San Francisco se convirtió en una de las primeras ciudades de Estados Unidos en prohibir la venta de cigarros electrónicos acusando razones de salud pública.
Esta medida fue aprobada gracias una votación unánime de la Junta de Supervisores de San Francisco y se espera que entre en efecto a comienzos de 2020 y se mantenga indefinidamente hasta que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) realice estudios determinantes respecto a la seguridad de estos productos.
Por supuesto, la determinación de San Francisco es particularmente llamativa ya que la ciudad es el hogar de Juul Labs, una de las empresas más reconocidas en el rubro de los cigarros electrónicos.
De acuerdo a la Junta de Supervisores, la ordenanza que además prohíbe cualquier producto de tabaco con sabor, tiene como uno de sus principales fundamentos el peligro que representan estos productos para los jóvenes de la ciudad.
"La ordenanza no es una prohibición permanente. Es una moratoria hasta que la FDA lleve a cabo las diligencias pertinentes respecto a lo que las grandes compañías tabaqueras como Juul le comercializan a nuestros jóvenes", dijo el supervisor de la ciudad, Shamann Walton, quien promovió la legislación.
"Las empresas como Juul han tenido tres años para presentar sus productos y comercialización a la FDA. La pregunta es por qué no lo han hecho. Y la respuesta es porque quieren proteger sus ganancias para continuar atacando y perjudicando a nuestros jóvenes y saben que la nicotina no es saludable", añadió Walton, según recoge Gizmodo.
Juul, pertenece en un 35% a la compañía tabacalera Altria (conocida anteriormente como Philip Morris) y, según destaca Bloomberg, tuvo ingresos de aproximadamente $2 mil millones de dólares el año pasado y se estima su participación en el mercado de los cigarros electrónicos es del 72%.
Por ello no es sorprendente que tras el anuncio de la prohibición la compañía comenzara inmediatamente a impulsar una votación para revertir esta resolución en el mes de noviembre, afirmando a BBC que esta medida "creará un próspero mercado negro" y "conducirá a los ex fumadores adultos que cambiaron exitosamente a cigarros electrónicos de vuelta a los cigarrillos mortales".
Los efectos de los cigarros electrónicos han estado en el foco del debate durante los últimos años, ya que mientras algunos expertos plantean que son una excusa para que los niños y jovenes se conviertan en adictos a la nicotina desde una edad temprana; otros afirman que reducen el daño que provocan los cigarros tradicionales.
Antes de que San Francisco levantara esta prohibición, Beverly Hills ya había impulsado una legislación en esta misma línea, sin embargo, esta no entrará en efecto hasta 2021.