Stone Cold escondía una sorpresa. La noche anterior, en Royal Rumble, el evento estelar de Raw por el Campeonato Mundial de Pesos Pesados había culminado sin ganador, con una merecida paridad. Durante casi 23 minutos, Triple H y Shawn Michaels dejaron todo sobre el cuadrilátero brindando un combate feroz. La prueba irrefutable es que la lucha culminó con ambos, cubiertos de sangre, al borde de la inconsciencia, trasladados en camilla. La estipulación de "último hombre en pie" no se cumplía: tanto el líder de Evolution, como "El Chico Rompecorazones" recibieron el conteo de diez sobre la lona. "El Juego" retenía su título.
Minutos más tarde comenzaba otro combate espectacular. Las 17 mil personas que repletaron el Wachovia Center de Florida pudieron presenciar la hazaña de Chris Benoit en la batalla real. Cuando el canadiense tuvo el infortunio de ingresar primero, seguramente fueron muy pocos los que creyeron en sus posibilidades. Pero lo logró: 61 minutos y 30 segundos después, tras sacar por encima de la tercera cuerda a Big Show, igualaba el récord conseguido por HBK en 1995, adjudicándose la decimoséptima edición de la batalla campal entrando como número 1.
Raw se desarrollaba de acuerdo a lo esperado. Shawn Michaels reclamaba una nueva opción al cinturón, ya que no había sido derrotado por Triple H. "El Juego", por su parte, se negaba tajante, iniciando una confrontación en el ring. Los fans ya vislumbraban un combate final entre ambos excompañeros en la vitrina de los inmortales. Pero fue entonces cuando irrumpió Stone Cold, por entonces el General Manager de la marca roja, para disparar y dejar a todos boquiabiertos.
El tercero en discordia
Tras su victoria en la batalla real, todo apuntaba a que Chris Benoit sería el retador número 1 de Smack Down! al Campeonato de la WWE, cuyo dueño se asumía imbatible: un tal Brock Lesnar. Tenía sentido, "La Bestia Encarnada" no había rivalizado con alguien "a su altura". Sin ir más lejos, en Royal Rumble le había pasado por encima a Hardcore Holly en poco menos de siete minutos. El canadiense parecía un contendiente capaz de hacerle frente.
Pero habría un cambio de planes. Enorme cambio de planes, para ser más exactos. El 26 de enero de 2004, mientras Shawn Michaels y Triple H protagonizaban una nueva confrontación en el cuadrilátero de Raw, Stone Cold anunciaba el ingreso de un invitado especial: nada más y nada menos que Chris Benoit, el ganador de la batalla real, que había tomado la decisión de abadonar el show azul para perseguir la opción del Campeonato Mundial de Pesos Pesados. Una noticia que cayó como balde de agua fría no sólo para el cabecilla de Evolution, sino que también para "El Chico Rompecorazones", que veía cómo se alejaba su opción de participar en la lucha titular de Wrestlemania.
La edición de Raw del 9 de febrero de 2004 dejaría todo más claro. Estaba anunciada la firma de contrato para el combate entre Triple H y Benoit por la presea máxima. "El Juego" fue el primero y estampó su firma. Le tocaba al canadiense. Pero cuando éste se aprestaba a hacerlo, la música de Shawn Michaels lo paró en seco.
"El Chico Rompecorazones" trató de ser amable con Benoit. Le explicó que no tenía la más mínima intención de arruinar sus chances, que entendía y valoraba el esfuerzo que implicó ganar la batalla real, pero también dejó claras sus intenciones: nadie podía intervenir en su rivalidad con Triple H, por lo que le pidió hacerse a un lado y volver a Smack Down! Por supuesto, el "Lobo Feroz", fiel a su estilo, rechazó la petición, ganándose la clásica patada de un Michaels que, además, firmó el contrato en su lugar.
Ante este escenario, Stone Cold no tuvo otra chance: anunció que la defensa del Campeonato Mundial de Pesos Pesados en Wrestlemania, ahora sería una triple amenaza: Triple H contra Shawn Michaels contra Chris Benoit.
Una inolvidable consagración
Durante las semanas previas al magno evento, Triple H, ayudado de Randy Orton, Batista y Ric Flair, Evolution, se encargó de debilitar a sus contendientes. Semana a semana, la escena se repetía: Pedigree sobre Michaels, Pedigree sobre Benoit. Pero en Wrestlemania no se presentó Evolution. El stable tenía su propia batalla ante The Rock y Mick Foley. Triple H estaba solo esta vez.
En definitiva, fueron casi 25 minutos de una batalla inolvidable. Es preciso destacarlo porque, precisamente, la WWE intentó olvidarla: como bien sabemos, en un corto período, la vida de Chris Benoit pasó de la alegría a la tragedia, de la cima de la industria al cruel -¿y merecido?- olvido.
Tras asesinar a su esposa e hijo y luego suicidarse, la compañía de los McMahon hizo todo lo posible por censurar la imagen del canadiense. Incluso, a los pocos meses de su suceso, lanzó una versión editada de Wrestlemania XX, donde la triple amenaza no existía.
Pero no lo lograron: la lucha se grabó a fuego en la retina de los fanáticos. Mucha emoción, movimientos finales, mesas de transmisión destruidas y llaves de rendición marcaron ese 14 de marzo del 2004, en que los 20 mil asistentes al Madison Square Garden vieron a Chris Benoit alzar el Campeonato Mundial de los Pesos Pesados, luego de esos tres desesperados palmetazos que Triple H le dio al ring anunciando que no resistía más el Candado Cruzado.
Un final de Wrestlemania redondo que, además, contó como regalo final con un golpe a la nostalgia: el conmovedor abrazo de Benoit con su mejor amigo, y también campeón, Eddie Guerrero en el centro del ring.