Tras la filtración de fotos privadas en 2011 -que resultaron con el responsable condenado a 10 años de cárcel- Scarlett Johansson volvió a ser el foco de la atención en internet el año pasado.
Esta vez, por ser el blanco de videos sexuales falsos generados por una inteligencia artificial, más conocidos como Deepfake. Uno de esos videos ya ha alcanzado más de un millón y medio de visitas, al ser etiquetado como otra filtración.
"Nada puede evitar que alguien corte y pegue mi cara, o la de alguien más, en un cuerpo diferente", aseguró la actriz al periódico estadounidense The Washington Post, llegando a la lamentable conclusión de que es "inútil" y "una causa perdida" el luchar contra estas prácticas.
La inteligencia artificial capaz de crear estos videos utiliza un software creado por Google, lo que ha causado la proliferación en la web de una cantidad alarmante de estos videos los últimos años, todo porque son falsificaciones "realistas" que insertan la cara de una persona determinada en un video pornográfico.
"Es solo cuestión de tiempo antes de que cualquier persona sea atacada", agregó la intérprete de Black Widow en las películas de Marvel Studios.
Si bien, Johansson ha sido una de las víctimas más reconocida de este tipo de videos, no ha sido la única. A fines de diciembre del año pasado, el mismo medio publicó la historia de una mujer de 40 años que sufrió un caso similar, afirmando que se sintió "violada" y que estas situaciones "dan ganas de arrancar todo de internet, pero sabes que no se puede".