Apis Cor es el nombre de una startup de la ciudad de San Francisco que logró construir una casa de 37 metros cuadrados en un pueblo ruso en solo 24 horas. La gracia es que no usaron partes prefabricadas, sino que tecnología de impresión 3D.

Para edificar el hogar, que no es una mansión pero sí representa una proeza de interesantes proyecciones, se utilizó una impresora 3D móvil. Con ese dispositivo se implementaron las paredes de concreto, particiones y la envoltura de la construcción, mientras que el resto de la casa fue completado por el trabajo manual de pintura y la instalación de materiales como cables, ventanas, puertas y aislación térmica.

El costo total ascendió a los $10 mil 134 dólares (alrededor de 6 millones 630 mil pesos), con la puerta y ventanas como las partes más caras del presupuesto. Claramente es una solución habitacional que podría ser explorada como alternativa mucho más masiva.