A grandes rasgos, Stranger Things en su cuarta temporada sigue siendo una serie plagada de guiños y referencias a la cultura pop ochentera.
Es decir, es una producción en la que sus personajes portan poleras del Hellfire Club, un nombre asociado desde los ochentas más a los X-Men que a los clubes británicos para hombres del siglo 18, la canción “California Dreamin’” acompaña a un personaje solo para dejar en claro que este está en la costa oeste de Estados Unidos y un póster de Tiburón cuelga de la pared de la pieza de un adolescente.
Pero más allá de que esté presente la fórmula de ese factor nostálgico, la cual irrumpió con cada vez más fuerza en las temporadas anteriores, esta nueva presentación está mucho más enfocada en dar rienda suelta a la mitología de su historia, incluyendo una primera secuencia que nos devuelve al origen de Eleven y la experimentación del laboratorio del Dr. Brenner. También está más centrada remarcar que lo que está en juego tiene un tono mucho más oscuro que aquellas historias de niños del pasado. Y elementos como esos son los que dejan un mejor sabor que la temporada anterior.
Siendo la serie más popular de Netflix, y considerando que la espera por nuevos episodios se extendió por casi tres años, las expectativas para este retorno no son bajas, pero también es necesario recalcar que Stranger Things 4 avanza de una forma muy distinta a lo que venía siendo la propia serie.
De partida, la serie vuelve con varias líneas argumentales que avanzan de forma paralela, ya que la narrativa se ha compartimentado en base a varios grupos de personajes. Y aunque aquello es algo que afecta el foco de la historia, ya que son demasiadas las líneas argumentales que hay que seguir, indudablemente se trata de un factor que aporta a que la serie se sienta más grande que nunca y se refuerce la idea de que al fin se está entrando en tierra derecha para abordar el cierre en la futura - y última - quinta temporada.
En primer lugar tenemos al grupo formado por Mike Wheeler, Dustin Henderson y Lucas Sinclair, quienes siguen viviendo en un Hawkins marcado por la tragedia del mall que cerró a la temporada anterior. Claro que aunque su afición por las partidas de Calabozos y Dragones sigue intacta, y de ahí surge todo el tema del Hellfire Club antes mencionado, cada uno comienza a demostrar otros intereses. Por ejemplo, mientras Lucas está más enfocado en demostrar su talento en el básquetbol, para volverse más popular y dejar atrás al bullying que han tenido que enfrentar, Mike cuenta los días para viajar a California y visitar a Eleven.
En torno a ese primer grupo también están, de forma más o menos directa, Nancy Wheeler, quien ahora se desempeña como la jefa del diario escolar y está preocupada por su relación a distancia con Jonathan Byers, un nuevo personaje llamado Eddie Munson, quien es el viejo líder del Hellfire Club que ha repetido incontables veces en la preparatoria, la dupla conformada por Steve Harrington y Robin Buckley, quienes siguen trabajando en el videoclub mientras intentan componer sus respectivas vidas amorosas, y una Max Mayfield que simplemente se ha encerrado en si misma, ya que no puede superar la muerte de Billy.
En lo que concierne a California, el foco de atención indudablemente está en Eleven, quien ha adoptado la identidad de Jane Hopper, sigue sin lograr recuperar sus poderes e intenta integrarse en su nuevo colegio, aunque para su mala suerte le pena el acoso escolar que debe enfrentar. Lo único bueno que le pasa es que se mantiene esperanzada por esa futura reunión con Mike durante las vacaciones.
En la costa oeste también está Will Byers, quien aún se siente desconectado del mundo, y su hermano Jonathan, quien tiene un dilema sobre su futuro escolar y el de su relación con Nancy, pero prefiere ahogar esa incertidumbre fumando marihuana junto a su nuevo amigo, Argyle. Y finalmente está Joyce Byers, quien busca seguir adelante tras la muerte de Jim Hopper, desconociendo que este sigue vivo.
Claro que el antiguo policía está en un lugar completamente diferente del mundo, ya que se mantiene en pésimas condiciones tras las rejas de una peligrosa y aislada cárcel de la Unión Soviética.
