W24 en Santiago: El gran debut de una banda chileno-coreana

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Estrenando su carrera en el país, y después de una exitosa semana que los tuvo hasta en la televisión abierta, el grupo de k-pop llegó al Teatro Caupolicán y acercó más que nunca al público chileno a la experiencia de una nueva forma de concierto interactivo.


La primera impresión al ingresar al Teatro Caupolicán es que esto es diferente a un show convencional de K-Pop. Y es que lo que convoca a más de 4 mil fanáticos es una dinámica que ha sido poco explorada en el territorio nacional: el fanmeeting.

Es como ganar un Meet & Greet, pero masivo. La gente se prepara en sus puestos horas antes y llenan el recinto con proyectos. Se organizan en pequeños grupos y arman carteles, practican gritos específicos y la producción les da instrucciones para su inminente interacción con el grupo W24, exponentes del k-pop que ya cumplirán una semana de visita en Chile.

La historia de W24 también es diferente. En medio de la explosión del género, en marzo la banda debutaba en Corea y se daba a conocer que el vocalista, Howon, cuyo nombre verdadero es Juan Cheong, era chileno. Entonces, la fama en Latinoamérica no los soltó más.

En el transcurso de menos de siete días en el país, W24 hizo más cosas que la mayoría de sus pares que han visitado esta parte del planeta. Liberados de la barrera idiomática, el grupo se presentó en la Teletón, fue a la embajada de Corea, llegó al matinal Mucho Gusto - siendo la primera banda de k-pop en presentarse en la televisión abierta chilena - y estrenó su carrera latina a cargo de una productora nacional, Noix Entertaintment.

Con esa base, los cinco chicos, equipados con sus instrumentos, aparecieron en el escenario del Teatro Caupolicán con una confianza que dejó en claro que ya conocen bien a su público. Y ahí comienzan a tocar, causando el furor de los fanáticos.

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Todo lo que sucede después parece más un programa televisivo. La dinámica, muy conocida en su país de origen, del fanmeeting coreano, es la forma más extrema de cercanía entre artista y seguidor, por lo mismo no es extraño cuando, por medio de sorteo, suben a algunas fans al escenario para interactuar cara a cara con W24.

La música queda por un momento de lado para darle protagonismo a esa ansiada interacción. Las chicas juegan con el grupo a recrear escenas de dramas coreanos, hacen competencia de cocina y contestan preguntas del público mientras los espectadores miran asombrados como no hay siquiera rejas de contención cerca del escenario. La cercanía es total.

Entre animadores y cámaras, y luego de otra tanda de canciones, donde también aprovechan de hacer covers en español - los que el público recibe con el mismo ánimo que sus canciones originales  -el concierto/programa juvenil rompe la última barrera de lejanía y destruye el concepto de idol inalcanzable, literalmente saltando al sector de cancha VIP y corriendo entre el público.

La euforia se desata, pero nunca al punto del colapso. Dentro de todo, es un evento bien organizado y ameno para todos los presentes y significa un paso adelante para todos. La audiencia está preparada para esta nueva forma de conciertos. Y la relación entre Corea del Sur y Chile, a través de la música y la entretención, solo puede prosperar.

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Agendamusical

Fotos cortesía de Agendamusical.

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