Desde el año 2000, Rotten Tomatoes se ha convertido en una suerte de referencia express para ver si vale la pena o no ir al cine y gastar nuestro dinero para ver alguna película. El sitio, que agrega reseñas de los críticos más prestigioso y divide para ver si hay un consenso positivo o negativo con respecto al film, ha mantenido su forma de operar todo este tiempo, convirtiéndose en uno de los sitios más influyentes a la hora de conocer la opinión general sobre una cinta.

Pero si hay una crítica que le han hecho al sitio en los últimos tiempos, es el criterio con el que elige cuales son las voces que quedan representadas en su porcentaje y cuales son consideradas, simplemente, como "la voz del pueblo".

En un comienzo era muy fácil: solo medios especializados. Rotten Tomatoes tomaba sus puntajes de diarios y revistas, con sus críticos especializados y nada más. Con el tiempo fueron agregando sitios, pero sin importar la voz que los decía. En el fondo, para Rotten Tomatoes el medio es el que le da validez a un puntaje y no la visión de quien escribe la reseña. Así es como un crítico que decidía irse de un diario o revista para conseguir una carrera independiente, dejaba de importarle al sitio porque ya no estaba en una fuente confiable.

Pues bien, ahora Rotten Tomatoes ha decidido hacer su mayor cambio estructural de los últimos años, anunciando que desde la próxima semana, su base de datos de críticas comenzará a incluir una mayor diversidad de voces que ya han sido validadas no solo por contar con un gran nombre detrás, sino que también por su trayectoria y confianza.

Ahora las críticas certificadas contendrán más podcasts, videos y publicaciones de críticos freelance que a veces escriben críticas que no terminan siendo publicadas por sus medios pero qeu igual hacen públicas en sus medios personales.

Con esto, se busca dar una mayor diversidad a las paleta de colores que muestra el sitio y así lograr un mayor consenso sobre si efectivamente una película valdrá la pena o no.