Homenaje a Spanky, el piloto delfín que salvó al mundo en Aero Fighters
El héroe más extraño de la serie Aero Fighters es un delfín que juró proteger los océanos a bordo de su increíble avión de guerra.
En los últimos años, los videojuegos nos han enseñado que para salvar al mundo hay que cumplir ciertas características: ser de preferencia calvo, musculoso, en lo posible mostrando tus brazos gigantes al aire y con la cara más amenazante posible.
Pero en los inicios del mundo de los videojuegos, la variedad de héroes era bastante más diversa, y sobre todo improbable.
Desde un fontanero bigotón capaz de recorrer un reino buscando a su princesa raptada por un tirano monárquico hasta un erizo azul que destruye a toda una corporación robótica. Pero ningún héroe de los videojuegos rescata de mejor manera la idea de que cualquiera que tenga las intenciones puede salvar al mundo que Spanky, el carismático delfín que conocimos a partir de la segunda parte de la saga Aero Fighters.
Los delfines no son personajes extraños para el mundo del entretenimiento digital. Ya en su momento, para la consola de Sega Genesis, un extraño cetáceo llamado Ecco The Dolphin se convertía en el salvador de los océanos en la aventura más vaporwave de la historia.
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Pero mientras Ecco usaba sus habilidades naturales en el fondo del mar, nuestro querido Spanky, o Whity si lo conocimos por la versión japonesa del título, decidió salir de su hábitat natural para cambiar el océano por el aire. Porque Spanky es un piloto de guerra. Y no solo eso, sino que uno de los más brillantes del mundo. Porque si poder pilotear un avión de guerra no fuese lo suficientemente increíble para un cetáceo, este delfín es capaz de comunicarse con lenguaje humano, y se autodenomina un Delfin Genio. Y no es difícil entender por qué.
La infancia de Spanky fue bastante difícil. Fue criado en un acuario en el distrito de Umeda en Osaka. Fue en ese lugar donde el constante contacto con seres humanos lo hizo aprender a comunicarse en nuestro idioma, y de paso, convertirlo en un piloto de la Fuerza de Paz de las Naciones Unidas, el grupo de coloridos soldados que protagonizan esta saga de juegos de aviones.
Pero su verdadero sueño fue siempre volver al océano. A pesar de ser uno de los pilotos más reconocidos y talentosos del mundo, y mantener siempre un espíritu optimista, Spanky en realidad solo añoraba volver al mar que lo vio nacer, antes de ser capturado por los humanos que ahora juró proteger.
A Spanky no lo conocemos hasta la llegada de Aero Fighters 2, cuando se integra a un equipo multidisciplinario y multiétnico, donde su naturaleza cetácea pasaba inadvertida a lado de robos, bebés, vikingos y gemelos.
Con solo tres años de edad, el mamífero del oceáno ha aparecido en cuatro entregas diferentes de la saga, piloteando un avión diferente en cada una de ellas: un YF 23, un Polikarvpov, un HS129 y un X-29.
Y a pesar de que la guerra siempre es una situación estresante, Spanky siempre mantiene una personalidad optimista, siempre pensando en su objetivo de salvar a los océanos a como de lugar.
Es también uno de los primeros delfines que se cuestiona la vida en otros planetas.
Pero finalmente, el héroe acuático puede lograr su objetivo final, y tras todo el esfuerzo de años, de una infancia traumática y de tener que hacerse paso en un mundo que no siempre te acepta como eres, logró el anhelo de llegar directamente al mar.
Y al final del día, todo lo que quería hace Spanky, era volver a ser un delfin. Y esa es quizás la principal enseñanza que nos deja este extraño héroe noventero: que al final del día lo que realmente nos hace felices no es cómo nos vea el mundo, sino que volver al origen y expresarnos como realmente somos. Porque Spanky tuvo que vivir con humanos, aprender a ser humano, hablar como humano, luchar como humano sólo para poder validarse y volver al mar a hacer lo que en realidad siempre quiso hacer: nadar contra la corriente y los arrecifes de coral.
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