The Happytime Murders, la comedia que pretende llevar sexo, drogas y alcohol al mundo de las marionetas, ofreció sus primeras funciones a la prensa en Estados Unidos con miras a su debut el 24 de agosto en ese país.
Sin embargo, pese a todo el revuelo generado en la antesala del estreno, el veredicto final de los críticos no es favorable para la película dirigida por Brian Henson, el hijo del creador de los Muppets.
A grandes rasgos los principales reparos de la crítica respecto a la película apuntan a que termina siendo aburrida en su afán por mostrar todo aquello que estaba prohibido en las producciones familiares protagonizadas por marionetas.
Por ejemplo, E. Oliver Whitney del sitio ScreenCrush señala:
"The Happytime Murders intenta con tanta desesperación empujar los bordes de la indecencia que pasa al terreno de ser asombrosamente poco divertida. Honestamente no puedo pensar en otra ocasión en que haya presenciado un silencio tan ensordecedor de la audiencia como el que viví en mi función de prensa para esto".
"No es la mera noción de ver a los títeres actuando traviesos lo que es ofensivo o impactante, sino que es cómo la película de Henson, escrita por Todd Berger con una historia de Dee Austin Robertson, cree que es hilarante y vanguardista mientras sigue haciendo el ridículo durante el tiempo de proyección (afortunadamente breve) de 91 minutos (...). Es como si un grupo de titiriteros que se han visto forzados a bloquear su sentido del humor durante años,finalmente son libres de gritar todos los chistes al máximo de sus pulmones al mismo tiempo".
Andrew Barker de Variety planteó:
"No debería sorprendernos que Happytime ( Murders) se quede ridículamente corta como una metáfora del racismo. Pero su error de cálculo más fatal es la decisión de cargar muchos de sus componentes más burdos en los primeros 15 o 20 minutos, privando al resto de la película del valor del impacto, que es su razón de ser. A mitad de camino la película está tan repleta de ideas que recurre a bromas desagradables (personajes que confunden a McCarthy con un hombre, "¿un idiota le dice qué?") ejecutadas de forma dolorosamente extendida".
También con un acento en la fallida critica social de la película Molly Freeman de ScreenRant dijo:
"The Happytime Murders también trata torpemente de utilizar su mundo lleno de marionetas como una metáfora del clasismo, el racismo y el sexismo en el Estados Unidos moderno, ya que los títeres son perseguidos y convertidos en el blanco de chistes ofensivos".
"Sin embargo, esos temas no están realmente desarrollados y se olvidan en gran medida una vez que la historia del misterio del asesinato se pone en marcha. En cambio, posicionar a los títeres como una raza que ha sido históricamente perseguida es más ofensivo y ridículo que el comentario social inteligente que The Happytime Murders claramente quiere que su público crea que es".
Para Brian Lowry de CNN el humor de la película fue demasiado inmaduro:
"Happytime Murders no puede hacerle suficientes cosquillas al 'hueso divertido' para obtener algunas risas, incluso de Elmo. Es difícil exagerar la medida en que el humor pueril produce rendimientos decrecientes, ya que los realizadores (Henson y el escritor Todd Berger) explotan los chistes de marionetas sucias hasta el punto de tener agujeros en ellos".
A.O. Scott de The New York Times planteó:
"La señora McCarthy ha demostrado su temple cómico en todo tipo de compañía, así que ¿Por qué no junto a un tipo azul fumador y vestido con un traje arrugado? Ella y los otros actores no inanimados, principalmente la señora Banks, Maya Rudolph y Leslie David Baker, pueden hacer un poco de rimas tontas, pero en su mayoría son cosas agotadas y suaves".
"La trama debería ser una excusa para las intervenciones cómicas, pero básicamente solo se interpone en el camino, lo que me hace pensar que una película no es lo que Phil y su estilo necesitan o merecen. Al igual que sus hermanos Muppet dominantes, es posible que se sientan más a gusto en pantallas más pequeñas y con menor duración".
En esa línea, la principal, ya aparentemente única fortaleza de la película, son los actores "reales". En palabras de Frank Scheck de The Hollywood Reporter:
"Como siempre McCarthy es una delicia, logra elevar el material desigual con un brillo cómico consistente marcado por una gran fisicalidad. La escena en la que su personaje inhala 'la sacarosa de grado A', que puede matar a un humano ordinario, es ridícula. También muestra una química sorprendente con su co-protagonista títere, quien cuenta con la voz y los movimientos experimentados de Barretta".
"Los más de 125 personajes de títeres, todos creados especialmente para la película, presentan muchas creaciones llamativas. Aunque no es probable que aparezcan en los estantes de las jugueterías. Pero la actriz humana Rudolph es quien se roba la película, al infundir a Bubbles con dulzura e hilaridad".
Siguiendo esas declaraciones, David Ehrlich de IndieWire vuelve a poner el acento en la actuación de Maya Rudolph:
"( The Happytime Murders) es un testimonio increíble de la gran Maya Rudolph que casi se eleva por encima de la película interpretando a la secretaria enamorada de Phil con suficientes ojos saltones para salvar algunas de sus escenas. Después de todos esos años en SNL ella es una maestra absoluta en rescatar risas de guiones excesivamente largos que se desarrollan en un bajo nivel: hace más con una cerradura y un plátano en esta película que lo que Henson logra hacer con 50 marionetas hipersexualizadas y todas las vulvas cosidas a mano que puede comprar una clasificación R".