El evento Greatest Royal Rumble de la WWE, que ha dejado en claro ser más un comercial de Arabia Saudita que otra cosa, incluyó una llamativa pelea por el título Intercontinental que sonaba muy bien en el papel.

El campeón Seth Rollins y una triada de notables retadores (The Miz, Finn Balor y Samoa Joe), anticipaban que la pelea por dicho campeonato sería uno de los mejores combates de la jornada. Y hasta el momento de su disputa, lo fue. Cada uno de los luchadores tuvo su momento para brillar, pero su desempeño fue eclipsado sin duda por el llamativo final de la pelea.

Cuando todo indicaba que Balor finalmente volvería a cargar el oro en su cintura, Seth Rollins literalmente rompió la "cuarta pared" de la lucha libre.

Tengan en claro que la lógica de los combates de escaleras depende de un factor esencial: que la audiencia se comprometa a creer que no es tan fácil llegar y agarrar el título que cuelga desde las alturas.

Sin embargo, Rollins llegó, salto desde las cuerdas, se encaramó en la escalera y se avivó a un Finn Balor que no hizo nada para impedir la victoria del campeón.

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Obvio, querían establecer en la historia que el resultado final implicó una victoria sorpresa. Pero la ejecución, con Balor estirando los dedos en vez de golpear a su rival, le quitó efecto a una resolución que no era una mala idea.

Sea como sea, el título se queda en RAW y ambos luchadores serán los que sigan definiendo el futuro de ese título.