Activision Blizzard está armando uno de los proyectos de eSports más ambiciosos de la industria con la Liga Overwatch, un proyecto que busca llevar a los deportes electrónicos el mismo nivel de profesionalismo y seriedad que tienen los deportes más tradicionales.

Hace unas semanas conocimos las primeras siete ciudades que se adjudicaron las franquicias que albergarán a cada uno de los equipos que formarán parte de la liga oficial de este shooter, entre las que se incluyen Los Ángeles, Miami, Seúl y Shanghai, entre otras. Cada uno de estos siete equipos tendrá tres meses, partiendo por agosto y terminando en octubre para definir sus alineaciones, las cuales deberán tener un mínimo de 6 y un máximo de 12 integrantes del rincón del mundo que ellos deseen para armar sus equipos.

¿De donde saldrán los elegidos? De los más de 30 millones de jugadores de Overwatch que existen en el mundo. Los dueños de los equipos tendrán acceso a las estadísticas de los mejores jugadores del mundo para definir a los 500 mejores exponentes del modo competitivo para poder empezar a contactarse con ellos y convencerlos de ser parte de sus equipos.

Obviamente también son libres de elegir a personas que hayan participado en torneos del juego y otros métodos de selección, pero la idea es que quienes sean realmente buenos en el juego podrán ser descubiertos gracias a sus estadísticas.

Los equipos podrán negociar de manera privada con cada integrante de los equipos, pero manteniendo un mínimo de condiciones dadas por la propia compañía.

Por ejemplo, los contratos deberán tener una duración garantizada de un año, con la posibilidad de extender los contratos por un año más. El salario mínimo también fue estipulado: 50 mil dólares al año, y cada equipo deberá proporcionar un seguro médico y un plan de ahorro para el retiro a cada jugador.

Junto con el sueldo y sus beneficios, cada equipo deberá distribuir al menos el 50% de los extras otorgados por el rendimiento del equipo directamente a los jugadores. Estos extras son bonos que entregará la propia Blizzard en caso de que los equipos lleguen a las finales o salgan campeones. El bono por ganar la copa, por ejemplo, será de un millón de dólares.

A pesar de que los equipos representarán ciudades alrededor del mundo, esto no impide que puedan traer jugadores de todas partes del mundo. De hecho, no habrá límite en cuanto al fichaje de los jugadores dependiendo de su origen, pero sí deberán entregar alojamiento e instalaciones de práctica que cumplan los estándares de la Liga.

Todo esto para preparar el lanzamiento de la Liga a fines de este año, una liga que al menos en ambición, no tiene nada que envidiarle a deportes establecidos.