Si Brock Lesnar, el campeón universal, no iba a ser la última pelea de la noche, entonces no esperaría ni un minuto adicional para defender su título. De esa manera, Paul Heyman anunció sorpresivamente que el primer combate de la jornada de Wrestlemania 35 involucraría la lucha titular entre "La Bestia" y su retador, Seth Rollins.
De ahí que, como suele suceder, la pelea inicial del evento estuvo marcada por la completa paliza que concretó Lesnar contra su rival, quien recibió y no consejos alrededor del cuadrilátero, mientras el campeón disfrutaba cada momento de su ofensiva. Pero la historia fue mucho más corta de lo que todos habrían esperado para la que supuestamente debió haber sido una de las peleas más importantes de la noche.
Aunque el combate comenzó luego de varios minutos de verdadera masacre, en la que Rollins se convirtió en una especie de muñeco de trapo que fue arrojado a lo largo del ring tras una serie de súplex sin piedad, una vez que resonó la campana, no hubo que esperar mucho para ver el desenlace del enfrentamiento.
Rollins rápidamente logró dar vuelta el combate tras conectar un golpe bajo que el árbitro no logró ver, lo que dio pie a que el retador capitalizase su contraataque con una serie de Curb Stomps que sellaron el destino de la pelea y le dieron su primer título Universal al hombre que ganó el Royal Rumble, pero fue parte de la lucha de apertura del evento.
En definitiva, lejos de ser un combate memorable, su resultado marcó el fin de la historia de Lesnar como campeón, quien fue el foco de todas las historias de RAW durante los últimos años, pero siempre como una figura ausente que aparecía solo en contadas ocasiones. Rollins, en tanto, tendrá la tarea de comandar al show más importante de la WWE, aunque sin tener un momento de gloria a la altura de las circunstancias.