Probablemente sea por lo que ha hecho Marvel Studios en el pasado, pero una parte no menor de la audiencia espera que, en sus series y películas, generalmente suceda lo predecible.
Que se concrete algo que sucedió en los cómics (aunque eso rara vez sea bien replicado), que una resolución no salga de los parámetros habituales del gran espectáculo con batallas finales de agujeros en el cielo o que se lleve a cabo una aparición previsible, por ejemplo.
En el caso de WandaVision, también se esperan cosas en esa línea. Tomando como base los anuncios ya realizados sobre la participación de Elizabeth Olsen en Doctor Strange: In the Multiverse of Madness, y lo que sucede con la Bruja Escarlata en cómics como House of M, una apuesta segura es que de una u otra forma aparezca el Hechicero Supremo interpretado por Benedict Cumberbatch.
Otra situación apuntaba a un inevitable rescate mayor de Quicksilver, el hermano de Wanda que falleció en Avengers: Age of Ultron, debido a todo el trauma que se entrelaza al centro de la historia de la serie.
Con todo lo anterior en cuenta, el más reciente episodio precisamente abordó una revelación, pero lo mejor de todo es que la serie sigue haciendo lo que tanto le costaba a Marvel Studios en el pasado: sorprender. No seguir la ruta fácil. De hecho, el final del quinto capítulo es otra prueba imprevisible de ello.
Spoilers a continuación.
El más reciente episodio se estableció en base a elementos televisivos de la década de 1980, resquebrajando un poco más a la realidad idílica creada en WestView.
No solo ahí está el tema de los hijos de Wanda y Vision, quienes nuevamente crecen en un santiamén hasta tener 10 años, sino que además otros de los personajes del pueblo comienzan a interactuar de forma extraña para dejar en claro el tipo de control al que están siendo sometidos.
Al mismo tiempo, mientras se dejan algunas semillas sobre la organización S.W.O.R.D. y el quiebre que tuvieron con Wanda antes de los sucesos presentados en la serie, también profundizaron un poco más en cómo Vision se da cuenta de que su esposa está detrás de las cosas extrañas. Quizás más importante aún: además dejaron la duda respecto a la posible capacidad de Wanda para traer a la vida a seres muertos.
A lo largo del episodio se va generando un distanciamiento en el matrimonio, por lo que la discusión final del episodio entre Wanda y Vision se gesta con todo y gala de poderes. Pero ese quiebre también dio pie a una verdadera sorpresa. Predecible por un lado, pero completamente impredecible por otro.
Hasta el hogar llega Pietro Maximoff, Quicksilver. El “hermano perdido”. Pero no es el actor Aaron Taylor-Johnson, quien lo interpretó antes en el MCU, sino que Evan Peters. Sí, el que interpretó al mutante en las películas de los X-Men de 20th Century Fox.
“¿Ella reemplazó (recast) a Pietro?”, es la frase precisa de Darcy (Kate Dennings) ante la sorpresa que también ve en pantalla y que obviamente es un guiño a esta tradición televisión de cambiar a actores para seguir adelante con la historia de un personaje. Como sucedió con Darrin en Hechizada, Carol en Friends o la tía de Will en El Príncipe del Rap.
La elección de Peters desde ya abre la Caja de Pandora. ¿Es este Pietro solo otro tipo normal de Westview o realmente es el Quicksilver de las películas de los X-Men? ¿Es esta una brecha multiversal?
Por ahora no existe ninguna señal al respecto, pero sí podemos concordar en que probablemente nadie esperaba que Pietro fuese recuperado de esta forma.
Sí, estaba el rumor de que aparecería, pero todos esperaban a la versión de Taylor-Johnson- No a Peters. Por eso es definitivamente algo muy jugado. Inclusive si esto no da pie a nada más y este Pietro se queda solo en el guiño.