En el corazón del  Star Wars Jedi: Fallen Order realizado por el estudio Respawn no solo hay un muy buen juego basado en la franquicia creada por George Lucas, sino que también hay uno que entiende completamente un aspecto no menor de esa creación: la necesidad de maravillarnos ante lo desconocido.

En un escenario en donde la nostalgia corroe lo mejor de la saga, y habitualmente nos están dando papitas regurgitadas, esta nueva apuesta de EA no teme explorar nuevas teclas. Más aún, cuando vuelve a elementos ya conocidos, le da una vuelta de tuerca en beneficio de su propia historia. Es decir, recoge la idea de que Star Wars es mejor cuando se expande al universo creado en 1977 y no solo se le realiza un cover.

Situada un par años después de la purga jedi, también conocida como la "Orden 66", el primer videojuego single-player hecho por EA para esta franquicia balancea casi a la perfección los dos elementos que forman parte de su título. Por un lado está el vacío que quedó tras la caída de la orden a manos del Imperio de Palpatine y, por el otro lado, está la experiencia de tomar el control de alguien que es sensible a la fuerza.

Obviamente, siendo este un videojuego, existe una mecánica de mejoras que atenta un poco a esa idea, y es el factor que le juega más en contra a su apuesta, ya que básicamente tenemos que matar todo lo que se nos cruce por delante para sumar puntos, para luego sentemos a meditar en los checkpoints y así podamos desbloquear a las diversas habilidades que tendremos a disposición en la travesía.

Todo eso se debe, según plantea la historia, al hecho de que tomamos el control de un antiguo padawan, llamado Cal Kestis, quien por alguna extraña razón, durante todos los años en que se mantuvo escondido, perdió la conexión con la fuerza. De ahí que se hace necesaria esa dinámica tipo Medroid, no solo en términos de navegación de mapa, sino que también para re-aprender técnicas o mejorar nuestra barra de energía.

Aunque la idea de tomar control de un jedi con pleno uso de sus habilidades habría dado pie a un juego mucho más atractivo, de todas formas Star Wars Jedi: Fallen Order es, por sobre todas las cosas, un videojuego que le saca partido a a sus decisiones estructurales como videojuego. Mientras la mayoría de los caminos del mapa abren paso a artículos cosméticos o trozos de historia que otorgan una excelente sensación de estar descubrimiento algo nuevo, el propio camino de este héroe lo instala como alguien que debe sobreponerse a las propias trancas que carga.

Más allá de la dinámica de mejoras, el corazón de  Star Wars Jedi: Fallen Order está definido en la forma en que controlamos a Cal. Al comienzo, las habilidades son súper limitadas, por lo que solo nos enfrentamos a los soldados imperiales haciendo uso de nuestro sable de luz y algunas técnicas menores, como la posibilidad de ralentizar enemigos, pero la progresión tiene un claro sentido en beneficio de los objetivos. Por eso cuando ya podemos mejorar el sable o hacer uso de movimientos más complejos, este título se vuelve un goce cuando transmite la idea de que los jedis aún viven en nuestros pasos.

Eso último es no menor, ya que aunque el canon dicta que el objetivo de este videojuego no se puede cumplir, pues la reconstrucción de la Orden Jedi es algo que ni siquiera logró posteriormente Luke, su premisa no apunta precisamente a responderlo. Al final Fallen Order tiene mucho más que ver con el dolor o el afán por tapar la culpa, inclusive si esta surge solo por el hecho de seguir adelante tras una tragedia.

Ni siquiera la historia nos establece como el único sobreviviente de la masacre. Rápidamente, casi al comienzo de la aventura, nos vuelcan a conocer a un par de personajes, incluyendo a una exjedi que bloquea su conexión con la fuerza tal y como se vio con Luke Skywalker en las películas. Estos aliados cargan sus propias pesadas mochilas, pero también nos ayudan con la misión central, que tiene relación con un dispositivo para dar con niños sensibles a la fuerza, ya que poseen una nave que nos permite viajar por el puñado de mundos - incluido el de los Wookies - que debemos explorar para revivir el láser de los jedis.

Aunque una de nuestras colaboradoras es humana, una de las gracias del videojuego es que vemos nuevos tipos de criaturas e inclusive recibimos la ayuda un pequeño robot que accede a información o nos entrega pequeños dispositivos para recuperar energía cuando más lo necesitemos. Todas esas dinámicas, incluyendo los guiños más reconocibles de la franquicia, y la forma en que se desenvuelve Star Wars Jedi: Fallen Order, transforman a este videojuego en una de las mejores adaptaciones de la saga.

Pero nada de eso sería así si los combates no se instalasen como la clave que lo impulsa todo. Siguiendo la tradición de juegos más estratégicos como el reciente Sekiro: Shadows Die Twice, y toda la tradición de From Software en la que hay que hacer uso de la defensa constantemente y atacar en el momento indicado, las batallas se vuelven una verdadera delicia para fans.

Desde la mécanica de simplemente desviar blasters a los combates más elaborados, el punto fuerte de este videojuego tiene relación con la acción y el cómo esta nos envuelve en la experiencia interactiva basada en ataques de parry, sincronización y bloquear el avance de los enemigos. Sumen el hecho de que la diversidad de enemigos está muy buena y tendrán como resultado una experiencia que no solo es un mero entremés machaca botones.

Para finalizar, Star Wars Jedi: Fallen Order podría haber sido solo un spin-off adyacente, pero tiene la suficiente personalidad y voz como para ser un aporte al transcurso de tiempo existente entre la purga y la aventura par de Cal, quien está marcado por el trauma e inclusive puede sentir la historia de lo que fue. Esa reconstrucción, sumado a la serie de puzzles tipo Zelda que tenemos que sortear, crean un nuevo telón para los tiempos del Imperio que contribuye con personajes que funcionan inclusive mejor que muchos de los realizados en carne y hueso en las películas posteriores a la trilogía original.

Obviamente el sentido de dejá vu remarca que Star Wars Jedi: Fallen Orden no es del todo original, pues es notorio cómo se inspira en múltiples otros videojuegos, pero eso no le juega en contra ni menos le quita mérito, ya que sintetiza ideas e influencias para crear algo nuevo, con mucha imaginación, en una travesía emocionante. Es decir, eso es justo lo que uno quiere, desea y espera de una aventura que haga relucir lo mejor de Star Wars.

https://www.youtube.com/watch?v=xIl2z5wwjdA

Star Wars Jedi: Fallen Order está disponible en Microsoft Windows, PlayStation 4, que es la plataforma usada para esta reseña, y Xbox One.