The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom era uno de los juegos más esperados de este 2023 y ahora que se ha lanzado es que el título ha cumplido con todo lo que prometía y más, y es que la nueva entrega de la popular saga de Nintendo ha sabido utilizar todo lo bueno que tuvo Breath of the Wild y dar un paso más allá, con un juego que se destaca por su jugabilidad, construcción de mundo, historia y apariencia, esto último a pesar de estar en una consola de menos capacidad que las actuales y demostrando que no se necesitan gráficos de última generación para hacer un buen juego.
Tears of The Kingdom continúa con la historia que nos trajo Breath of the Wild en el año 2017, por lo que sin duda desde una primera instancia el haber jugado su precuela nos entregará el contexto del mundo en que nos encontramos y lo que está ocurriendo. A pesar de esto, el juego está tan bien diseñado que aunque no hayas jugado la entrega anterior es un título que se disfruta y al que no tardas en tomarle el hilo conductor, entendiendo los hechos que te rodean, de todas formas si jugaste Breath of the Wild es que verás varios personajes conocidos y entenderás mucho más las relaciones de algunos personajes.
Pero vamos a la historia de Tears of the Kingdom, el juego comienza con Link y Zelda investigando unas ruinas bajo el castillo de Hyrule, en medio de esta investigación es que descubren una momia la cual se libera atacando a Link y Zelda. Es aquí cuando este ser destruye la Espada Maestra y afectando uno de los brazos de Link. Cuando todo parece perdido es que el brazo que mantenía atrapado a este ser ayuda a Link mientras el castillo se eleva por los aíres. Es así como Link y Zelda se separan, con el héroe despertando en en unas islas flotantes, donde poco a poco se entera de lo ocurrido.
Con link ya despierto es que comienza la búsqueda de la princesa Zelda, viaje que nos llevará a recorrer todos los rincones de Hyrule, mientras nos vamos enterando poco a poco de lo que realmente pasó con la princesa y la nueva amenaza que afecta al reino. El juego nos entrega con rapidez el contexto de la trama y logra mantener el interés a medida que va pasando el tiempo, esto sin generar esa necesidad de avanzar sin parar por la trama principal. Algo que se agradece ya que invita el juego constantemente invita a explorar el mundo presenta.
Sobre esto, hay que mencionar que uno de los elementos que más se destaca de Tears of the Kingdom y que sin duda lo posiciona sobre otros títulos de mundo abierto, es como se encuentra diseñado, ya que aunque no está plagado de enemigos, si cuenta con un montón de actividades por hacer y tan bien distribuidas que en todo momento tendrás a la vista algo por hacer, ya sea visitar un santuario, una torre de vigilancia, alguna misión secundaria, un grupo de enemigos por derrotar o un punto para que realices tus construcciones, el mundo que nos presenta el juego se encuentra hecho de tal manera que nos invita constantemente a la exploración a desviarnos del camino principal, a dejar por un momento la historia de lado para vivir la nuestra propia sin mayores ataduras.
Es así como en estas diferentes actividades nos encontramos con acertijos o desafíos que nos obligarán a utilizar nuestras nuevas habilidades para resolverlos. Acá, hay que mencionar que aunque las habilidades de Breath of the Wild estaban bien, en esta ocasión se sienten mucho más atractivas dando una enorme libertad al jugador. Es así como ahora podemos unir diferentes elementos o armas, para crear prácticamente lo que queramos, retroceder el tiempo en objetos o atravesar techos para llegar a lugares más elevados. Esto a la hora de resolver acertijos entrega al jugador una libertad que pocas veces se ve, ya que cada uno puede llegar a una respuesta diferente con las herramientas que tiene a mano y es que las respuestas pueden ir desde construir algún tipo de vehículo hasta simplemente hacer un puente gigante para atravesar hasta donde debamos llegar, todo finalmente depende del jugador y su creatividad.
Pero volvamos al mundo que nos presenta el juego, a pesar de que a lo largo de este enorme mapa podemos encontrar varios lugares que ya visitamos en Breath of the Wild, no deja de sentirse un lugar nuevo para explorar, además ahora se suman las islas flotantes que se encuentran por todo el mapa y el subsuelo, dos lugares que nos permitirán acceder a diferentes elementos, y darán un grado más de complejidad a la ventura.
Es así como Tears of the Kingdom es un juego que nos invita a perdernos, que en ocasiones nos obliga a pensar en soluciones creativas y que constantemente nos lleva al ensayo y error, y es que si tu primer vehículo no funcionó como esperabas, puede que tras unos ajustes sí lo haga e igual con los acertijos, provocando una sensación de satisfacción cuando las cosas salen como uno quieren.
Otro elemento que hay que destacar del juego es su apariencia y acá es Nintendo sabe lo que hace, ya que desde Breath of the Wild optaron por este estilo cel shading, sabiendo que la consola no podría soportar unos gráficos de última generación, en esta ocasión repiten la fórmula y resulta de excelente manera y es que el juego luce increíble, más aún con la forma en que está construido el mundo, ya que los diferentes paisajes se ven increíbles y no resulta extraño quedarse parado en lo alto de una montaña o una isla flotante sólo apreciando lo bien que luce.
Finalmente otro elemento que hay que destacar del juego es su banda sonora, la cual se destaca desde un principio y se acopla de excelente forma a cada uno de los momentos del juego, junto con esto, también hay que destacar el doblaje latino de Tears of the Kingdom, el cual se ajusta a la perfección a los diferentes personajes para transmitir de una forma más cercana lo que está ocurriendo.
En conclusión...
The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es todo lo que los fans estaban esperando, es un juego que se siente completo, que cautiva desde el primer minuto y se destaca en todos sus aspectos, el juego toma todo lo bueno de Breath of the Wild y lo lleva al siguiente nivel con una historia y jugabilidad que te mantienen atrapado en un mundo lleno de actividades por hacer.