No es de Netflix ni de Disney+. Tampoco de Star+, Amazon Prime Video o Apple TV+. No está en ninguno de los streamings más populares, pero es el mejor lanzamiento de una serie nueva del último año. Su nombre es Yellowjackets y es una propuesta cautivante. Es una a la que llegas por su historia base o las dosis de aventura de terror que incluye, pero en la que finalmente te quedas por la forma en que están abordados su misterios y lo notable de sus actuaciones.
Desde su estreno, porque así funcionan las cosas, la serie ha sido comparada con Lost, pero su propuesta es muchísimo más que una mera réplica de una fórmula probada. Sí, aquí nos topamos la historia de un equipo de fútbol femenino de un colegio de Estados Unidos, las Yellowjackets en cuestión, cuyo avión sufre un accidente en medio de una zona de bosques profundos. Pero hay mucho más que desenvolver en el camino.
Por un lado, casi todos los adultos mueren en el accidente aéreo, lo que da pie a una historia de supervivencia en la que no solo hay problemas para reunir agua o alimento, sino que también mucho drama juvenil en las relaciones humanas. Traiciones, secretos, rencores, envidia, pasión. Todo está ahí en un “Señor de las Moscas” en clave femenina.
También desde los primeros minutos de la serie queda claro otro factor no menor: eventualmente las sobrevivientes deberán enfrentarse a la crudeza del invierno, lo que inevitablemente abrirá las puertas a un escenario aún más crudo que el de la tragedia de los rugbistas uruguayos en los Andes. Sí, habrá sangre, gore y carne.
Claro que Yellowjackets tampoco es solo eso, ¿Mencioné acaso que también parece haber un componente de misterio sobrenatural en el medio? ¿O que su historia no solo se sitúa en una época?
Sin entrar en mayores detalles, esa otra gracia de la serie radica en el hecho de que su historia no solo se queda en el accidente aéreo, el cual ocurre en 1996, ya que de forma paralela Yellowjackets también se desarrolla 25 años después.
En pleno 2021, su historia se centra en la vida que algunas de las sobrevivientes, sus problemas adultos y la vida de secretos que han desarrollado tras guardar absoluto silencio sobre lo que ocurrió en el bosque. Y en ese escenario, la serie cuenta con varias actuaciones notables que se impulsan al contrastar con lo que vamos viendo de cada una de sus contrapartes adolescentes.
En el rol principal está Melanie Lynskey, a quien muchos la recordarán por haber interpretado a la vecina loca enamorada de Charlie en Two and a Half Men, pero quien viene sorprendiendo con su capacidad desde que participó en las Criaturas Celestiales de Peter Jackson.
Ella tiene la tarea de interpretar a la adulta Shauna, una sobreviviente que guardó un gran secreto desde antes del accidente y que en la actualidad tiene una vida familiar marcada por la monotonía. Además en la serie participa Simone Deveaux (Heroes, House of Cards) como Taissa, quien era la jugadora obsesionada con ganar y cuya vida adulta aparentemente perfecta comienza a resquebrajarse mientras avanza en su candidatura para el senado estatal de Nueva Jersey.
Junto a ellas está una sólida Juliette Lewis (Cabo de Miedo, Asesinos por Naturaleza), quien da vida a una sobreviviente que era cuestionada por su vida juvenil desenfrenada y que en su adultez está marcada por sus adicciones. Sumen, y de forma no menos importante, a una Christina Ricci (Los Locos Adams, Sleepy Hollow) totalmente desatada en el rol de Misty, una chica de muchas necesidades que en su juventud era la utilera del equipo y que en su adultez es la desequilibrada enfermera de un hogar de ancianos.
En ese esquema, lo más atractivo en la superficie está en el pasado, en lo que ocurre con las adolescentes en la intemperie y el conflicto que comienza a surgir entre ellas, el cual desde el primer minuto nos anticipan que terminará en sangre, rituales y algo muy oscuro.
Pero la serie también se bifurca hacia el presente para jugar con los secretos, tener elementos de humor negro muy bien desarrollados en base a las relaciones entre las mujeres e ir creando una conspiración que no solo pone en riesgo el pacto de silencio que sellaron las sobrevivientes, sino que también las impulsa a demostrar lo desajustadas que están con su entorno y el resto de la sociedad.
Obviamente también hay un montón de misterios que impulsan a que la audiencia, al estilo Lost, se vaya creando teorías sobre lo que sucedió, pero la serie es lo suficientemente inteligente como para intercalar las pistas evidentes con trampas narrativas. Y eso entrega respuestas que no son tan evidentes como lo que inicialmente aparentaban.
Pero repito, aunque el primer gancho sea la trama base, la serie inevitablemente convoca a quedarse por otros factores, en donde las relaciones entre las sobrevivientes y los quiebres entre ellas aportan la sustancia para que esta sea mucho más que una serie con una cajita de misterios por revelar.
A la larga, y tal como dijo Stephen King en Twitter, “Yellowjackets es una excelente historia de supervivencia, una excelente historia de misterio y tiene una buena cantidad de momentos horribles. Lo que también tiene - y muchos programas actuales no lo tienen - es una caracterización aguda y un sentido del humor mordaz”.
Así que sí, esta es la serie del momento y todos deberían estar viéndola, ya que existe más de una sola razón para hacerlo.
Yellowjackets está disponible en el streaming Paramount+. Actualmente lleva 9 episodios emitidos y a primera hora del próximo lunes será lanzado el final de temporada.