Al centro de la historia de Rocky IV está un hecho no menor: la muerte de Apóllo Creed, el exrival y posterior amigo del boxeador interpretado por Sylvester Stallone.
El deceso del personaje interpretado por Carl Weathers, provocado durante una pelea de exhibición contra Ivan Drago (Dolph Lundgreen), no solo da pie al mayor desafío en la carrera del “Italian Stallion”, sino que también marca todo lo que se hizo posteriormente en la saga de Rocky Balboa.
Pero la muerte de Apollo, en los brazos de Rocky luego de que el excampeón se niega a tirar la toalla ante un rival tan invencible como el golpeador soviético, ahora ha sido revaluada por el propio Stallone.
Como parte de un documental realizado para acompañar el nuevo corte del director de Rocky IV, Stallone explicó que la muerte de Apollo es algo que nunca debió haber sucedido. “Nunca debí matarlo”, explicó.
Según el actor y director, hubiese sido narrativamente más efectivo que Drago lesionara gravemente al antiguo campeón y que este “asumiese el rol de Mickey”.
“Fue una tontería. Pensé que necesitaba ese tipo de trampolín para proyectar el drama hacia adelante a una poderosa velocidad. [Si Apolo hubiera sobrevivido] habríamos visto un lado diferente de Apolo. Él podría haberse abierto a todas estas otras cosas de las que ni siquiera sabíamos, porque ahora estaría en una silla de ruedas. Y hubiera sido una especie de figura paterna, mentor, hermano. Hubiera sido realmente genial”, recalcó Stallone.
De todas formas, el director de Rocky IV reconoce que una decisión como esa habría cambiado drásticamente la dirección de la franquicia, por lo que probablemente ni Rocky V ni Rocky Balboa nunca hubiesen ocurrido. Y una película del hijo de Apolo también habría sido muy, muy diferente.
La nueva versión de Rocky IV se estrenará el próximo 11 de noviembre en plataformas digitales.