Volver al Futuro, El Padrino y las otras sagas que no deben ser reiniciadas
Existen clásicos que simplemente no deberían ser rehechos, pese al potencial económico que tienen sus marcas.
Son pan de cada día. Hay películas que se vuelven tan populares, que su marca queda en el foco de los estudios para explotarlos hasta el cansancio, sacarles el jugo hasta el infinito y regurgitarlas con nuevas versiones. De hecho, solo para este año habían alrededor de 10 remakes y reinicios anunciados para cines antes de la pandemia de COVID-19.
Claro, quizás Dune es el ejemplo de mayor renombre, y las expectativas son altas debido al talento involucrado, pero eso no siempre se da y los resultados finales tampoco aseguran nada esté quien esté al mando del timón.
Con lo anterior en cuenta, claramente hay sagas que nunca deberían ser tocadas. Aquellas que están perfectamente tal como están. Y aunque hay gente que argumentará que el original siempre estará, por lo que es posible hacer una nueva versión, también es cierto que hay obras cinematográficas que para algunos sencillamente llegan a ser hasta sagradas.
A continuación un listado con algunas películas que nunca deberían tener nuevas versiones.
2001: UNA ODISEA EN EL ESPACIO
Si existe una película fundacional de la ciencia ficción que no debe ser tocada por nada del mundo, esa es 2001. Antes de los efectos digitales, antes de la pirotecnia que comenzó a dominar el cine ante el auge de los blockbusters, Stanley Kubrick concretó una extraordinaria propuesta que habla de poder superior, evolución y los riesgos del afán tecnológico ante la inteligencia artificial.
Todo lo que se necesitaba decir, y por cierto también todo aquello que no necesitaba decirse, ya está en 2001 y su poético final, que da cuenta de cómo el ser humano llega al siguiente paso de la evolución, convirtiendo al hijo en padre, gracias al contacto con la omnipresencia. O bueno, como quieran interpretarlo ustedes.
En serio, 2001 es una obra colosal que no debería ser tocada nunca, pues ya fue extendida, sin mucho éxito, con la secuela 2010: El Año en Que hicimos Contacto.
TIBURÓN
No solo es la película que inició la era de los blockbusters, es también una película perfecta que al día de hoy sigue funcionando con todo y su tiburón Bruce realizado con efectos prácticos que no funcionaron del todo. Esa es, de hecho, precisamente su gran gracia: el genio de Steven Spielberg salió a la luz, cortesía de una sugerencia del gran John Millius, para no mostrar tanto al tiburón. Y eso le dio toda una nueva vida a una película cuyo suspenso está al mejor nivel de lo hecho en Hollywood.
Posteriormente, cortesía de los efectos digitales, se han hecho películas de tiburones asesinos, más sangrientas y gore que el Jaws de la barba, pero ninguna ha logrado nunca llegar al nivel de suspenso de aquella escena del jefe Brody percatándose del peligro en la playa o la genialidad del concurso de heridas de combate a bordo del barco Orca.
Así como se necesitó un bote más grande, no se necesita reinicio. Ya hay tres secuelas malas. No hay para que hacer más tampoco.
VOLVER AL FUTURO
¿Por dónde comenzamos? No solo la película original es perfecta, y un producto de los ochentas que al día de hoy sigue funcionando impecablemente, sino que además su elenco representa algo tan bien armado, que nadie ve a otros actores interpretando a Marty McFly o el Doc Brown que no sean Michael J. Fox o Christopher Lloyd.
Además, está el hecho de que cualquier nueva versión que no involucra a su núcleo creativo central, compuesto por el director Robert Zemeckis y el guionista Bob Gale, probablemente no tendrá la misma magia. Y para más remate, realmente no tiene sentido replicar algo tan ochentero como Volver al Furturo.
En serio, no tendría sentido volver a intentar atrapar el rayo en una botella. Ya lo hicieron. La película sigue funcionando. NO LA TOQUEN.
