Por un lado, The Suicide Squad es la mejor película que se ha estrenado este año en cines chilenos. Así de simple. Obviamente no ha existido mucha competencia ante los cierres generados por la pandemia, y no recuerdo bien qué producciones lograron estrenarse durante esas semanas de comienzos de año en que las salas pudieron reabrir, así que muchos quizás dirán que esa frase no tiene sentido. Pero aunque la traigo a colación solo para remarcar el triste estado de las cosas, también quiero dejar en claro que este estreno sin duda justifica que sea visto en la pantalla grande.

En ese escenario, lo primero a destacar es que The Suicide Squad de James Gunn es una gran adaptación del Escuadrón Suicida de los cómics. A diferencia de la versión de la película anterior que llegó a cines, convertida en un Frankenstein aborrecible por la edición impulsada por una empresa de tráilers, esta nueva película tiene visión en cada aspecto que la compone.

Lo anterior influye no solo en que su producción sea de primer nivel, y los trajes de los personajes estén entre los más hermosos puestos en pantalla, sino que inclusive tengan algo que decir sobre gran parte de sus personajes. Pocas películas de superhéroes logran aquello, pero esta brilla con luces propias cada vez que logra darle un espacio a los personajes que realmente le interesan.

Otro aspecto que hay que destacar es que esta película tiene a un James Gunn completamente desatado. Sin las restricciones de que su historia apunte a todos los cuadrantes de la audiencia, el director recupera sus raíces del terror para entregar un festival de acción sangrienta sin reparos ni restricciones, en algo que es ideal para aquellos aburridos con lo mismo de siempre. Hay momentos para asombrarse de verdad.

Además, aquí cada golpe se siente, cada bala atraviesa la carne y ninguna parte del cuerpo está libre de castigo. Cabezas ruedan, hombres son devorados de una sentada y la sangre brota a caudales. Y todo es filmado de forma prodigiosa, con secuencias de acción que no lucen como la coreografía en la que es fácil de anticipar lo que viene. Está en un nivel que ya quisiera el reciente estreno de Black Widow.

Sin entrar en muchos detalles, es inevitable destacar que el nivel de violencia de esta producción está muy por sobre la media de las súper producciones de Hollywood. Sin exagerar, entrega un verdadero festín para todos aquellos que quieran ver una película del escuadrón que haga justicia a su nombre.

Obviamente eso implica que ninguno, absolutamente ninguno de los personajes esté a salvo. Y como esa premisa está en el corazón del concepto comiquero de este equipo de villanos obligados a aceptar misiones peligrosas, esta película no falla en lo que más importa. Ya sea con humor, cuando se requiere más seriedad o cuando la sorpresa llega en un abrir y cerrar de ojos.

Como desde el primer minuto ocurren situaciones sorpresivas, solo basta remarcar que la historia de la película es bastante simple. Una pequeña isla llamada Corto Maltés, ubicada en América del Sur, es el foco de un peligro que requiere que Amanda Waller envíe a su escuadrón de operaciones encubiertas que tienen explosivos en la cabeza.

De ese modo, un grupo no menor de villanos es obligado a aceptar la tarea, que requiere introducirse en esta isla desde sus rincones selváticos hasta sus ciudades del tercer mundo. Es ahí en donde aparece Bloodsport (Idris Elba), un tipo que supuestamente hirió a Superman con una bala de kriptonita y no quiere ser parte de nada de lo que hace Waller. Pero como la odiable señora tiene con qué presionarlo, el letal asesino debe unirse a personajes como Harley Quinn, el Capitán Boomerang y Ric Flagg, los únicos rostros de la primera entrega que ahora vuelven.

Sin embargo, aunque esos personajes están muy bien, y Harley está mejor que nunca, la salsa está en los nuevos personajes. No solo Elba está excepcional en su rol, en una película que al fin le da algo para hacer, sino que hay un grupo de personajes secundarios que impulsan al corazón de esta película.

Lo anterior incluye al notable King Shark (Mi favorito), el demente Polka-Dot Man y la joven millenial Ratchatcher 2,. todos villanos de segunda línea de DC Comics. Por un lado, el gigantón con colmillos representa a un ser sin gran inteligencia que no tiene amigos y tiene hambre a cada rato. El flacucho con el poder raro de lanzar lunares coloridos, en tanto, es un tipo demente con serios problemas generados por su madre. Finalmente, está la mujer que surgió de la pobreza absoluta, pero conoció al amor de un padre que le legó la capacidad de controlar ratas. Todos esos personajes destacan en cada escena en la que están.

En el medio, la película también habla de padres ausentes sin nada que aportar, personas miserables que no tienen redención alguna y psicópatas que tienen una mirada distorsionada. Y en ese último punto destaca John Cena, quien está perfecto en el rol de un violento antihéroe llamado Peacemaker. Una máquina de batalla que es un pelmazo de tomo y lomo que no le hace asco a matar a todo hombre, mujer y niño.

La muerte, en ese sentido, tal como lo establece el corazón de estos cómics, siempre está presente y sustenta al factor impredecible de esta película. Y en una época en donde casi todas las películas de superhéroes lucen iguales, el hecho de no anticipar lo que sucederá con los personajes le entrega un dinamismo que hace lucir al ritmo de un relato que siempre opera con la idea de que nadie volverá de esta misión. Una que teniendo a Waller en el medio, oculta más de una sorpresa.

Si son fan de los cómics, esta película es un goce de principio a fin. Si les gustan las películas de superhéroes, esta entregará más de una cosa que otras no les entregan. Pero lo mejor de todo es que su espectáculo también termina germinando cosas, especialmente con algunos personajes secundarios, que rara vez dan frutos en estos cines de universos cinematográficos en donde todo está realizado de forma calculada.

Y si, quizás James Gunn se pasa varios pueblos agregando tantas canciones pop, y la jugada no le resulta tan bien como sí le funcionaba de forma más orgánica en Guardianes de la Galaxia, pero más que nunca está en control para entregar una película desfachatada que es todo un espectáculo, pero también es la mejor película que probablemente se puede hacer del Escuadrón Suicida.

The Sucide Squad ya está disponible en cines. Se estrenará en HBO Max en Latinoamérica durante septiembre.