Fue la noticia del día en varios portales del mundo. Bastaba con colocar "La tumba de las luciérnagas" en Google para enterarse de la novedad: La Tumba de las Luciérnagas. la triste cinta del Estudio Ghibli, dirigida por el fallecido director Isao Takahaka, ocultaba un oscuro y deprimente secreto: utilizando las poderosas herramientas de edición de imagen, era posible descubrir un bombardero B-29 surcando los cielos y mezclando sus balas con las luciérnagas del campo.
Una rápida revisión por los portales de internet daba cuenta de este terrible easter egg.
¿El problema? El supuesto "detalle secreto" del afiche de la película nunca existió, y no porque el bombardero haya sido puesto con alguna herramienta de edición de imágenes, sino que todo lo contrario: el avión, nunca estuvo oculto, sino que siempre fue parte del afiche original.
Estas se supone que eran las pruebas para llegar a tal conclusión. Lo primero que se mostraba era una imagen, aparentemente original del afiche, y luego, su versión aclarada. El resultado era evidente. Por arte de magia aparecía el bombardero, oculto entre la oscuridad del cielo.
Pero la pregunta que cabe hacerse es: ¿Están seguros de que ese primer afiche es el original? Solo porque alguien dice en Internet que lo es, ¿debemos creerle?
Volvamos a Google:
Tercera imagen del buscador y ahí está, el afiche original, sin editar y con el bombardero claramente visible.
"Pero ese no es el mismo de la historia, en el otro salían las luciérnagas"
Bueno, supongo que se refieren a este:
De nuevo, el bombardero se ve claramente, como siempre ha sido.
Y si todavía no me creen, bueno, vayan a Amazon en este enlace, compren el poster y vean con sus propios ojos que no hay que abrir Photoshop ni nada para encontrar al famoso secreto.
Así que amigos, recuerden: nunca confíen en Internet y en aparentes secretos que nadie supo ver, porque basta con un simple Googleo para encontrar las verdaderas intenciones de ciertas noticias que se suben a la web.
Y eso, tampoco es ningún secreto.