Todo ese panorama comienza a avanzar de forma fragmentada durante los primeros episodios, aunque varios hechos comienzan a remecer las cosas de una forma bastante importante. De partida, un nuevo enemigo del Mundo del Revés comienza a mover los hilos causando una serie de muertes que son provocadas de una forma realmente grotesca - en donde los huesos son quebrados en cámara y los ojos son absorbidos hacia el interior del cuerpo - lo que nuevamente remece al día a día de Hawkins.
Ante esa situación, una persona - que no revelaré - es acusada del violento primer crimen que concretó la fuerza sobrenatural, por lo que aquellos que saben de los peligros al otro lado del pueblo deben investigar qué es lo que realmente está sucediendo, seguir las pistas para dar con la verdad y, con suerte, derrotar a la nueva amenaza, exonerar al acusado e impedir que más gente sea convertida literalmente en puré. Todo eso teniendo en claro que la ausencia de los poderes de Eleven ponen cuesta arriba a la situación.
Aunque esa es la principal tarea, en el camino surgen múltiples imprevistos. De partida, Joyce recibe una señal a la que decide seguirle la pista justo el día en que Eleven se mete en problemas. Más aún, el resto de muchachos que están en California no tienen fácil la tarea de seguirle la pista de su amiga, ya que este ha quedado en la mira de grupos gubernamentales que tienen puntos de vista muy diferentes sobre todo lo que ha sucedido en Hawkins.
En ese sentido, cada uno de los grupos de personajes se divide aún más a lo largo que avanza la historia, y obviamente hay historias que son mucho más atractivas que el resto (Especialmente considerando que Joyce está más separada que nunca de la historia central), pero tanto lo que sucede con Eleven como las maniobras de la nueva entidad maligna en Hawkins están indirectamente relacionados. Y, claro, desde el comienzo queda claro que el fin de todo es preparar la idea de que a futuro habrá un nuevo enfrentamiento.
Al mismo tiempo, es esa dicotomía la que forma a la gran guía que une a una temporada marcada por los giros, las sorpresas e inclusive más de una traición que los protagonistas deben intentar revertir.
Ante esa ruta base, y sin entrar en spoilers de lo que realmente está en juego para cada grupo, un elemento no menor de la nueva temporada radica en la duración de cada capítulo. En general, los episodios de la primera parte de esta temporada tienen una duración promedio de alrededor de 1 hora y 10 minutos e inclusive el final de esta tanda se extiende por sobre la hora y 30 minutos.
Lo anterior afecta al ritmo de su narrativa, ya que siempre el concepto de serialización funciona mejor con episodios más acotados, pero también es indudable que la serie defiende en pantalla a la propia decisión de contar con capítulos muy largos. Aquello se debe al hecho de que los misterios están bien tratados, los personajes en general funcionan bien y las dinámicas de sus respectivas relaciones siguen impulsando al principal gancho de la serie. Es decir, que realmente nos importe lo que le sucede a este grupo de personajes.
Además de la fórmula nostálgica, hay varias cosas que siguen presentes en Stranger Things y que ya han sido ampliamente criticadas en el pasado, pero también hay que reconocer que la serie ha encontrado un lugar llamativo para explotar su mitología interna y que esta sea más atractiva que las propias referencias pop de las que siempre se tienen que colgar. Es eso lo que vuelve a Stranger Things en una serie que sigue valiendo la pena.
Ahora, como la temporada ha sido dividida en dos partes, indudablemente su presentación se sentirá cortada y la evaluación final dependerá de los dos capítulos de larga duración que llegarán el próximo 1 de julio. Pero puestas las cartas sobre la mesa, las perspectivas que se abren con estos primeros episodios de Stranger Things 4 cumplen para entusiasmar con lo que está por venir. No solo con el cierre de esta parte de la historia, sino que del anunciado final de toda la saga de Eleven y compañía.
El primer volumen de Stranger Things 4 debutará este 27 de mayo.