Pese a cubrir gran parte del planeta, partes de los océanos aún son un misterio para la humanidad. Pero los nuevos avances tecnológicos podrían ayudarnos a sortear las dificultades de las profundidades y revelar los misterios que yacen bajo el agua.
Para eso, un grupo de investigadores del MIT ha desarrollado a SoFi, un robot que no solo luce como un pez sino que es capaz de moverse como uno.
Actualmente SoFi está nadando en un arrecife de coral en Fiji donde su diseño le permite moverse libremente en todas las direcciones para recolectar información del lugar.
SoFi está hecho de un material blando, que le permite circular por el agua ligeramente con un movimiento suave. Posee una bomba hidráulica que mueve su cola de un lado a otro para impulsar su nado e imitar los movimientos de los peces reales, haciendo que su acción sea eficiente, se vea "natural" y no sea invasiva para las criaturas marinas.
El robot es maniobrado de manera remota mediante un control similar al de un Super Nintendo.
Para dar a conocer características de SoFi y su importancia para la ciencia, en Science Robotics se publicó la investigación que dio origen al robot y fue liderada por Daniela Rus directora del Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory en MIT.
"Para nosotros este pez es mágico," reveló Rus. "Imaginamos que algún día nos ayude a resolver más misterios del maravilloso mundo submarino de que conocemos tan poco."
La publicación detalla que SoFi es un robot pequeño, lo que hace más fácil sus movimientos. Mide aproximadamente 45,72 cm y pesa un poco más de 1,5 kg.
Dado que el robot efectúa sus operaciones bajo el agua, fue todo un desafío para el equipo de investigadores desarrollar una tecnología que pudiera funcionar en esas condiciones. Para ello establecieron que todos los componentes electrónicos de SoFi debían ubicarse en compartimientos a prueba de agua capaces de soportar los grandes cambios de presión que sufre el robot a medida que se mueve hacia arriba y hacia abajo en el agua.
En su interior contiene un computador Linux y específicamente en su cabeza lentes de ojo de pez para captar sus alrededores. Su energía es provista por una batería similar a la de los smartphones y lo que le permite nadar por 40 minutos.
SoFi es el primer robot capaz de lidiar con las corrientes y presiones del océano real durante un período prolongado de tiempo, y una de sus grandes ventajas es que todos sus componentes fueron elaborados mediante impresión en 3D, por lo que sería relativamente fácil de replicar.
Pero eso no fue todo, uno de los elementos fundamentales para el éxito de SoFi fue conseguir una flotabilidad ajustable mediante la que el robot pudiera nadar en diferentes profundidades sin flotar a la superficie o hundirse en el fondo marino.
"Si eres un buzo, entonces sabes que si dejas escapar el aire de tu chaleco de buceo, bajas y si lo pones, subes", explicó Rus en la investigación. "Pero a veces, cuando vas subiendo, el aire tienes se expande así que tienes que dejar salir más. Es bastante complicado".
Para solucionar este problema, el equipo creó una "unidad de control de flotabilidad", con cámaras de espuma de poliuretano que pueden cambiar la densidad de SoFi al comprimir o descomprimir el aire.
Gracias a esta tecnología, el robot ha sido capaz de recorrer sin problemas los arrecifes de Fiji, pero los planes de sus creadores no terminan allí. Según revelaron continuarán mejorando a SoFi para que nade más rápido, pueda transmitir video y de una imagen con colores más realistas.
Incluso consideran la posibilidad de que el robot pueda aprender a reconocer específicamente diferentes especies de peces y pueda comenzar a seguirlos por cuenta propia. "Podríamos encargarnos de encontrar una corona de espinas, un pez loro o una estrella de mar y hacer un mapa de las ubicaciones de estos animales," dijo Rus.
Todo con miras al objetivo principal de SoFi que es convertirse en un instrumento que ayude a los biólogos a estudiar el océano de una manera discreta.