Total War es una saga más que reconocida por los seguidores de los juegos de estrategia y con una trayectoria de varias décadas que involucra una cifra más que considerable de juegos. Esta gran cantidad de títulos ha hecho que la franquicia poco a poco se vaya complejizando, sobre todo si es que hablamos de la línea Warhammer, la cual recientemente lanzó su tercera entrega, con una serie de nuevas opciones y contenido, y que cautiva con su trama y sus gráficos, a la vez que nos desconcierta con su complejidad.
Total War: Warhammer III; llega para cerrar la trilogía que comenzó hace seis años, con una campaña que traslada a los jugadores a un mundo lleno de demonios y criaturas fantásticas y con una historia que inicia en el norte, cuando un joven príncipe llamado Kislev, se dirige en una expedición para encontrar a un dios con apariencia de oso gigante llamado Ursun. Esta historia, sirve como una mini-campaña tutorial para todos los que desconocen de la saga, así como para los jugadores que no han jugado algún título de Total War en el último tiempo, dando a conocer los diferentes elementos del juego, y sus principales mecánicas de cara al juego central.
Ya en la campaña central, es que el jugador tendrá que emprender un nuevo viaje para llegar hasta Ursun, por lo cual tendrá que viajar por los Reinos del Caos, enfrentando a las facciones rivales, así como a diferentes demonios con el fin de alcanzar a este moribundo dios y lograr los objetivos de la facción escogida. En este ámbito el juego presenta una diferencia con Warhammer II, dónde todos luchaban por el mismo objetivo, acá la historia da un más allá, con cada facción teniendo sus propias metas y el hecho de encontrar a Ursun siendo sólo un medio para lograrlas.
A modo de relator, es que en la aventura te acompañará un viejo mago acompañado de un libro maldito, lo que sirve para darle un hilo a la trama que hay que mencionar a momentos se pierde en la complejidad del juego.
Y es que Warhammer 3, es un juego que en su historia resulta atractivo, de igual forma en su apariencia, sin embargo, resulta bastante complejo con una infinidad de opciones y características, las cuales a pesar de los diferentes tutoriales no se terminan de digerir hasta luego de varias horas de juego. Es así como si tu experiencia anterior con Total War fue Rome u otro ya lanzado hace varios años, te encontrarás con un juego que aunque mantiene la jugabilidad, pero resulta casi completamente diferente en su desarrollo.
Hay que mencionar que Total War nunca ha sido una saga fácil de digerir, con una serie de características opciones y complejidad que a primera vista pueden espantar a cualquier jugador, y en el caso de los Warhammer anteriores, ocurría lo mismo, sin embargo si comparamos con Warhammer II, lanzado en 2017, este era mucho más amigable con los nuevos jugadores, y aunque era un juego complejo era posible sortear esta barrera con relativa facilidad a través del gameplay, algo que no se siente en este juego.
Dejando de lado esta dificultad, Total War Warhammer III, mantiene en principio las bases de la jugabilidad de los juegos anteriores, con un enorme mundo para explorar, el cual cuenta con diferentes facciones, y donde tendremos que hacernos con nuestro nombre mientras avanzamos en la conquista de más territorios, y forjamos alianzas con los diferentes habitantes, y desarrollamos nuestro imperio. Mejorar los asentamientos, hacer diplomacia, generar unidades, y explorar este mundo se mantiene como uno de los ejes del juego, y uno de los puntos atractivos.
En cuanto a las batallas, todos los que han jugado Total War, saben que si de batallas hablamos, la saga es casi insuperable por otros juegos del género, y en esta ocasión no resulta diferente, las ocho facciones para elegir lucen increíbles, cada una con sus propias unidades, a la vez que los escenarios donde se desarrollan los combates lucen muy detallados, al igual que las diferentes unidades, haciendo que la saga luzca mejor que nunca. Lamentablemente esto viene acompañado de un mayor requerimiento gráfico, por lo que quizás quieras revisar los requisitos mínimos y recomendados antes de embarcarte en esta lucha.
Junto con las unidades que cuenta cada facción, también es que contamos con héroes y lords, con poderes que pueden cambiar las tornas de una batalla en caso de ser bien utilizados. Estos a ratos puede romper un poco con el foco del juego, y es que en ocasiones las magias son tan poderosas que se sobreponen a casi cualquier estrategia que puedas utilizar. A pesar de esto la estrategia sigue siendo un factor fundamental en la saga, y aquellos que disfrutan de los combates estratégicos sin duda pasarán un buen rato en cada una de las batallas.
Junto con nuevas facciones, sin duda una de las principales novedades que incluye Warhammer III, es el modo Dominación, un estilo en que dos ejércitos se enfrentan entre sí, y que tendrán que luchar por captura y controlar determinadas regiones del mapa para ir avanzando en la batalla. A lo largo de la campaña, estas ocurren en expediciones al reino del Caos, y al capturar diferentes puntos es que obtienes suministros que te permiten mejorar las unidades o construir defensas para defenderte de las oleadas de enemigos antes de continuar avanzando.
Este modo de juego, también está disponible en el multijugador, y es sin duda una gran adición a la saga, con un sistema que te obliga a cambiar la estrategia, dependiendo de la posición en el mapa que tengan tus unidades, los puntos que controles, y si planeas repeler el ataque rival antes de contra-atacar o iniciar tu las acciones.
En conclusión...
Total War: Warhammer III, es un juego que cautiva y a la vez intimida con su inmensidad, es un título que como entrada a la franquicia no sea quizás el más amigable, pero que una vez ya conoces sus diferentes aspectos y te enganchas a su historia, se vuelve una verdadera adicción, con horas y horas de entretención, conquistando tierras y enfrentando demonios, humanos y otras criaturas fantásticas. Finalmente, Warhammer III es una excelente adición y cierre de esta historia, con una jugabilidad atractivas, y combates llenos de diversión, sangre y estrategia, siendo el mayor obstáculo para su disfrute el enorme muro que significa entender sus diferentes aspectos.