Como un golpe para los impulsores de las medidas de súpervigilancia y tolerancia cero, la ciudad de San Francisco, ubicada al norte del corazón de la innovación tecnológica de Silicon Valley, se convirtió en la primera urbe de Estados Unidos que prohibió la tecnología de reconocimiento facial por parte de la policía y otras agencias gubernamentales.
La junta de supervisores de la ciudad votó 8 a 1 a favor de una ordenanza para detener la vigilancia secreta que específica dos puntos:
- Prohíbe el uso del reconocimiento facial por parte del gobierno de la ciudad
- Implementa una supervisión estricta de todas las herramientas de vigilancia utilizadas por la ciudad
Ese último punto requiere aviso público, aprobación legislativa para la compra de nuevas herramientas de vigilancia y auditorías de la tecnología de vigilancia ya existente, como los lectores para reconocer patentes de vehículos.
"Podemos tener una buena seguridad sin un estado de seguridad y podemos tener una buena vigilancia sin un estado policial (...) El objetivo de esta legislación es no deshacerse de la tecnología de vigilancia. Es para que el gobierno y el público sepan cómo se usa esa tecnología", planteó Aaron Peskin, impulsor de la ordenanza.
Aunque la prohibición de reconocimiento facial es una medida inédita para Estados Unidos, otras seis ciudades del norte del estado de California ya habían implementado la supervisión estricta de sus herramientas de vigilancia.
La tecnología de reconocimiento facial generan debate alrededor del mundo, debido a preocupaciones asociadas a la privacidad, los sesgos que podrían existir contra grupos por raza o creencias religiosas e inclusive la responsabilidad sobre el uso de esa tecnología.