No es fácil satisfacer a todos cuando se trata de un remake de un popular videojuego. Obviamente están aquellos que quieren una actualización visual acorde a la actual generación, dejando atrás a los viejos polígonos que fueron un éxito en el pasado, o también están aquellos que apostarán por mejorar algunos defectos ahora que están las herramientas tecnológicas para hacerlo.
En la vereda contraria, los más puristas apostarán sus expectativas en torno a la fidelidad del gameplay, ojalá sin cambio alguno, con todo y los bugs del ayer. Otros querrán “simplemente” que la nueva experiencia replique lo que sintieron al tomar el control hace tantos años, en una jugada de nostalgia pura que realmente es la más complicada de abordar, como sucede con todo factor externo que no tiene relación directa con el propio videojuego.
No siempre se pueden obtener todos esos objetivos a la vez. De hecho, es mucho más habitual que alguna de las patas quede coja, ya que algo se pierde siempre en el traspaso. Pero Tony Hawk’s Pro Skater 1 + 2 es un ejemplo de cómo lograr algo que deje contentos a todos. Y ese es un logro no menor que no es tan fácil de replicar.
Pretendin' I’m a Superman
Desde el primer minuto, este remake te transporta en un viaje que recupera algo que hace rato no existe. No solo porque los juegos de skate quedaron en el olvido, cortesía de la explotación que se generó en la propia franquicia y sus clones de otras compañías, sino que también porque gran parte de los elementos que lo componen son cosa del pasado.
Obviamente la música es clave en ese decorado, ya que volver a esas viejas canciones, lideradas por el “Superman” de Goldfinger, nos abre el camino a una notable experiencia de caída de carnet que ayuda mucho a ponerte a tono en cada sesión. Si jugaste los originales, simplemente prepárate para el viejazo. El punto de la nostalgia está asegurado.
Pero por sobre todas las cosas, aquí es el gameplay el que nos transporta a otra época. Una más simple, pero no por ella menos técnica en sus controles intuitivos.
Y en la suma general, más allá de que se note uno que otro cambio más propio de las secuelas posteriores, aunque está la posibilidad de apagar opciones con los manuals para volver al estilo original, esta experiencia es absolutamente fiel a lo que el consenso entiende por un juego de Tony Hawk. Los puristas estarán más que satisfechos.
Ahí están las tandas de dos minutos con las proezas que desafían a la gravedad al saltar de una rampa, la capacidad técnica para extender combos imposibles - mezclando los agarres, flips, grinds y trucos manuales - y también el recorrido por aquellos viejos niveles que nos cautivaron hace más de 20 años.
En ese sentido, el mayor logro de Tony Hawk’s Pro Skater 1 + 2 puede ser entendido como un viaje que accede a una parte de nuestro cerebro que estaba empolvada en el olvido, pero que se activa desde el primer segundo en que tomas el control. En esa ruta, no pierde nada en esta reconstrucción fantástica que nunca se apegó al fotorealismo. No, lo suyo era crear su propio mundo y este juego es la llave que vuelve a abrir esa puerta fenomenal.
Es cosa de hacer el primer grind 50-50 en una superficie para que casi de forma automática sigas el viaje con un kickflip y, antes de caer en el suelo, extiendas el combo para encontrar el camino. Rápidamente accedemos a nuestro baúl de los recuerdos para fluir de la forma apropiada para conectar un especial. Y ese es solo el comienzo para que escarbes en tu memoria para lograr movimientos de combo más elaborados.
Claro, quizás en tu primera sesión en el almacén no harás tu mejor marca, pero la curva de aprendizaje sigue intacta y el avance será como andar en tu vieja bicicleta que ha sido remozada. Una vez que lo aprendiste, no hay forma en que se te olvide cómo jugar.
Lights out, guerrilla radio. Turn that shit up
Todo lo anterior está en chino si nunca jugaste una entrega de Tony Hawk, pero creo firmemente que ha pasado tanta agua bajo el puente, que experimentar este videojuego en la actualidad representa un timón muy distinto a lo que estamos acostumbrados.
Aquello puede parecer contradictorio considerando las aprehensiones de refrito que implica un remake, pero Tony Hawk’s Pro Skater 1 + 2 puede experimentarse como una notable novedad para toda una nueva generación que puede acercarse con un empujón fresco a esta recreación sólida del motor de patinaje original.
Al mismo tiempo, este rescate comandado por el estudio Vicarious Visions tiene una propuesta que agrega el contenido suficiente, como para que no se sienta como una mano que solo busca meterse en el bolsillo impulsada por la nostalgia. Aquí hay elementos de juego en línea, desafíos e inclusive un modo speed run para ponerte a prueba y verificar qué tan rápido puedes completar cada objetivo.
Es una suma contenido adicional que entrega un valor agregado al remake de forma correcta, ya que también justifica que nuevamente hinquen el diente a este revival, pero sin las transgresiones de los season pass, microtransacciones y juegos cosméticos con los que nos bombardean en el día a día.
También en el camino están los implementos de personalización que siempre se agradecen, más allá de que la creación de un skater se siente más limitada de lo que podría ser, en una amplia selección que puede desbloquearse. La gracia es que estos pueden conseguirse de la mejor forma: con la suma de tu talento y el dinero que logras acumular a lo largo de cada sesión que puede extenderse fácilmente por horas.
Lo que queda a la larga es un gran rescate. De lo que fue y puede seguir siendo un videojuego con su propio lenguaje sobre lo que es el skate. Con su música y trucos, pero también con la posibilidad de hacer uso de aquellos rostros que disfrutábamos ver competir en los X-Games o hacer locuras en sus cameos en Jackass.
Obviamente son más viejos, inclusive como la propuesta de este juego, pero no por eso han perdido su encanto. Y a más de 20 años, una carta de amor como esta es absolutamente bienvenida.
Tony Hawk’s Pro Skater 1 + 2 ya está disponible en Windows, PlayStation 4 y Xbox One.