Cinco temporadas tuvieron que pasar, de cuatro series distintas, para que finalmente se concretase la promesa que venía instalándose desde que las series Marvel de Netflix fueron anunciadas. Y en esa ruta de altos y bajos, la presentación de Iron Fist marcó la señal de alarma.
Quizás la mezcla, de habilidades y personalidades, no resultaría del todo en el enfoque de superheroismo callejero de bajo presupuesto por el que han avanzado todas estas series. Los elementos místicos se sentían agregados como chancho en misa. Y en ese sentido, el primer capítulo de The Defenders remarca la preocupación.
Con los cuatro héroes avanzando por rutas separadas, el debut de esta miniserie de ocho episodios no es el mejor, ya que su debut es muy, muy lento, sacando a flote las debilidades de algunos de sus protagonistas.
A grandes rasgos, Daredevil (Charlie Cox) abandonó su traje tras la decepción que rompió su corazón, Jessica Jones (Krysten Ritter) no ha tenido éxito en su agencia detectivesca, Luke Cage (Mike Colter) recién sale de la cárcel e Iron Fist (Finn Jones) está en una misión alrededor del mundo para destruir a los ninjas de La Mano, quienes están al centro de toda una confabulación que amenaza a cada uno de sus respectivos mundos.
Mientras cada héroe está en los suyo, y los personajes secundarios de cada serie previa le dan un poco de sabor a esta propuesta, las cosas no cuajan del todo. El primer episodio intenta retomar lo que hacía cada personaje la última vez que los vimos, provocando que las caras menos carismáticas (Cage y Fist) sean los que intenten hacer lo correcto, mientras Murdock y Jones buscan alejarse de los problemas que arruinaron sus vidas. Tampoco ayuda que el personaje de Finn Jones se instale rápidamente como una clave base para la historia.
Lo único que realmente reluce de principio a fin es Sigourney Weaver, quien interpreta a la enigmática líder de La Mano, una organización que en la adaptación es demasiado similar al trabajo entre sombras de La Liga de las Sombras de Batman Begins. Aún así, el personaje de nuestra Teniente Ripley eleva a otro nivel a toda la serie, dándole peso a una amenaza que hacer temblar a Nueva York.
El enfoque inicial de la serie no da para mucho desarrollo, ya que en ningún momento esconden que todos harán un equipo para derrotar al mal. Por eso inicialmente en The Defenders alargan más de la cuenta la premisa, que tampoco sale del cliché de que el individualismo no resulta cuando el mundo, en este caso Nueva York, depende de que personas muy distintas lleguen a un acuerdo.
Esa idea base es lo que sigue a los tres capítulos siguientes que fueron presentados con anticipación a la prensa. Pero sin entrar en detalles específicos sobre la historia, la premisa une los elementos místicos de Daredevil e Iron Fist, para elevar a una organización criminal de alto alcance que tiene tanto el poder del emprendimiento como un poder místico que revive muertos. Los elementos de Jessica Jones, en su trabajo de detective, y Luke Cage, de salvar a su barrio, se suman como acoplado muy secundario.
Y aún con todo lo anterior, a pesar de que el primer episodio no es un buen comienzo, lo que viene a continuación mejora notablemente. Cada capítulo posterior es mejor que el que lo precede, lo que eleva a una serie que va de menos a más. Si bien me costó mucho terminar Iron Fist, con The Defenders me pasó todo lo contrario. Hay una mejoría que termina pagando con creces una vez que los cuatro héroes comparten finalmente escena. Cuando llego el fin del cuarto episodio, lamenté no poder seguir viendo la serie. Y eso es lo que termina importando.
Una vez que los cuatro héroes llegan al mismo punto, más allá de que se ejecute con un recurso absolutamente aleatorio que los lleva a tener una pelea en los pasillos de un edificio corporativo que ya ha sido anticipado en los tráilers, The Defenders finalmente cobra algo de vida, se justifica y reluce dentro de un género de héroes televisivos en los que no hay muchas cosas para resaltar.
Aunque en los primeros episodios no hay una mayor mejoría en términos de acción, pese a que Finn Jones como Iron Fist está menos robótico en sus coreografías, la interacción entre los héroes justifica con creces la existencia de esta serie. Una vez que estos Defensores comienzan a relacionarse, no solo hay guiños a sus respectivos pasados, sino que también hay choques de ideas e inclusive enfrentamientos que tratan de hacernos creer que simplemente cada uno está incapacitado de trabajar en equipo. Sin eso, esta serie habría sido un completo fracaso.
The Defenders es un evento en series como pocas veces se ha visto, ya que inevitablemente sigue en una escalar mucho menor el molde que ya instauró la propia Marvel en el cine. Y aunque su inicio no prende, poco a poco provoca una combustión que promete aprovechar las principales características de cada uno de los personajes que convoca para enfrentar a los mejores antagonistas de este tipo de series a la fecha. Y solo me resta sostener que la amenaza de La Mano está lo suficientemente interesante, como para esperar con ansias el desenlace de este cierre de la primera fase de estas series de Netflix.
https://www.youtube.com/watch?v=H6eITQV7Xzs
The Defenders se estrena este 18 de agosto en Netflix.