Mientras la película original de The Matrix es un clásico indiscutido, sus secuelas, The Matrix Reloaded y The Matrix Revolutions, han generado más críticas que alabanzas desde sus respectivos estrenos en 2003.

Pero pese a que varios fanáticos quieren dejar a esas apuestas en el pasado y mirar con optimismo lo que propondrá The Matrix 4 en 2022, en una reciente entrevista el director de fotografía de las secuelas volvió abordar los problemas en el desarrollo de ambas producciones.

En conversación con el podcast Team Deakins, Bill Pope contó que filmar The Matrix Reloaded y The Matrix Revolutions no fue una experiencia positiva como su trabajo en la entrega original y tachó el rodaje de ambas secuelas como “una especie de tortura”.

El director de fotografía explicó que ante todo, debido al éxito de la entrega de 1999, las secuelas de The Matrix estaban rodeadas por una gran presión. Algo que en última instancia no favoreció al desarrollo de ambos proyectos.

“Todo lo que fue bueno sobre la primera experiencia no fue bueno en las dos últimas”, dijo Pope (vía IndieWire). “Ya no éramos libres. La gente te miraba. Había mucha presión. En mi corazón, no me gustaron. Sentí que teníamos que ir en otra dirección. Hubo mucha fricción y muchos problemas personales, y se mostró en la pantalla para ser honesto contigo. No fue mi momento más elevado, ni fue el de nadie más”.

En ese contexto Pope apuntó a un libro de Stanley Kubrick como una de las principales influencias negativas en las secuelas.

“Las Wachowski habían leído este maldito libro de Stanley Kubrick que decía: ‘Los actores no hacen actuaciones naturales hasta que se agoten'. ¡Así que vamos a llegar a la toma 90!”, añadió. “Quería desenterrar a Stanley Kubrick y matarlo”.

Antes de trabajar con el dúo en las películas de The Matrix, Pope ya había colaborado con las Hermanas Wachowski en Bound. Pero, de acuerdo al director de fotografía, la aproximación de las directoras a las secuelas de Matrix fue muy distinta a lo que habían hecho en el pasado ya que optaron por filmar un montón de tomas que, en última instancia, solo habrían perjudicado el ánimo del rodaje de ambas entregas.

“Hay algo acerca de hacer un rodaje tan largo, 276 días de rodaje, que adromece a la mente y el alma y adormece la película”, dijo Pope. “Piensa en El Hobbit , donde (filmaron) una, dos y tres, y las películas son simplemente paralizantes. En los libros no sientes eso porque lo recoges y lo bajas. En una sesión de cine es demasiado largo. Hay un límite de lo que puedes asimilar“.

Pese a que en perspectiva Pope sostiene que el equipo debería estar orgulloso de las secuelas de Matrix, el director de fotografía no participará de The Matrix 4 y ese aspecto de la película estará en manos de John Toll (The Last Samurai, Jupiter Ascending, The Thin Red Line).

Después de un cambio de fecha por la pandemia, The Matrix 4 espera estrenarse en 2022.