Si le preguntas a un fanático de Rick and Morty que defina la tercera temporada de la serie en tres conceptos, seguramente te dirá Pickle Rick, Evil Morty y la Salsa Szechuan. 

Y es precisamente este último elemento, pieza central del primer capítulo del tercer ciclo de la serie, el que ha servido para demostrar en las últimas semanas que tan ridícula puede volverse una fanaticada para conseguir un objeto que, desde el comienzo, no fue más que un dispositivo argumental para hablar de las cosas que en realidad no son tan importantes.

Tal como se explica dentro del mismo capítulo, la salsa Szechuan -o Sichuán en nuestra lengua española- fue parte de una promoción de McDonalds lanzada junto con la película Mulan para acompañar sus nuggets de pollo. Un dato que quizás nadie recordaba, una mísera anécdota dentro del centenar de campañas de marketing que han pasado por la cadena de los arcos dorados. Pero bastó con que Rick Sánchez la mencionara dentro del episodio como la principal obsesión de sus aventuras para que miles de obsesivos de la serie, esos que llevan tatuajes de Pickle Rick y comparten memes nihilistas con imágenes de la serie, se obsesionaran también con el producto.

En su momento, McDonalds creó unos bidones de salsa que envió a los creadores de la serie y a tres seguidores de Rick and Morty al azar. Y hasta ahí, pensábamos que había acabado.

Pero meses más tarde, la compañía manejada por el payaso Ronald volvió al ataque, ofreciendo a la salsa Sichuan como parte de una promoción para el lanzamiento de sus nuevos tenders de pollo. De hecho, los tenders fueron lanzados junto a 10 salsas diferentes, pero claramente el solo hecho de colocar a la salsa oriental sirvió como carnada para atraer a los fanáticos de la serie en una movida que, por cierto, nunca tuvo el consentimiento ni el apoyo oficial de los creadores de la serie.

¿Qué pasó? Obviamente la demanda superó a la oferta y los fanáticos comenzaron a protestar, hacer desorden y atacar por redes sociales.

https://twitter.com/luluramadan/status/916729163305947137

https://twitter.com/dehparadox/status/917301101535354880

Y claro, McDonalds no sabía que no estaba lidiando con una salsa, que seamos francos, es lo que menos importa. Nadie salvo Justin Roiland, co-creador de la serie que era el verdadero obsesionado con la salsa recuerda realmente su sabor. La salsa Szechuan es ahora un ícono, un producto de mercadotecnia, un meme para los fanáticos de la serie y como tal, se puede esperar la misma atención que podría tener un panel en la Comic Con.

Y el problema ya no es solo para McDonalds. Ahora se trasladó a eBay, donde no sólo podemos encontrar a los carteles conmemorativos de la salsa a 50 dólares, poleras lanzadas por McDonalds a 100 dólares paquetes sellados de la salsa que se están subastanto a 150 dólares el sachet, sino que llegamos al ridículo en el que se están vendiendo fotos impresas y enmarcadas de la salsa a 10 dólares. Solo una foto. Y ya se han vendido 19.

Es cierto. Es difícil medir cómo va a afectar un fenómeno mediático, sobre todo cuando viene de una serie de animación cuyo único afán es hacer reír a su público. A veces hay memes y bromas que se salen de control y la salsa Sichuán claramente ha sido una de estas.

Y también es cierto que mientras más grande es una fanaticada y un producto se hace más popular, es más fácil encontrar personas que llevan el fanatismo a los lugares más oscuros del ser humano. Pero hay obsesiones y obsesiones, y en el caso de Rick and Morty, es mucho más preferible dedicarse a ver videos de teorías absurdas, referencias que te perdiste o por último, imitar a Pickle Rick que endiosar a una salsa que argumentalmente no vale nada.

Porque mientras sigan haciéndolo vamos a seguir siendo Jerrys que se creen Ricks. Y no hay nada peor que un Jerry.