La saga de Star Wars, especialmente en lo que concierne a la última trilogía para cines, se empantanó en la generación de ideas que no logran salir de un molde reconocible. Casi como si tuviesen miedo a tocar nuevas teclas, la franquicia quedó arraigada a un pasado al que no podía evolucionar. La mejor prueba de ello es lo que terminó siendo la historia de origen de Rey.

Para no pocos espectadores, con las nuevas historias quedó atrás el impulso de presentar nuevos mundos y conceptos, algo que inclusive estuvo presente en las vilipendiadas precuelas, para terminar atrapados por esquemas que le hicieron un flaco favor al cierre de la saga Skywalker.

Sin embargo, la pantalla chica ha logrado rescatar el espíritu original de la saga que nos hablaba de historias fantásticas que ocurrieron hace mucho, mucho tiempo. Su galaxia lejana ha logrado nuevos bríos de vida no solo en las series animadas, sino que también en lo que se logró llevar a cabo con The Mandalorian. La nueva serie antológica, Star Wars: Visions, sigue esa línea de forma excepcional al aprovechar su condición única: estar completamente fuera del canon y no tener que rendir cuentas.

Compuesta por nueve episodios de entre 14 a 23 minutos, esta propuesta no solo hace uso de diseños y técnicas reconocibles de la animación japonesa, ya que también extiende su alcance para recuperar las raíces de la saga creada por George Lucas. Los siete estudios de animación involucrados, que incluyen a casas tan reconocidas como Production I.G y Trigger, no tienen empacho para agregar elementos japoneses para llevar a esta opera espacial hacia lugares que, pese a sentirse familiares, avanzan por senderos que son novedosos e inclusive impensados dentro de las reglas canónicas.

Mucho de eso responde al hecho de que los propios responsables de esta serie rinden homenaje a las influencias que marcaron a Lucas, desde las películas de Akira Kurosawa a filosofías orientales que innegablemente están relacionadas con la propia idea de la fuerza. Más importante aún, al revisar cada uno de los episodios queda claro que el legado de Star Wars es utilizado aquí como una inspiración, y no una regla, para lo que querían contar cada uno de los estudios.

Todo comienza, según el orden de la plataforma Disney+, con “El Duelo” (Kamikaze Douga), una historia en la que un ronin y su robot ayudan a una aldea que es asediada por fuerzas imperiales. Dirigido por Takanobu Mizuno, el episodio no solo es una excelente carta de presentación para el tono, estilo y propuesta de Star Wars: Visions, sino que también dentro de si misma es una de las experiencias más excepcionales con estos cortos. No solo su diseño rememora a los manga de samurais, con todo y su trabajo de color en blanco y negro, sino que también evoca al tipo de películas que inspiraron a Lucas. No solo fue mi favorita, sino que también es por lejos la mejor de todas.,

En ese sentido, las historias y el trabajo visual pueden también ser llamativas, pero como en todo producto antológico, no todo está a la misma altura. De ahí que los episodios incluyen una variada gama de estilos visuales e historias en donde algunas resultan más que otras. Por cada “El Noveno Jedi” (Studio Trigger), que explora lo que sucede miles de años en el futuro de la galaxia e incluye un juego narrativo muy bien desarrollado sobre el legado de los jedis que ya no existen, hay una “Rapsodia de Tatooine” (Studio Colorido), en donde una banda de músicos queda en la mira de Jabba y Boba Fett.

Ahí también están la candidez estilo Mega Man de “T0-B1″ (Science Saru), con la historia de un pequeño robot que sueña con convertirse en un jedi, el desparpajo visual de “Los Gemelos” (Strudio Trigger), sobre dos gemelos sith que terminan teniendo una iluminada batalla en pleno espacio exterior, o “El Anciano”, en donde un jedi y su padawan siguen una pista oscura que los llevará a enfrentarse a un poder que ha permanecido entre las sombras durante mucho tiempo. Algunas tienen detalles y conceptos que las hacen destacar, pero no siempre logran encapsular del todo a cada propuesta.

Pero eso no importa mucho, ya que Star Wars: Visions es también un experimento, por lo que su resultado tampoco requiere ser perfecto. Dentro de su exploración existe la sustancia suficiente como para que a la larga el todo es más que la suma de las partes y, por cierto, también es más que la sola evaluación puntual de cada corto. Y eso es lo que queda y lo que importa, ya que el resultado final termina siendo muy satisfactorio tanto por expandir a Star Wars hacia nuevos rincones, como por no olvidarse de aquellas raíces que la impulsaron en primer lugar. Y eso inevitablemente los lleva a dar con su corazón.

Star Wars: Visions ya está disponible en Disney+.