Si hay un mensaje que se ha mantenido como constante durante todas las historia de la WWE es que la familia siempre está primero. No importa que a veces hayan peleas, disputas de poder y traiciones, a la larga todo vuelve a funcionar cuando vemos a un hermano en aprietos.

Y eso es precisamente lo que pasó anoche en el evento estelar de Monday Night RAW, cuando vimos el regreso de uno de los grupos más queridos por el público en los últimos años: The Shield.

El trío de justicieros volvió a reunirse después de ocho meses para defender a uno de sus hermanos, Roman Reigns, quien estaba saliendo de una dura defensa titular frente a Finn Bálor, la cual ganó después de un extenuante combate. Pero ese no fue el problema, sino que cerca del final apareció el temible Braun Strowman, junto a su maletín, dispuesto a canjear su contrato por el título contra un debilitado Roman Reigns.

A diferencia de la noche anterior, Brock Lesnar ya no estaría para aguar sus planes, así que Strowman subió al ring, le pasó el maletín al árbitro y la pelea fue anunciada. Solo faltaba la campana para hacerla oficial. Pero antes de que esto ocurriera, una música reconocida empezó a sonar. Las guitarras de The Shield retumbaron y esta vez emergiendo desde el fondo de la arena y no entre el público, Dean Ambrose y Seth Rollins, con sus antiguos trajes policiales, regresaban a la acción para ir en ayuda de su amigo. The Shield había vuelto.

Y a pesar de que Strowman es la bestia entre hombres, simplemente no pudo contra la fuerza de los tres, quienes junto a un Reigns ya recuperado de los daños de la pelea anterior, hicieron su ya clásico bombazo triple contra Strowman a través de la mesa de transmisión, impidiendo que su lucha titular se concretara y alargando el reinado de Reigns por lo menos hasta la otra semana.

Un regreso oportuno y sorpresivo, que sirve para darle un poco más de vida a la rivalidad entre Reigns y Strowman y aquietando un tanto las pifias de un público que ya había manifestado que preferían ver a Bálor campeón antes que a Reigns. Blindado por el equipo de la química perfecta, la píldora del campeonato de El Gran Perro será más fácil de tragar.

Pero también nos hace pensar sobre el futuro de esta reunión y si hay algo más detrás. Con Reigs como campeón Universal y Rollins campeón Intercontinental, el eslabón más débil de la cadena es ahora el recientemente reingresado Dean Ambrose, quien probablemente sea el candidato más indicado a romper esta hermandad para convertirse en un malote.

Lo cierto es que el retorno de The Shield sirvió para alargar un poco más la intriga sobre cuándo podrá Braun Strowman poner sus manos sobre Reigns sin ser interrumpido, y que aunque el gigantón tenga al público de su lado, Reigns sabe que por ahora puede contar con sus feroces hermanos para proteger su título, y más importante aun, su imagen.

https://youtu.be/T-3BdoP1cpU