugaros los clásicos, pero también como una suerte de reinicio, en donde la marca busca atraer nuevo público y que mejor que hacerlo con material que conocen.

Y lo hacen también ofreciendo lo que la serie siempre ha sabido ser, un juego de peleas bastante sencillo, una suerte de pariente cercano del Tekken en cuanto a la movilidad de sus personajes, pero con un acercamiento mucho más fantástico que el de su pariente. Los controles de Soul Calibur siguen siendo tres botones de ataque y uno de bloqueo, y combinando a estos con las flechas, puedes elaborar los diferentes tipos de golpes que hacen que el juego luzca bien.

Es un sistema muy amigable con el masheo, en el sentido de que si juegas de manera descuidada de todas formas lograrás cosas vistosas. Pero debajo de esta capa de simpleza se encuentran un montón de sistemas defensivos y ofensivos que sin duda marcan la diferencia entre quienes quieren jugar de manera casual con los más expertos.

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Uno de los grandes ejemplos de estos cambios es la nueva mecánica del Reversal Edge, un movimiento que puedes hacer presionando R1 y que permite revertir prácticamente cualquier movimiento, sin tener que hacer el Guard Impact,el parry que requiere bastante presición y conocimiento. El Reversal Edge es una herramienta de descanso, porque además, cuando se realiza, coloca el juego en cámara lenta en una suerte de encuentro en donde los peleadores se enfrentan en un sistema de piedra-papel-tijeras bastante cinemático.

El problema, cuando juegas de manera competitiva, es que el Reversal Edge tiene una animación tremendamente larga, por lo que si te lo anticipan, prácticamente quedas vulnerable a ser golpeado por el lado, y además puede ser roto con ciertos ataques. Así que no es un herramienta 100% segura.

Más allá de eso, el juego se mantiene prácticamente igual, ayudado por una estética que acompaña más que nunca, con animaciones que hacen que todo se vea más fluido y una física mejorada, que se nota sobre todo en lo difícil que es hacer Ring Outs, los que en ediciones anteriores llegaban a ser bastante frustrantes.

Esta jugabilidad suave y veloz se empareja con gráficas hermosas pero que no son realistas sino más bien apuntan a mostrar los diseños exagerados de los personajes, metidos en escenarios hermosos que abusan un poco del desenfoque y la música que siempre ha sido absurdamente buena.

Pero si las peleas siguen siendo buenas ¿qué hay con los modos?

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Soul Calibur VI ofrece una gran cantidad de formas de disfrutar este elegante motor de juego creado por Bandai Namco, comenzando por dos modos de historia. Si, para los jugadores que se quejan de no tener cosas que hacer en Single Player, el juego trae no solo uno, sino que dos de estos modos: está Libra of Soul Soul Chronicle. El primero es el más entretenido, por lejos, y te obliga a crear tu propio personaje, el cual debe ir pasando misiones en un mapa abierto. Mientras haces misiones subes de nivel y puedes optar a ganar items especiales y nuevos tipos de armas con efectos y mejor daño.

Hay grinding, y todos los diálogos están escritos, y sí, el menú es bastante feito, pero es la oferta single player más atractiva.

Por otro lado, Soul Chronicle es el modo que nos cuenta la historia de cada personaje, lo que vendría a ser como su modo arcade. En este modo tampoco hay cinemáticas, pero si ilustraciones bastante bonitas y al menos los diálogos están hablados. Y considerando que la serie es un reboot, es una buena manera de poder conocer en seis o siete batallas cual es la historia de cada personale y su lugar dentro de este universo de espadas, seres malignos y poderes sobrenaturales.

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Los modos de historia están, pero la verdad es que lo que cuentan no son tan interesantes, sobre todo si nos van a guiar con ellas solo con texto, sabiendo que los modos de historia de otros juegos de pelea están a años luz, con cinemáticas, animaciones, elecciones y otras. En este caso la cantidad no significa calidad. Pero por otro lado, te dan cosas que hacer y sobre todo, te ayudan a entender como pelear con cada personaje así que probablemente, como yo, solo te terminarás saltando los textos.

Hay un modo Arcade también aparte, pero es en realidad una lucha contra varios personajes y ni siquiera tiene un jefe final ni una recompensa más allá de dinero para poder desbloquear objetos en la galería.

Lo que si ganó mucha atención esta vez fue el modo de creación de personajes, que sin duda se ha convertido en una de las características únicas más reconocibles de esta saga.

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La creación de personajes es fácil y variada, y ahora podemos elegir hasta la raza de nuestro personaje, pudiendo elegir humanos, esqueletos, gigantes, lagartos, elfos, furries y lo que sea. Podemos guardar un centenar de estos personajes que operan en realidad como trajes para los personajes principales, ya que no podemos editar nada más allá de su tipo de movimientos.

Ahora bien, hay que dejar en claro que la descarga de personajes es bastante compleja por dos motivos: el primero es que no se puede buscar por nombre, sino que si quieres bajar algo de otro jugador, debe aparecerte en un sistema al azar, que se siente como si fuese una ruleta, esperando que salga el premiado. Igual es un sistema interesante, pero a muchos podría incomodarle.

Pero lo más incómodo es que hay muchas veces que te pillarás con un personaje que si o si quieres bajar, pero que usa alguna prenda que forma parte del DLC del juego y de ser así simplemente no podrás bajarlo. En serio.

Es un sistema que claramente premia a la creación personal más que a hacer trajes populares y que sean descargados por el mundo.

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Pero más allá de estos pequeños detalles, Soul Calibur VI termina siendo una experiencia muy agradable y un juego de peleas que, lo más importante de todo, es divertido y cuando con diferentes maneras de distraerte.

Tras 6 años de ausencia la serie requería urgentemente revalidarse para seguir justificando su existencia, y esta entrega tiene razones de sobra para que la historia de espadas y almas se siga contando por mucho, pero mucho tiempo más. Recomendadísimo.

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