La aventura de Nintendo en el mundo de los juegos móviles sigue siendo un experimento que no logra encontrar su punto perfecto. Super Mario Run fue criticado en su momento por cobrar 10 dólares para acceder al título -demasiado para un juego móvil dijeron muchos- mientras que sus títulos con modelo free-to-play tampoco han funcionado de manera tan perfecta.

Y sobre eso, Shigeru Miyamoto, el desarrollador más influyente dentro de la compañía, explicó que a su juicio, los desarrolladores deben dejar de cobrarle por todo a los jugadores y comenzar a adoptar un estándar de precios fijos que sirva para valorar mejor a los juegos. Es decir, sigue defendiendo la decisión de vender juegos móviles como Super Mario Run en lugar de lo que hicieron con Animal Crossing.

Según Miyamoto, hay dos modelos que debiesen existir: uno con un pago único que de acceso al contenido y el otro con suscripciones, que también entrega todo el contenido del juego pero con un gasto fijo y no con la sorpresa de las microtransacciones y las lootboxes.

"Es necesario que los desarrolladores aprendan a llevarse bien con estos sistemas. Es importante encontrar a gente que entienda el valor de tu software y así los clientes van a sentir el valor de tus aplicaciones y desarrollar un hábito de pagar por ellas".

El problema es que si bien Nintendo ha sido un maestro en demostrar que ese modelo funciona en las consolas -donde los fanáticos no dudan en gastar dinero sabiendo que un juego es de Nintendo- no lo han podido hacer en el mercado móvil, donde operan otras lógicas de lealtad.

"No podría decir que nuestro modelo de precio fijo ha sido un éxito, pero vamos a seguir empujando hasta que todos puedan desarrollar juegos en un ambiente confortable", sentenció Miyamoto.