El brutal comienzo de la séptima temporada de la serie de The Walking Dead tuvo consecuencias. Por un lado, el primer episodio fue censurado en el Reino Unido, con la tijera de la edición cortando las secuencias más gore.

En esa línea, la productora Gale Anne Hurd sostuvo que tuvieron feedback respecto al nivel de violencia que presentó la serie en su nueva tanda de capítulos, lo que los llevó a desviarse de seguir un camino más sangriento.

Según reportó Variety, la productora sostuvo en una conferencia con ejecutivos televisivos que: "sí suavizamos los episodios que aún estábamos filmando para esta temporada. Esta no es una serie que es porno de tortura, no vamos a cruzar esa línea".

Claro, claro, claro.

La muerte de Glenn, sostienen algunos especialistas, fue un factor en la caída de ratings de la serie en Estados Unidos, lo que motivó esta medida de parte de los productores de la adaptación televisiva del popular cómic.