Shinsuke Nakamura debe ganar el Royal Rumble 2018
Una victoria del japonés en la batalla real no sólo le permitiría enfrentar a AJ Styles en la revancha que los fanáticos esperan desde hace dos años, sino que también le aportaría la credibilidad necesaria para dar el salto definitivo en el plantel estelar.
Shinsuke Nakamura, 37 años, se lamenta en el centro del cuadrilátero: acaba de perder otra lucha. Su compañera de turno, Natalya, minutos antes sucumbió ante el "Estado de cuentas" de Sasha Banks. Debut y despedida del Mixed Match Challenge, otra decepción.
Ha pasado más de un año y nueve meses desde su debut en NXT, y nueve desde que irrumpió por primera vez en SmackDown. Si bien fue campeón del programa que promueve a las futuras estrellas de la promoción, la historia ha sido diametralmente opuesta desde su llegada al plantel estelar. Hace tres meses, en Hell in a Cell, disputó, sin suerte, su última oportunidad titular.
Se saben algunas cosas de Nakamura. Debutó en la lucha libre profesional en 2002 y tiempo después, bajo el alero de Antonio Inoki, incursionó con relativo éxito en las artes marciales mixtas. Fue tres veces campeón mundial de New Japan Pro Wrestling, cinco veces se probó el cinturón Intercontinental y ganó el G1 Cup de 2011.
Se sabe que la WWE se interesó en su particular estilo: sobre el ring, reconocido como el "King of the strong style", encarnó la esencia del wrestling japonés con un repertorio cargado de patadas y movimientos brutales. Fuera de él, dueño de un carisma y un manejo del público inusual para un luchador asiático: perfil ideal, en teoría, para el producto de Vince y compañía.
Se sabe que protagonizó uno de los combates más comentados de 2016, en la décima versión de Wrestle Kingdom, frente a AJ Styles. 24 minutos que rozaron la perfección y que valieron 4.75 estrellas en la valoración del periodista Dave Meltzer.
También se sabe que los fanáticos esperan con impaciencia la revancha, esta vez en la vitrina de los inmortales. Y no son los únicos: Jim Ross y Stone Cold, leyendas de la empresa, se han pronunciado a favor del combate de cara a Wrestlemania.
Pero el escenario, pese a todo, es difuso. Feudos en su mayoría intrascendentes y dos derrotas titulares -frente a Jinder Mahal- hablan del pésimo manejo que ha recibido Nakamura, aun cuando su personaje cuenta con la capacidad de echarse a todos en el bolsillo con inusitada facilidad.
Precisamente, Stone Cold, en su podcast, fue bastante crítico del "bookeo" que la WWE ha preparado para el japonés. "¿Cuál es el plan? Tienes a este tipo, que es uno de esos talentos que no aparecen todos los días. Es especial. Llega y lo tratas como si fuera un tipo corriente", señaló Austin, tras el feudo que enfrentó a Nakamura con Ziggler.
Kenny Omega, ex compañero en NJPW, fue un paso más allá y consideró "un insulto" que el nipón haya tenido que pasar por NXT.
Aclaración indispensable: WWE en su contrato como empresa no tiene obligación alguna de explicarle a su público por qué razón elige a un luchador para triunfar.
La trigésima primera edición de Royal Rumble, sin embargo, se presenta como la oportunidad ideal para propinar un golpe, acertar por partida doble: enderezar el rumbo acorde a la calidad de un Nakamura que lleva tres meses sin una historia definida; y dar forma al combate de ensueño que todos los fanáticos desean ver en el magno evento.
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Convencer a Vince, de seguro, no será fácil. Según analizó hace unos días Dave Meltzer, en el Wrestling Observer, Nakamura estaría dentro de una terna de favoritos que componen, además, Roman Reigns y Randy Orton. La superestrella de Raw es el principal candidato: McMahon lo quiere enfrentar a toda costa contra Brock Lesnar en Wrestlemania.
Pero lo cierto es que el líder de The Shield no necesita ganar el Rumble: carece de sentido; seguramente generaría el repudio de un público, en buena parte, cansado de su imbatibilidad. Actual cara de la empresa y, además, hasta este lunes campeón Intercontinental, Reigns puede llegar a la vitrina de los inmortales a través de una victoria en Elimination Chamber, o incluso mediante un reto directo.
Nakamura, por su parte, pese a sus más de 15 años de carrera, y a brindar algunas de las mejores luchas del último año, necesita de la victoria en pos de una mayor credibilidad para dar el salto definitivo en WWE.
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