INDIANA JONES
Aunque ya está anunciada Indiana Jones 5, con Harrison Ford de regreso, esta es probablemente la saga que corre más riesgo de ser reiniciada. No solo porque Disney la controla, sino que también puede ser vista como una nueva franquicia tipo James Bond en donde sea posible explotar la saga por las próximas décadas, cambiando de actores cada cierto tiempo. Es la posibilidad que da un personaje que puede tener un sin fin de aventuras.
El problema es que el carisma de Harrison Ford está en su punto más alto cada vez que interpreta a Indiana. También está el factor Spielberg y el de George Lucas, como guionista y creador de la saga, quienes lograron reinventar los seriales clásicos para crear una entretenida saga de películas que nos entregó a uno de los grandes héroes del cine.
Indiana sin Harrison no es Indiana. Y por mucho que exista La Calavera de Cristal, eso en nada mermó el legado del Dr. Jones. Pero repito, es la que corre más riesgo, pese a que deberían dejar en paz la saga una vez que Spielberg se encargue de dirigir la quinta película.
STAR WARS
A diferencia de Indiana Jones, el Star Wars de George Lucas es probablemente la franquicia más segura de todas, la más protegida de los reinicios. En Lucasfilm pueden seguir explotando la saga galáctica hasta el cansancio con nuevas precuelas, secuelas y spin-offs, sin la necesidad de volver a contar nuevamente alguna etapa de la saga Skywalker. Además, considerando el impacto de la trilogía original, no hay espacio a la duda y solo queda afirmar que sería bastante estúpido siquiera llegar a pensar que pueden replicar momentos como el "Yo soy tu padre".
Además no tiene sentido reiniciar la saga más popular de todas, porque George Lucas ya las revisionó hasta el cansancio con sus ediciones especiales que le quitaron alma a la película. Y The Force Awakens demostró lo que pasa con una “reimekuela”, un producto que es secuela, reinicio y remake a la vez.
No lo intenten, por favor. No hagan nuevas versiones lo ya visto. Tienen literalmente una galaxia a su disposición señores de Disney.
EL SEÑOR DE LOS ANILLOS
El logro de Peter Jackson a la hora de adaptar la obra de J.R.R. Tolkien es tan superior, que realmente no tiene sentido siquiera intentar volver a contar la historia. De hecho, la comparación con El Hobbit, que abusó excesivamente de los efectos digitales, demostró que el trabajo en sets de aquella película supera a cualquier avance tecnológico que se haga a posterior.
Además, existen tantos momentos icónicos en la trilogía, y además sus actores funcionan tan bien en los roles, que la sola idea de que alguien ose intentar a hacer un nuevo Gollum deja en evidencia el sin sentido que representaría volver a intentar llevar esta historia al cine.
Podrán pasar décadas, pero es realmente casi imposible que se haga algo mejor.
EL PADRINO
Si hay una película amarrada directamente al corazón del cine de Hollywood, ese es El Padrino. Tanto la primera película de Francis Ford Coppola, como su gran secuela, representan una saga familiar que no necesita ni debe ser revisionada nuevamente.
¿Para qué replicar la perfección? Esa es la interrogante que se deberían hacer en Hollywood para tener en claro que la respuesta es una sola: no es necesario.
El Padrino es una obra cumbre que merece el respeto absoluto de la industria y el solo hecho de intentar contar nuevamente la historia de los Corleone debería ser sancionado con sus responsables durmiendo con los peces.
¿Y hay más?
Por supuesto. No solo sagas, hay una infinidad de películas, tanto clásicas como contemporáneas, que no deberían tocarse con un remake.
Desde obras maestras como Lawrence de Arabia o Apocalipsis Ahora pasando por dramas perfectos como The Shawshank Redemption, a obras totalmente autorales como Pulp Fiction y comedias irrepetibles como Airplane!.
Pero en Hollywood nunca paran la máquina. Por algo en el año 2015 anunciaron que se vendría una nueva versión de algo tan irrepetible como Memento. Lo bueno es que, hasta ahora, eso no se ha concretado.
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